Huh Yunjin no era una persona introvertida, claro que no. Sin embargo pedir americanos durante todo un año con el pretexto de verla a ella no era algo que una persona como Yunjin haría, aún cuando la cafeína no era su bebida preferida, de hecho, ni siquiera era capaz de beberla. Aún así, la barista que atendía la cafetería valía la pena, según creía Yunjin, no tenía idea de cualquier otra cosa que no sea su nombre, información que ni siquiera preguntó, solo aparecía bordado en el delantal que traía puesto cada día, Chaewon.
Yunjin se había mudado a Busan hace un tiempo, dos años para ser precisos. Un día recorriendo las calles del sector donde había conseguido aquel pequeño pero acogedor departamento se encontró con una cafetería y atrapada por el armonioso orden de esta decidió entrar. La rubia no bebía para nada cafeína, así que solo pretendía pasar a observar el interior del lugar. Lo que Yunjin no tenia en cuenta era que la barista, y dueña del sitio, fuera tan atractiva, ese tipo de atractivo que te deja sin aliento con tan solo mirar. Con la cafetería medio vacía fue la barista quien se acerco a la rubia, preguntándole si acaso ordenaría algo, y en pánico Yunjin solo pronuncio las primeras palabras que se le vinieron a la mente: —Me das un americano, por favor. —Preguntándose que había hecho no tuvo mas remedio que pagar por este y retirarse, regalándole la bebida a la primera persona que se le cruzó. Y así fue cada día desde que entró a trabajar, dos meses después de su primer encuentro. Y ahí es donde se encontraba nuevamente.
La voz de la pelinegra la sacó de sus pensamientos.
—Buenos días ¿En que la puedo ayudar?— Preguntó la de pelo corto mientras preparaba la máquina para tomar la orden.
—Buenos días, quisiera un americano por favor. — Yunjin seguía esperando el día en que Chaewon la viera y solo le ofreciera darle un americano ya que era lo que siempre pedía, sin embargo sabía que la cafetería que frecuentaba era la más famosa y conocida en toda la ciudad, así que solo le tocaba seguir esperando a que el tal anhelado día llegara.
Honestamente la rubia solo esperaba el día en que una conversación con Chaewon no fuera el mismo intercambio de palabras que tiene con cada uno de los clientes que visitan su cafetería. Era tan simple pero tan complicado a la vez que Yunjin creía que la única forma de lograrlo era ebria o en el último día de la tierra.
—Aquí tiene su americano, muchas gracias y vuelva pronto. — Luego de pagar por su café Yunjin solo pronunció las mismas palabras de agradecimiento y caminó hacia su trabajo.
Cuando se mudó Yunjin consiguió inmediatamente un trabajo como maestra en un jardín de niños y era lo que más le apasionaba, Yunjin amaba los niños, amaba enseñar y amaba jugar con ellos, así que luego de una larga pero divertida jornada de trabajo en donde escuchaba como sus pequeños estudiantes le contaban historias de dinosaurios que jugaban ajedrez, o donde recolectaba y pegaba en las paredes los dibujos abstractos que le entregaban al final del día finalmente llegó a su hogar, su pequeño pero acogedor departamento que arrendaba a las afueras de la ciudad.
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Every Day. | Purinz
RomanceUna historia donde Yunjin le repite las mismas seis palabras cada mañana durante un año a la barista de su cafetería favorita. "Buenos días, quisiera un americano porfavor" Historia original.