Estados [YoonSeok]

·4. Celos. 💥

Yoongi podría llenar una larga lista de adjetivos para describir a su buen amigo Hoseok, pero una cosa es segura: la palabra "celoso" no figuraría en ella. La envidia y los celos simplemente no están en la naturaleza del castaño.

La única ocasión en que Yoon ha presenciado algo parecido había sido cuando ambos estaban aún en primaria y un compañero los invitó a su cumpleaños junto con otros amigos.

En aquella época, un pequeño Hobi de siete años soñaba con un juguete de Spiderman que era muy popular entre los niños. El chico del cumpleaños recibió dicho juguete en la fiesta y entonces, por primera y última vez, Yoongi vio a su amigo manifestar la envidia que le provocó ver la colorida caja del superhéroe en manos de otro niño.

Todavía lo recuerda bien; su rictus de enojo, un puchero triangular y los ojos húmedos por culpa de las ganas de llorar ya que él también quería el juguete. A Yoongi no le había gustado verle así y, cuando poco después Hobi le invitó a su propia fiesta de cumpleaños, el mayor les pidió a sus padres que compraran aquel muñeco de Spiderman y se lo regaló.

La sonrisa que se le había dibujado en el rostro a su amigo al desenvolver el obsequio también era algo que Yoon nunca olvidaría, ni la alegría que le llenó a él el pecho en ese momento cuando Seok le abrazó por primera vez, agradecido y feliz por el regalo.

Pero esa es la única vez que el joven de pelo color menta ha sido testigo de una actitud envidiosa por parte de Seok, y así como la envidia ha brillado por su ausencia, también lo han hecho los celos.

Sin embargo, Yoongi es muy distinto a él en ese aspecto... Yoongi sí que es celoso.

Hace tiempo que no se ha sentido así ya que han pasado más de dos años desde que Hoseok tuvo novio y no ha salido con nadie desde entonces, pero esto podría cambiar.

Una mañana como otra cualquiera, en lo que pone orden en su taquilla, el mayor escucha la voz de Seok a su lado. El más joven luce entre sorprendido y emocionado.

— Mira esto, hyung — le dice mostrando lo que tiene entre las manos. Es un sobre de papel que lleva el nombre de Hoseok, con corazoncitos dibujados alrededor y en su interior hay una apetecible barra de chocolate con leche y trozos de avellana. — Lo han dejado en mi casillero, mira qué buena pinta. Quizás le gusto a alguien — continúa bromeando. — Me sentiría halagado si fuera así.

Genial, fantástico, estupendo – piensa Yoon con sarcasmo para sí mismo. Su mejor amigo tiene un pretendiente, tal vez una admiradora secreta. Aprieta la mandíbula y finge no darle importancia a aquello, aunque por dentro le quema porque imaginar a Seok saliendo con alguien más... le duele.

— Bien por ti — murmura el mayor. — ¿Se te ocurre de quién puede ser?

Hoseok abre el envoltorio de la chocolatina y se lleva un pedacito a la boca mientras piensa.

— Uhm... ni idea, pero sea quien sea le agradezco el detalle. ¿Quieres probar el chocolate, hyung?

Yoongi quiere contestar que no, mas en cuanto abre la boca, Hobi le pone un trozo del chocolate entre los labios sin esperar a oír su respuesta.

La amargura momentánea ocasionada por los celos se cubre entonces de dulzura; más por el hecho de que Seok se lo ha dado en la boca que por el sabor del chocolate en sí.

El mayor aparca su mal humor y, como quien no quiere la cosa, aprovecha la situación al máximo porque ¿quién sabe si se va a repetir? En cuanto se traga el dulce, vuelve a entreabrir los labios para que Hoseok le dé otro pedacito de chocolate en la boca.

Seok se ríe, esto le divierte y le da ternura ya que es raro ver a Yoon haciendo algo así. Rompe otra pequeña onza de la barra de chocolate y se la da a su hyung, quien se la come gustoso aunque intente disimularlo.

Podrían repetirlo una tercera vez, mas en ese instante suena el timbre y tienen que regresar a clase.

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