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Eran alrededor de las 6:30 cuando el despertador sonó. Louis se había quedado a dormir a casa del rizado pues la madre de este no solía estar casi nunca allí. El menor estaba envuelto en los brazos del contrario, con este apoyado en el espacio de entre su cuello y hombro, respirando el aroma a vainilla y mañana de invierno. Contempla al oji-verde respirar profundamente sin aún darse cuenta de la música de fondo.

- Hazz.

- Dime. Respondió arrastrando los sonidos.

- Despierta, hay que ir a clase. – El rizado se dio la vuelta y soltó un quejido con voz ronca.

- Ve tu.

- ¡Harry! No tengo coche, ni carné.

- Te pido un Uber.

- Lo que tu digas, pero toca primera con Manuel. – Louis sabía como convencerle.

- Ya voy...



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Ambos estaban ya en la clase antes mencionada, Manuel (o manolito) estaba explicando algo relacionado con la lírica mientras Harry dibujaba en la mesa y Louis solo escuchaba.

Sin querer, el lápiz se le resbaló haciendo que su precioso arte en la mesa del colegio quedara tachado. El agudo chirrido de la mina del objeto llamó la atención del profesor haciendo que este se girara en dirección al rizado.

- ¿Qué esta haciendo, Styles? – El nombrado mostró una sonrisa de superioridad y dijo con total normalidad:

- Es un retrato de usted. – El dibujo constaba de un monigote con tres pelos puntiagudos en la coronilla, una sonrisa perversa y un símbolo de una espiral triangular a su lateral (Símbolo de ped*filia hacía niños pequeños). – ¿Le gusta?

- Me encanta, ¿por qué no se lo va a enseñar al director mejor?

- Me llevo el pupitre de paso, no te jode. – Sus compañeros rieron.

- ¿Usted también pinta mesas en su casa?

- Sí, es un hobby, ¿Usted también acosa a menores en su casa? – Todo el mundo se calló, incluido el profesor. Louis se asustó, Harry se había pasado.

- A convivencia, Styles. – Este se levanto y encamino a la salida con una sonrisa en la cara. Al pasar por al lado de la mesa de su novio, se inclino y dejo un pico en sus labios. Muchos silbidos y risas hicieron sonrojar al castaño. Cuando el oji-verde se fue, Manuel pasó al tema anterior.

- ¿Quién tiene los deberes hechos? – Toda la clase calló y el señor Bernal miró a Louis. - ¿Los tienes? – Este asintió. – Bien, por eso eres de mis alumnos favoritos. – Al menor se le revolvieron las tripas, pero recitó el enunciado y las respuestas saliendo de clase en cuanto tocó el timbre.

Harry, como no, estaba justo afuera esperándole.

- ¿No has ido a convivencia?

- Que va, que me coma la polla ese señor. – Louis le dio un suave golpe en el brazo.

- ¡Harry!

- Perdona, se que solo me la puedes comer tu.

- ¡Harry! – Chilló más fuerte mientras el otro reía.

- Sabes, es irónico que la llamen sala de convivencia; no convives con nadie, deberían llamarla "La calentita y acogedora sala de convivencia" Parece Siberia.

- Te vas a meter en problemas. – Dijo triste y cambiando de tema, no quería que expulsaran a su novio, no, de ninguna manera. El rizado le pasó los brazos por la cadera apretándolo a si mismo mientras le miraba a los ojos.

- Tranquilo, bebé. Voy a hacer que vaya a cárcel. ¿Intentó algo más después de que me fuera?

- No.

- ¿Te pasa algo? Estas temblando.

- Solo tengo frío.

- Espera. – Se quitó su abrigo y sudadera azul para dejarle esta ultima al menor. – Toma.

- Entonces te congelas tu.

- Tengo abrigo, cógela.

- Gracias, Poste.

- De nada, Enano. – Y se besaron.



All the love:


Anónimo

2 COSAS:

Se que dije fin, pero me arrepiento, me siento muy segura en la comunidad de este libro como para dejaros ir.

También quería decir que a mi me paso lo mismo que Louis, me lo tomo con humor, pero da asco.

Te amo, mamón (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora