deux

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Felix estaba sentado en el sofá, con sus piernas cruzadas.

Acariciando sus brazos con delicadeza.

Pasando suavemente sus manos sobre las marcas rojas que adornaban su piel.

Una vez más, Changbin marcaba y reclamaba el cuerpo de Felix.

Siempre marcaba a Felix de manera violenta.

Dejaba la palma de su mano marcada en la cintura de Felix, una marca que podría tardar días en desaparecer.

Mordidas, chupones y quizás moretones por toda la piel de Felix.

Felix se sentía horrible por llevar todas esas marcas.

Pero para Changbin, ver esas marcas en el cuerpo de Felix, era tan hermoso.

Cada marca indicaba que tenía dueño, que Felix le pertenece a alguien.

Le pertenece a Seo Changbin.

Felix suspiro con algo de decepción.

Su cuerpo le hacía sentir manchado y humillado.

El quería ver su cuerpo sano, su piel blanca, sin ningún tipo de marca.

Cosa que sería imposible cumplir, ya que al monstruo le gustaba ver a Felix completamente marcado.

Felix con algo de tristeza abrazo su cuerpo, acariciando sus brazos, buscando consuelo en si mismo.

-.¿Que te pasa, muñequita? -Pregunto la voz masculina detrás de el.-

Felix se estremeció, sus ojos se abrieron rápidamente con temor.

No, por favor, no.

-.¿Te sientes mal? -Pregunto la voz masculina nuevamente, quien evidentemente es El monstruo.-

Changbin abrazo a Felix por detrás y beso su cuello.

Felix con algo de miedo asintió.

-.¿Y quieres que te haga sentir bien? -Pregunto jugueton Changbin.-

No... ¡Por dios, no!

Felix comenzó a negar aterrorizado.

Changbin sonrió.

Volvió a dejar un beso en su cuello.

Luego observo el collar de chupones que tenía Felix.

-.Tus marcas se están yendo... Debemos renovarlas -Dijo divertido, acariciando el hombro de Felix.-

Los ojos de Felix se cristalizaron.

No debes temer muñequita.

Y aunque Changbin estuviese del otro lado del sofá, y que Felix le estuviese dando la espalda.

Alzó a Felix y lo acomodo en sus brazos.

Cómo si de una princesa se tratara.

Y paso lento, comenzó a caminar.

Nuevamente dirijiendose a su habitación.

Subiendo las escaleras con paciencia.

La tristeza y el miedo inundaban a Felix.

Se sentía tan débil por dejar que estas cosas sucedieran.

Finalmente, llegaron a la habitación.

Changbin entro junto a Felix, y cerró la puerta detrás de el.

Y una vez cerrada la puerta, el sufrimiendo de Felix comienza.

Oh, muñequita linda, vamos a jugar.

ꕤ  :  la muñequita de Changbin ⬪ changlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora