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Esto que tenía en frente era la playa, bueno yo una playa me la imaginaba con arena y mar pero cada uno a lo suyo. Entramos a la dicha playa y lo primero que se podía ver era a muchísima gente bebiendo, bailando, cantando, teniendo sexo, bañándose en la piscina y claramente divirtiéndose.

- Dios Chishiya, en este momento no te puedo querer más, me has traído al paraíso.

No respondió y siguió su camino. Estuvimos varios minutos andando hasta que se detuvo frente a una gran puerta, la cual fue abierta por él mismo. Dentro había bastante gente reunida.

- Te esperábamos Chishiya. - un hombre que parecía rozar el nudismo le habló.

- Me he topado, bueno, con una distracción.

- Hola, yo soy esa distracción. - no había mejor forma de presentarse.

- Siéntate aquí. - me señaló una silla que estaba en medio del círculo que habían formado entre las personas, parecía un culto satánico o algo así.

Miré a Chishiya buscando una aprobación o algo con lo que me diera a entender que eran de fiar. Por una vez se dignó a responderme con un ligero asentimiento. Con actitud segura me dirigí a la silla del medio y me senté, digamos que de una manera no muy femenina. Escuché pasos acelerados a mis espaldas, estaba lista para un ataque sorpresa cuando un tacto suave se apoyó en mi hombro. Chishiya había dejado su sudadera en el mismo.

- Sigues estando en sujetador, luego me la devuelves, esto no volverá ha pasar así que ándate con cuidado.

Sintiendo algo extraño en el pulmón me puse la sudadera mientras de reojo miraba el torso desnudo de Chishiya, verga así no me podía concentrar yo.

- ¿Nombre? - hombre de mierda, me has hecho perder mi valioso tiempo junto a Chishiya.

- Queteimporta, es algo largo pero te acostumbrarás. - le di una sonrisa sincera claramente fingida.

- No te andes de graciosa aquí, este es mi terreno. - otra vez el nudista.

- Shino, así me llamo, pinche viejo culero. - su cara era entre diversión y enfado, no sabía cuál predominaba.

- Bueno Shino, bienvenida a la playa.

- Si, ya me han dado la bienvenida gracias.

- Yo soy el sombrerero, espero que te adaptes a este estilo de vida. Como ya habrás visto aquí todo está permitido, drogas, alcohol, sexo...

- Sí, y es maravilloso.

- Veo que ya te ha gustado el sitio. De acuerdo, si te quieres quedar tienes que seguir tres simples reglas.

- Bueno.

- La primera, siempre tienes que llevar bañador puesto, en ellos no se pueden ocultar armas. Dos, todas tus cartas pertenecen a la playa y tres, muerte a los traidores.

- De puta madre gente, me quedo, ¿dónde firmo?

- Firma dándonos tus cartas si quieres.

- Si tengo solo una, pero vale.

Después de eso me dijeron que una de los ejecutivos me iba a llevar a un juego a ver de lo que era capaz. Ella se llamaba Shuzuko y por lo que había visto estaba obsesionada con Chishiya, que asco. No digo que me dé asco por qué le guste Chishiya, eso es comprensible, si no por como se le pega, amiga entiende que no te quiere, ese hombre no quiere a nadie.

En la camioneta en la que íbamos había 6 participantes del juego contándome y contando a Shuzuko. Entramos a la arena de juego la cual era una especie de , no podía estar más ansiosa de jugar. Cuando entramos había ya por lo que quedamos 10 participantes en total, que por lo visto era el límite de ese juego en específico.

❦ Tú De Nuevo ❦ Chishiya × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora