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- Se te hace costumbre el estar acá ¿No es así? 

- Deberían pagarme por hacerlo ¿En dónde encontraran a alguien que sepa acomodar libros como yo lo hago?

- ¿Qué hiciste ahora Martin?

- Parece que el quedarme dormida en literatura también merece castigo - Colocó un libro en el estante.

- Y... 

- Coloqué pegamento para madera en el asiento de la profesora de artes por accidente.

- Claro... accidente - Soltó una carcajada-

- Estaba pegando el agarrador de un cajón de su escritorio - Se defendió - Parece que aunque uno intente hacer algo bien siempre verán lo malo - Bajó un poco su cabeza - Aunque aquí sean todos una bola de chismosos - Habló alto y todos los que se encontraban en la biblioteca la callaron - La idea era esa, que escucharan - La volvieron a callar - Odio este lugar - Habló bajo para que solo Miles la escuchara.

La pelirroja le dio la espalda al chico para poder sentarse en un sofá estilo puff que estaba en el pasillo, el castaño la siguió para sentarse al lado de ella en otro sofá del mismo estilo.

- Aunque prefiero estar aquí, es mejor estar sola que mal acompañada - Se abrazó a si misma.

- Auch, eso duele.

- Eres la excepción - Lo vio - Muy en el fondo me caes bien.

- Me siento alagado caerle bien a una chica tan linda.

- Oh - Sonrió - Sabes que eso no funciona conmigo - Bajó su vista para evitar que viera el leve sonrojo en sus mejillas.

- Te hice sonreír, es un avance - Sonrió - Te queda bien ese tono rosa natural en tus mejillas, es tierno.

Sky no podía ocultar el sonrojo, no sabía lo que le pasaba, no se había sonrojado con ninguna otra persona, ni siquiera con Stiles. Habían pasado tres semanas desde que su vida allí había comenzado, los alumnos no congeniaban con ella y a ella le parecerían demasiado ridículo el que intentaran acatar todas las reglas al pie de la letra, parecían robots y claramente ningún alumno quería que lo vieran involucrado con alguien que solo la pasaba metida en problemas.

Todos la hacían a un lado, todos menos ese chico quien más bien la buscaba siempre. Era un año mayor que ella, no podía negar que era atractivo, tampoco podía negar que tenía carisma y mucho menos negar que no le agradaba.

La mayoría de días por la mañana el pasaba por su habitación por ella para acompañarla hasta la puerta de sus clases, sin importarle que el llegara tarde a las suyas o que el guardia lo castigara por colarse al edificio A donde se encontraban los dormitorios de las chicas. Aunque tenía que ver en que el guardia fuera su amigo para que pudiera ingresar a ese lado del internado, lo conocía para saber que no haría cosas perversas si lo dejaba pasar.

- ¿Y tienes novio?

Ambos adolescentes se encontraban caminando por los jardines del lugar.

- ¿Crees que alguien pueda mantener una relación a distancia, en especial si la otra persona esta metida en un lugar en el que no puede salir y apenas le da la luz del día? 

- Si fuera una pelirroja con una mirada que hace que te pierdas en ella y su nombre sea Sky.. Claro que correría el riesgo de mantener una relación a distancia.

- ¿No puedes pasar un día sin hacerme cumplidos?

- ¿Por qué crees que te hago cumplidos? Te aseguro que no existe solo una pelirroja llamada Sky en el mundo - Se encogió de hombros.

𝑳𝒆𝒈𝒂𝒄𝒚 - 𝑻𝑬𝑬𝑵 𝑾𝑶𝑳𝑭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora