3 | Primera parte

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—Buenas noches, agente Grace.

—Buenas noches Leo, ¿qué necesitas?

El joven oficial recorrió la habitación con la mirada para finalmente volver a llevar su atención a su superior.

—Estoy buscando al agente Jackson, traigo el informe diario de las actividades de su esposa.

—Está llevando un interrogatorio. Puedes darme el reporte a mí.

—Muy bien —Leo miró el folder en su mano, pero sin la necesidad de leer, comenzar a recitar de memoria todo lo que ahí estaba escrito—. La esposa del agente Jackson salió temprano de su departamento y llevó a su hijo con la señora Sally Jackson, posteriormente se dirigió a las oficinas de Olympus... En realidad, su rutina fue exactamente igual —titubeó— a excepción de una salida que tuvo después de su trabajo.

Al ver la extraña expresión en el rostro de Leo, Jason frunció el ceño.

—¿Detectaste alguna amenaza?

—No, bueno, no es una amenaza del tipo que estamos buscando.

—Ve al grano Leo —Jason puso una de sus manos sobre el hombro del latino—. Mira, a Percy no le interesa vigilar, que es lo que su esposa hace cuando él no está. Lo único que él quiere es estar al tanto sobre cualquier amenaza que pueda afectar su seguridad o la de su hijo.

—Entiendo, pero si yo fuera él me gustaría saber si un desconocido está tratando de ligarse a mi esposa.

Jason entrecerró los ojos ligeramente mientras miraba a Leo. —¿Tienes la información de este sujeto?

—Sí, aquí está —dijo entregándole el folder.

Jason lo tomó y lo abrió para encontrarse con la foto de un rubio atractivo.

—Su nombre es Luke Castellan —Leo comenzó a detallar—. Tiene 37 años, es economista y acaba de entrar a trabajar a Olympus hace una semana... Como dije, hoy por la tarde él y la esposa del agente Jackson estuvieron en una cafetería cerca de Olympus y aunque ella no parecía muy entusiasmada con su compañía, aun así, creo que es preocupante que este tipo sea un completo Don Juan.

Leo se aclaró la garganta.

—Este tipo tiene una larga lista de mujeres con las que ha tenido aventuras en los últimos meses y seamos honestos. La esposa del agente Jackson es muy bella, no hay mucho que pensar para saber cuáles son sus intenciones.

—Podrías repetir lo que acabas de decir.

Leo y Jason se congelaron cuando escucharon la voz de Percy saliendo desde el pasillo.

—Em, bueno —Leo se aclaró la garganta. El agente Jackson era un tipo en su mayoría amable, pero su expresión daba miedo cuando algo amenazaba a su familia—. Hay un tipo que acaba de entrar a trabajar con su esposa y hoy la invito a tomar un café —explicó mientras veía a Percy arrebatarle a Jason el expediente de Luke Castellan—. Y bueno, con la información que recabe de él se nota que es un mujeriego, además no me gustó la forma en que le sonreía a su esposa.

Percy escuchó con atención mientras veía el expediente. Leo incluso había agregado fotografías de las últimas 5 mujeres con las que Luke había tenido una aventura.

—Parece que le gustan demasiado las rubias.

—Me temo que sí.

Percy continuó revisando el expediente hasta que sus ojos se obscurecieron al ver la foto que Leo le había tomado a Annabeth y Luke en la cafetería. Esa que había capturado la sonrisa coqueta en el rostro de Luke cuando sin mirarlo, Annabeth aceptó que pasaba mucho tiempo lejos de Percy.

—Algo más que agregar —Percy le preguntó a Leo.

—Bueno, la cita no duró mucho...

—La cita —repitió Percy con los labios apretados.

—La reunión —Leo se corrigió—, no duró mucho y después de eso su esposa pasó a recoger a su hijo y fue a casa... Sí, me permite un último comentario. Su esposa no parece muy animada estos días a excepción de cuando la vi con su hijo.

—Gracias Leo.

El joven asintió para después retirarse. Una vez que se fue, Percy se dio la vuelta dispuesto a marcharse.

—¿A dónde vas? —Jason lo detuvo.

—Me voy a casa.

—¿Cómo que te vas a casa? Todavía tenemos cosas que hacer aquí.

—Ya terminé los interrogatorios y créeme que si no hablaron con la golpiza que les di ya no van a hablar.

—Percy —la voz de Jason sonó ligeramente preocupada.

—¿Qué? —Percy respondió con una expresión que decía lo impaciente que estaba por irse.

—No crees que te estás pasando un poco. Últimamente, estás muy agresivo en las misiones.

—¿Y cómo quieres que esté? Llevamos demasiado tiempo detrás de Chrisaor Mackriz y cada vez que estamos cerca de atraparlo, el maldito desaparece como la rata que es —Percy se pasó una mano por el cabello—. Estoy harto, en estos últimos meses apenas y he visto a mi hijo y a Annabeth.

—Entiendo, pero sabes lo complicado que es este trabajo —Jason sonrió—. Yo por eso mejor nada de esposas.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Percy mientras recordaba el pasado.

—Yo tampoco iba a casarme y ya vez. Conocí a Annabeth y ya no tuve la fuerza para alejarme de ella.

—Sí que te pego duro el amor. Pero en serio Percy, no puedes ir a casa así. ¿Qué le vas a decir a Annabeth cuando te vea con el torso lleno de hematomas? Además, no se suponía que llegarías hasta el viernes.

—Le diré que me cancelaron unos vuelos y sobre mis heridas ya veré que le invento. Pero no puedo quedarme aquí sin hacer nada, sabiendo que ahí afuera hay un tipo que cree que me va a quitar a mi esposa.

Después de ello, Percy se marchó para recoger sus cosas y por fin ir a casa. Cuando entro el silencio reinaba en su hogar, por lo que intuyo que Annabeth ya se encontraría dormida, así que dejo su maleta junto a la puerta y su saco en el sillón antes de dirigirse a la habitación de Noah.

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