7

351 16 0
                                    

Me puse a cuestionarme, ¿Qué clase de amiga he sido para que el me oculte eso?, Si siempre que amas a alguien te alegras por su felicidad y en este caso era igual

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me puse a cuestionarme, ¿Qué clase de amiga he sido para que el me oculte eso?, Si siempre que amas a alguien te alegras por su felicidad y en este caso era igual. O incluso peor, porque el me hacía feliz solo con respirar, saber que existe me mantenía viva y con un propósito. Por eso es que me dolía tanto, pero bueno.

Pronto comencé a tiretiar del frío, era muy fresco, pero no dejaba de ser helado.

Pronto mis dientes comenzaron a chocar, encima den los otros y hacer ruido.––

Solo a ti, se te ocurre venir sin suéter... Pensé.

Sentí como alguien dejo caer una tela encima de mis hombros, era una sudadera morada.––

Carajo, di un salto. Pensé que estaba sola.––

Voltee rápidamente para encontrarme con el individuo que había tenido piedad con esta bruta chica. ––

–– Princesa.––

Ahí estaba el, a centímetros de mi. Pude sentir su respiración en mi cara.––

–– Gracias, pero no.–– dije quitandome su sudadera y entregándosela.––

–– Deja tu orgullo de mierda a lado o mañana amaneceres enferma.–– nuevamente coloco su sudadera en mi.––

Me cruce de brazos y seguía contemplando nuestro ambiente, todo estaba tan tranquilo y a decir verdad, me sentía completa con el a lado.––

––No pasa nada, tengo defensas fuertes.–– me cruce de brazos y este insistió en ponerme la sudadera.–– De niña comía tierra y mírame, sana.–– evite su mirada, la cual me buscaba insistentemente.––

–– Por favor, Gabriela. Deja de comportarte como una niña berrinchuda y hazme caso.–– Al oír "berrinchuda", solo abrí la boca formando una "O", me sentía ofendida.––

Claro que sabía que era berrinchuda, pero el nunca me lo había recalcado, pues no me gustaba que me dijeran eso. Estaba trabajando para mejorar ese aspecto.––

–– Cállate, metiche.–– respondí mientras caminaba rápidamente a dónde estaba la piscina.––

–– Ya, por favor. Siento que te enterarás de esta manera, pero te juro que te lo iba a decir.–– Respondió mientras se acercaba a mi, quedando cara a cara.––

Arquee una ceja en forma de reproche.–– ¿Ah si?, ¿Cuándo me lo dirías?, ¿Cuando ya la hayas embarazado o cuando estén apunto de casarse, eh?.–– retrocedí sin mirar atrás.––

El solo me veía herido, sabía que le dolía que me enterará de esta manera, ¿Pero por qué no evitarlo y decírmelo el?.––

–– Solo quería tiempo, para buscar la manera de decirte, no seas tan cabeza dura conmigo.–– trato de tomar mi brazo, jalandome hacia el, pero lo solté con brusquedad y si otro paso para atrás, quedando más lejos de el y del piso, vaya.––

𝑼𝒏 𝒅í𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓𝒆 𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒕𝒆|| 𝙂𝘼𝘽𝙀𝙉𝙊𝙏𝘽𝘼𝘽𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora