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–– ¿Todo bien?, ¿Eso crees?.–– respondió sarcástico mientras dio una sonrisa de lado.–– Jodete, Leo.––

–– Viejo, no se cuál sea tu puto problema. Pero no actúes como idiota, podemos hablarlo.––

–– Ale, ya.––

–– Tu sabes lo que hiciste, así que ahora no te hagas el pendejo.–– Gabe paso su mano sobre la punta de su nariz.––

Sus ojos se veían llorosos, ahí estaba. Mi Gabe, el único Gabe que se mostraba con las personas que quería y confiaba.––

Me acerque a el y lo abrace por las caderas, sentía pena por el.––

–– Ale, tranquilo.–– subía y baja su pecho constantemente.–– Gabe, iré contigo.––  Comencé a dar pequeños besos por su frente, su respiración empezo a relajarse.––

Sé que sería incapaz de reaccionar agresivamente con Leo, pero me hacía mal verle así. Estaba triste, furioso y siempre trataba de hacerse el "fuerte" pero claro está que siempre tenemos que ser libres todos. Hasta los sentimientos se cansan de ser reprimidos y encerrados, al final de todo, siempre salen libres.

Tal vez pensaran que estoy loca, pero, ¿ustedes que harían si su alma gemela esta destrozada?. A pesar de nuestras discusiones yo le prometí que lo amaría siempre y cuidaría de el, podía ser una terca, una berrinchuda y mil cosas más. Pero no mentirosa y cumpliría con mi palabra.––

Me aleje de Gabe, para acercarme a Leo, quien estaba a mis espaldas. Pero Gabe me jalo de un tirón acercándome a el.–– ¿Te irás con el?.–– frunció el ceño y escupió esas palabras dolido.––

–– No, iré a cancelar los planes con el.–– Acaricie su mano con mi otra mano, la cual estaba en mi brazo.––

Solo asintió con la cabeza en forma de respuesta.

Me acerque a Leo, quién estaba recargado en su auto con los brazos cruzados.––

–– Leo, lo siento. ¿Podemos dejarlo para otro día?.–– el suspiro y yo peine mi cabello.––

–– Claro, pero no dejes que el decida por ti. No es tu dueño.–– asentí para acercarme a el.––

–– No es así, solo que es mi amigo y en estos momentos me necesita.––

–– Puedo saber, ¿Qué paso entre ustedes?.–– pregunté yo y el volteo la cara para otro lado, evitando mi mirada.–– Digo, no es obligatorio.––

–– Para nuestra salida, ¿Te parece?.–– se acercó a besar mi mejilla.–– Adiós, cuídate. Nos vemos, pequeña.––

Gire mis talones dando la vuelta, yendo a dónde estaba Gabe, quién esperaba sentado en una pequeña barda.––

𝑼𝒏 𝒅í𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓𝒆 𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒕𝒆|| 𝙂𝘼𝘽𝙀𝙉𝙊𝙏𝘽𝘼𝘽𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora