-¿Vas a dormir aquí?- le preguntó la pelirroja a su esposo mientras ella se adentraba en la cama.
- No, de ahora en adelante voy a usar la recámara de invitados. -le respondió el moreno mientras se dirigía al costado de la cama para tomar su almohada.
- Por mi esta perfecto.
- Después le digo a Esperanza que saque mis cosas.
- Esteban...- pronuncio la mujer parándose de la cama para caminar hacia el moreno.
-¿Qué pasó?
- No te he dado las gracias por haber llegado en el momento perfecto, justo cuando las fuerzas se me habían acabado.- susurró Marcia.
Esteban solo la observo en silencio.
De una manera (in)consciente sus cuerpos comenzaron a acercarse, el hombre acaricio el brazo izquierdo de su esposa y se giró para marcharse.
- Siempre vas a huir, ¿no?- le dijo la pelirroja con su voz cansada y su mirada triste.
- Te recuerdo que si estamos así es por tu culpa. - le respondió el moreno volteándose para poder verla.
- Sabes, estoy cansada de que sea siempre lo mismo, estoy cansada de tu desconfianza, desde que regresé e intentado de todas las maneras posibles hacerte ver que yo soy inocente, pero estás cegado por el odio, por el rencor y no te permites parar un segundo y pensar con claridad las cosas.
Destruyes todo a tu paso y yo voy detrás levantando, ordenando.
Vos seguís rompiendo y yo tratando de formar algo parecido a lo que teníamos con piezas que quedan, yo intento salvarnos.
Pero vos solo deseas voltear y que yo no esté.- Yo nunca creí que tú deseabas salvar nuestra relación, siempre me lo has negado. -se limito a decir el moreno en un hilo de voz.
No entendía porque ella nunca había sido lo suficientemente clara con él, quizás todo hubiese sido más fácil para ambos.
- Te lo he demostrado un montón de veces Esteban, pero vuelvo a repetirlo, tú nunca te has parado un segundo a pensar con claridad las cosas, para ti es más fácil creer lo que te dice el resto de las personas y culparme a mí.
- Marcia yo...
- Extraño que me ames, extraño tu forma de mirarme, extraño como me tocabas aún cuando temblaba, extraño al Esteban del cual me enamoré. Pero entendí que no vas a regresar, todos estos meses a tu lado me han hecho darme cuenta de que nuestra relación ya no tiene arreglo y por más que yo lo intenté no puedo salvar a quien no quiere ser salvado. Hasta acá llego mi amor. - pronuncio Marcia entre lágrimas y con un dolor en su alma igual al que sintió hace 20 años atrás cuando él la dejo en aquella prisión, se retiro de la habitación siendo ella quien está vez lo estaba dejando y quizás para siempre.
No es fácil decir adiós, duele decirle adiós a quien ya no te suma, pero tampoco querés que reste su ausencia, duele decirle adiós a quien quiere quedarse pero no sabe que es quedarse. Duele el adiós.
"Fuimos víctimas de querer amar aunque hace rato el adiós nos estaba esperando."
-Denise Arredondo