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Día 0.

El cielo y el infierno.

Los ángeles y los demonios.

Tras siglos y siglos de incesantes luchas, guerras, traiciones... Pero luego de miles de debates, reuniones que siempre acababan en peleas interminables, al fin ambos bandos optaron por una tregua, de la cual fácilmente puede llegar a romperse si no tienen cuidado.

Tanto ángeles y demonios han sabido mantenerse a raya y no interferir en los asuntos del otro. Claro, que hay ciertos roces entre ambos, pero han sido cuidadosos para que no salga a la luz.

En fin, en el cielo y el infierno no todo es pacífico... sino hay trabajo por hacer.

Los altos mandos se encargan de resolver cualquier problema que haya entre ángeles y demonios, para mantenerlos a raya, evitar que se rebelen y causen conflictos.

Además, participan en las reuniones mensuales para informar las bajas, el crecimiento de su población, si hay traidores o desertores, etc.

Pero no todo era relacionado a lo anterior dicho, sino que ambos bandos tenían algo en común: los humanos.

Los ángeles se encargaban de guiarlos, protegerlos, observarlos.

Los demonios se encargaban de juzgarlos, tentarlos, engañarlos.

Según un acuerdo que se hizo hace varios siglos, cada humano tendrá un ángel y un demonio a su lado.

Antes de este acuerdo, los ángeles y los demonios hacían lo que quisieran. En vez de estar al lado del humano que se les encargo, tenían un duelo entre ellos.

Eso fue hasta que cierto Ángel y Demonio se propusieron a guiar a sus propios bandos, haciéndoles recuerdo sobre su "propósito" de ser lo que son.

Ya que los Ángeles y los Demonios no recordaban sus vidas siendo humanos, eran almas que se quedaron en la tierra y no pudieron partir. Así que según a los actos que cometieron cuando estaban vivos se les juzgaba y se decidía a qué lado iban a pertenecer.

Resumiendo, se les otorgó un propósito y una misión que deben cumplirla.

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Mientras tanto en el cielo...

En el paraíso, se citó al ángel más magnifico.

Tiene una apariencia muy elegante, él más bello de todos los ángeles del cielo.

Llevaba algunas décadas cumpliendo el deber que le fue encargado, sin fallar en ninguna misión que le fue dada.

No tenía recuerdo alguno de su vida siendo humano, así que al ángel se le otorgo un nombre y era "Loid"

Ese día se le fue dado nuevamente una misión, pero una muy particular...

La persona que le llamó fue uno de los altos mandos, el Arcángel Matesu.

— Escucha Ángel Loid, durante un mes estarás a cargo de esta humana.

Matesu chasqueo sus dedos, seguido de eso apareció una pequeña pantalla donde se veía una niña de unos 5 años.

— Disculpe Arcángel Matesu ¿Por qué solo por un mes?

— Veras... hubo algunos inconvenientes con el ángel y el demonio que estuvieron encargados de ella. En estos momentos no hay muchos ángeles que puedan hacerse cargo de esta gran labor, como sabes cada ángel necesita pasar por un entrenamiento arduo para que se le encargue un humano. Y como tu sos uno de los candidatos a ser arcángel, será sencillo para ti estar al lado de esa humana.