Ya llevábamos una semana sin hablarnos desde que me la encontré a la salida de la consulta del doctor Walker.
La verdad es que no me sentía nada bien. La había cagado con Jenna, con Olivia, seguramente Brooke también se había enfadado conmigo... Estaba muy perdido y tenía que buscar alguna manera de arreglarlo.
No hace mucho, limpiando el garaje de mi casa, ya que no tenia mucho que hacer, encontré una caja con viejos diarios míos. Los llevé a mi habitación y cogí la merienda que me había preparado mi madre, la cuál lleve también a mi habitación y leer el contenido de esas libretas que usé en su tiempo como diario.
"𝚀𝚞𝚎𝚛𝚒𝚍𝚘 𝚍𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘, 𝚊𝚌𝚊𝚋𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚛 𝚊 𝚖𝚒 𝚌𝚊𝚜𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚎𝚕𝚎𝚋𝚛𝚊𝚛 𝚖𝚒 𝟷𝟹 𝚌𝚞𝚖𝚙𝚕𝚎𝚊ñ𝚘𝚜.
𝙱𝚛𝚘𝚘𝚔𝚎, 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜, 𝙹𝚎𝚗𝚗𝚊, 𝚍𝚘𝚜 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘𝚜 𝚖á𝚜 𝚍𝚎 𝚖𝚒 𝚎𝚚𝚞𝚒𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚊𝚓𝚎𝚍𝚛𝚎𝚣, 𝙻𝚒𝚟 𝚢 𝚢𝚘 𝚏𝚞𝚒𝚖𝚘𝚜 𝚊𝚕 𝚙𝚊𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚎 𝚊𝚐𝚞𝚊 𝚊 𝚌𝚎𝚕𝚎𝚋𝚛𝚊𝚛𝚕𝚘.
𝙼𝚎 𝚕𝚘 𝚙𝚊𝚜é 𝚖𝚞𝚢 𝚋𝚒𝚎𝚗.
𝙻𝚊𝚜 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊𝚜 𝚍𝚎𝚌𝚒𝚍𝚒𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚝𝚘𝚖𝚊𝚛 𝚎𝚕 𝚜𝚘𝚕 𝚢 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝚢 𝚢𝚘 𝚕𝚎𝚜 𝚝𝚒𝚛𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚞𝚗𝚊𝚜 𝚋𝚘𝚝𝚎𝚕𝚕𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚊𝚐𝚞𝚊 𝚑𝚎𝚕𝚊𝚍𝚊𝚜 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚌𝚒𝚖𝚊, 𝚗𝚘𝚜 𝚛𝚎í𝚖𝚘𝚜 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚎𝚕𝚕𝚊𝚜 𝚜𝚎 𝚟𝚎𝚗𝚐𝚊𝚛𝚘𝚗 𝚎𝚖𝚙𝚊𝚙á𝚗𝚍𝚘𝚗𝚘𝚜 𝚍á𝚗𝚍𝚘𝚗𝚘𝚜 𝚞𝚗 𝚊𝚋𝚛𝚊𝚣𝚘. 𝙾 𝚋𝚞𝚎𝚗𝚘, 𝚊𝚕 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚜 𝚎𝚜𝚘 𝚑𝚒𝚌𝚒𝚎𝚛𝚘𝚗 𝙱𝚛𝚘𝚘𝚔𝚎 𝚢 𝙹𝚎𝚗, 𝙻𝚒𝚟 𝚜𝚎 𝚖𝚘𝚕𝚎𝚜𝚝ó 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚑𝚊𝚖𝚊𝚌𝚊 𝚖𝚒𝚛á𝚗𝚍𝚘𝚗𝚘𝚜.
𝙴𝚕𝚕𝚊 𝚌𝚛𝚎𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚖𝚎 𝚏𝚒𝚓é, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞é𝚜 𝚖𝚎 𝚊𝚌𝚎𝚛𝚚𝚞é 𝚊 𝚞𝚗 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚑𝚊𝚋í𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚛𝚊𝚛𝚕𝚎 𝚜𝚞 𝚐𝚛𝚊𝚗𝚒𝚣𝚊𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚏𝚛𝚎𝚜𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊𝚋𝚊, 𝚢 𝚍á𝚛𝚜𝚎𝚕𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚘𝚛𝚙𝚛𝚎𝚜𝚊.
𝙼𝚎 𝚊𝚕𝚎𝚐𝚛ó 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚟𝚎𝚛𝚕𝚊 𝚜𝚘𝚗𝚛𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚢 𝚎𝚕𝚕𝚊 𝚍𝚎𝚌𝚒𝚍𝚒ó 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚞𝚎 𝚋𝚞𝚎𝚗𝚊 𝚒𝚍𝚎𝚊 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚊𝚛𝚝𝚒𝚛 𝚎𝚕 𝚐𝚛𝚊𝚗𝚒𝚣𝚊𝚍𝚘.
𝙼𝚎 𝚙𝚒𝚕𝚕ó 𝚙𝚘𝚛 𝚜𝚘𝚛𝚙𝚛𝚎𝚜𝚊 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚕𝚕𝚊 𝚝𝚘𝚖ó 𝚞𝚗𝚊 𝚏𝚘𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚌á𝚖𝚊𝚛𝚊 𝚊𝚗𝚊𝚕ó𝚐𝚒𝚌𝚊 𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚜 𝚊𝚖𝚋𝚘𝚜 𝚝𝚘𝚖á𝚋𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝚊𝚙𝚎𝚛𝚒𝚝𝚒𝚟𝚘. 𝚃𝚎𝚗𝚐𝚘 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚊𝚜 𝚐𝚊𝚗𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚟𝚎𝚛 𝚕𝚊 𝚏𝚘𝚝𝚘 𝚛𝚎𝚟𝚎𝚕𝚊𝚍𝚊!"
Y en efecto, pegada bajo esa entrada de diario estaba la foto pegada con celo. En ella estábamos ella y yo bebiendo un granizado que tenía muy buena pinta. Yo tenia los ojos muy abiertos por la luz del flash y Brooke miraba a la cámara con su cara algo quemada y ese gesto tan característico de ella, que era arrugar la nariz al sonreír. Estaba muy guapa, siempre había sido una chica preciosa y si ella se diera cuenta, sería más increíble de lo que es.
Le di un gran bocado a mi sándwich de queso fundido y abrí otra página del segundo diario:
"𝚀𝚞𝚎𝚛𝚒𝚍𝚘 𝚍𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘,
𝙴𝚜𝚝𝚘𝚢 𝚙𝚛𝚎𝚘𝚌𝚞𝚙𝚊𝚍𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝙾𝚕𝚒𝚟𝚒𝚊.
𝙷𝚘𝚢 𝚗𝚘 𝚟𝚒𝚗𝚘 𝚊 𝚌𝚕𝚊𝚜𝚎 𝚢 𝚊𝚕 𝚎𝚜𝚌𝚛𝚒𝚋𝚒𝚛𝚕𝚎 𝚊𝚕 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚛 𝚖𝚎 𝚍𝚒𝚓𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚞 𝚊𝚋𝚞𝚎𝚕𝚊 𝚑𝚊𝚋í𝚊 𝚏𝚊𝚕𝚕𝚎𝚌𝚒𝚍𝚘 𝚙𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚎 𝚌á𝚗𝚌𝚎𝚛 𝚖𝚊𝚕𝚒𝚐𝚗𝚘 𝚕𝚊 𝚍𝚎𝚛𝚛𝚘𝚝ó. 𝙻𝚊 𝚊𝚋𝚞𝚎𝚕𝚊 𝙴𝚟𝚎𝚕𝚢𝚗 𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 á𝚗𝚐𝚎𝚕, 𝚢 𝚌𝚘𝚌𝚒𝚗𝚊𝚋𝚊 𝚞𝚗𝚊𝚜 𝚐𝚊𝚕𝚕𝚎𝚝𝚊𝚜 𝚢 𝚞𝚗𝚘𝚜 𝚋𝚒𝚣𝚌𝚘𝚌𝚑𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚕𝚒𝚌𝚒𝚘𝚜𝚘𝚜.
𝙴𝚕 𝚏𝚞𝚗𝚎𝚛𝚊𝚕 𝚜𝚎 𝚌𝚎𝚕𝚎𝚋𝚛𝚊 𝚖𝚊ñ𝚊𝚗𝚊 𝚢 𝚖𝚊𝚖á 𝚍𝚒𝚌𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚎𝚋𝚎𝚛í𝚊 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚛 𝚎𝚕 𝚍í𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚎𝚕𝚕𝚊.
𝙷𝚎 𝚙𝚎𝚗𝚜𝚊𝚍𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞é𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚌𝚎𝚛𝚎𝚖𝚘𝚗𝚒𝚊, 𝚙𝚘𝚍𝚛í𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚟𝚎𝚗𝚒𝚛 𝚊 𝚖𝚒 𝚌𝚊𝚜𝚊 𝚢 𝚙𝚒𝚗𝚝𝚊𝚛 𝚊𝚕𝚐𝚘, 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚗 𝚖𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜 𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚖𝚘𝚝𝚒𝚟𝚘𝚜, 𝚕𝚎 𝚊𝚢𝚞𝚍𝚊 𝚊 𝚕𝚒𝚋𝚎𝚛𝚊𝚛𝚜𝚎. 𝙻𝚞𝚎𝚐𝚘 𝚙𝚎𝚍𝚒𝚛𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚒𝚣𝚣𝚊 𝚌𝚊𝚛𝚋𝚘𝚗𝚊𝚛𝚊 (𝚜𝚞 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛𝚒𝚝𝚊) 𝚢 𝚟𝚎𝚛𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚕𝚊 𝚙𝚎𝚕𝚒 𝚚𝚞𝚎 𝚊 𝚎𝚕𝚕𝚊 𝚕𝚎 𝚙𝚕𝚊𝚣𝚌𝚊 𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚜 𝚖𝚊𝚖á 𝚗𝚘𝚜 𝚙𝚛𝚎𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚜𝚞 𝚋𝚛𝚘𝚠𝚗𝚒𝚎 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚌𝚒𝚊𝚕.
𝚀𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚊 𝙻𝚒𝚟 𝚢 𝚕𝚊 𝚑𝚊𝚛é 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛 𝚕𝚘 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛 𝚙𝚘𝚜𝚒𝚋𝚕𝚎."
Acabé la merienda y supe que tenia que hacer. Quizá una ofrenda de paz en forma de pizza y granizado ayudaría en algo.
Así que eso hice, fui caminando hasta la pizzería del barrio, ya que mi madre aún no quería dejarme el coche, por lo que tardé unos quince minutos en llegar a pie y otros veinte que esperé hasta que estuvo hecha.
Tras ello y con la pizza en mano caliente, me dirigí hasta un kiosko de cerca a por el granizado de fresa y tras comprarlo puse rumbo a casa de Olivia para que este no se derritiera.
Mientras iba pensé en un pequeño discurso por si la comida no funcionaba.
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El accidente
Roman pour AdolescentsOlivia y Sam son dos mejores amigos desde la infancia que se fueron a Nueva York para cursar sus últimos cursos de instituto. Ahora el siguiente paso es irse a sus universidades soñadas, pero un accidente hace que Sam pierda parcialmente la memoria...
