Prólogo

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—Uff... estas cosas están matandome —Dijo la heroína conejo mientras entraba a su limusina, que paralelamente iniciaba su marcha —¿Tu que piensas, cachorro? —Dijo arrimándose hacia al chico al otro lado de la limusina

El chico resopló tímidamente ante aquel apodo

—Um... s-supongo que está bien...

—"¿Bien?" ¿Acaso está bien que estás entrevistas y conferencias me maten lentamente? ¿Quieres que muera? —Cuestionó firmemente la heroína

—¡N-no! ¡No fue eso lo que quise-! —Intentó explicarse nerviosamente el chico, antes de ser bruscamente interrumpido por una carcajada de parte de la heroína

JAJAJAJA, es tan gracioso cuando te pones así, pareces un perro mojado -Afirmó la mujer, mientras rodeaba al chico con su brazo —Relajate un poco _____, siempre andas tan tenso y es un fastidio

El chico se encogió tímidamente al sentir a la heroína rodearlo e intento alejarse un poco, esfuerzo en vano ya que la heroína termino por acercarse aún más

Ahora estos idiotas quieren vender esa historia de que eres mi hijo, menudos coñazos —Dijo la heroína mirando a los paparazzis desde la ventana polarizada sin despegarse del chico —¿Que dices tu, cachorro? ¿Eres mi hijo? —Dijo la heroína con una sonrisa

Yo... pues... s-soy tu a-aprendiz ¿no?

¡Así es cachorro! —Exclamó la heroína, dándole una fuerte palmada en la espalda al chico que lo hizo arquearse —Ahora dirígete rápido a casa Kyoko, tengo hambre

Si señora —Dijo una joven por la ventanilla que daba hacia el asiento del conductor y la limusina comenzó a aumentar la velocidad

(...)

Una vez Kyoko estacionó la limusina en el aparcamiento subterráneo del edificio, la heroína y su "cachorro" emprendieron el camino hacia el objetivo más valeroso, temible, codiciado y soñado por millares de hombres alrededor del mundo; el apartamento de Mirko

Es muy limitada la cantidad de hombres que pueden presumir de haber sido bienvenidos en el apartamento de la heroína número 5 de Japón, y, si bien, no en el mismo contexto, ______ acababa de entrar en tan dichosa lista

Aunque el apartamento no era nada del otro mundo, no hacía falta ser un psicopata americano para darse cuenta de lo costoso que era, el tamaño era mayor al de un apartamento promedio, sin embargo no dejaba de ser un espacio exclusivo para una o dos personas, hecho que, evidentemente, no lo limitaba de lujos y excentricidades, y vale la pena resaltar que al apartamento de la heroína no le hacían falta más de estos

Una sala espaciosa, llena de muebles y decoraciones modernas, seguida de una cocina igual de repleta de modernidades y excentricidades - que, por alguna razón, tenían que ver con conejos -

¿Que te parece, cachorro? ¿Te gusta o te encanta? —Dijo la heroína con una gran sonrisa plagada de arrogancia

Diria que me interesa... —Dijo el chico con la mirada fija en un reloj de pared con forma de conejo —¿Porque te gustan tanto los conejos?

Um, ¿autoestima, quizá? —Dijo la mayor con un tono irritado

No me sorprendería que tuvieras carne de conejo aquí —Admitió el menor mientras revisaba la heladera

—¡Hey! No soy una caníbal

Pues yo nunca me he comido un conejo...

¿Te apetece comer uno?

Custodia [Mirko x Lector] Age Difference #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora