Capítulo 3

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El cabello negro caía sobre la frente de Han Do, su cabeza inclinada hacia adelante y sus ojos estaban fijos sobre las letras del libro que sostenía en sus manos, que para ese momento se habían vuelto un poco borrosas, porque su mente había comenzado a divagar en la noche anterior, en la aparición repentina de Sang Bae, en lo enojado que estaba Woo Sik con él, y en la tortura que nunca parecía ser suficiente.

Han Do estaba seguro de que no se trataba de que su esposo olvidó desatarlo de la cama, sino que lo hizo apropósito, dejándolo expuesto para que cuando el ama de llaves lo fuera a buscar junto con el médico, vieran aquella escena, de él inconsciente con sus piernas separadas, con rastros de semen entre ellas y varias marcas que decían lo que sucedió la noche anterior.

Los golpes de la sirvienta en la puerta de su habitación, fueron los que lo hicieron despertar lentamente, por lo que no pudo actuar rápido para detener su entrada junto al médico, teniendo que ver las mejillas de la vieja mujer volverse rojas por lo avergonzada que estaba, y escuchar al médico aclarar su garganta mientras miraba hacia otro lugar. El hombre no pareció haberlo estado juzgando, pero eso no evitó que el omega se sintiera humillado, eso debió tratarse de otra de las cosas que Woo Sik hizo deliberadamente para que él tuviera un mal momento.

El médico había actuado lo más profesional posible, indicándole al ama de llaves que desatara la corbata con la que fue atado, luego revisó sus muñecas que tenían marcas por lo apretado de la tela y las veces que él la haló tratando de huir del dolor.

El hombre no hizo preguntas que no creyó que debía de hacerlas, después con guantes puestos había limpiado los rastros de semen y curado la piel maltratada de su entrada, para finalmente encargarse de las quemaduras, casi suspirando en el momento que le dio varias cremas que servirían para tratar el dolor y ardor de las quemaduras, y que así mismo también ayudarían a que no quedaran marcas.

Han Do se había aferrado a las mantas con las que fue cubierto después de ser tratado y miró al médico, que negó con la cabeza cuando se encontró con los ojos casi suplicantes del omega, porque sabía cuáles serían sus siguientes palabras.

—Doctor —habló en un susurro —no le diga nada a mis hermanos.

Han Do no iba a olvidar que la primera vez que Woo Sik lo había golpeado y luego llamó a un médico, casi de inmediato recibió una llamada de Do Soo, preguntándole por lo que había pasado, y él quiso mentir, decir que no era nada más que un resfriado, pero ellos habían cortado su respuesta diciendo: sabemos que estabas herido, ¿cómo pasó? ¿fue Woo Sik?, si fue él, voy a matarlo.

La excusa inventada fue que se cayó de las escaleras, que no era tan grave como sonaba en los labios de otro, pero su hermano no le creyó y poco después los tres estuvieron en la casa, luciendo preocupados y con un aura asesina que le hizo agradecer que Woo Sik no estuviera ahí, al menos en el momento, porque su mentira no fue creída por sus hermanos y cuando su esposo regresó en la noche, lo hizo lleno de golpes y con la advertencia de que si volvía a tocar a Han Do, iban a torturarlo y matarlo, además de llevar a su familia a la bancarrota.

Ellos lo golpearon intentando proteger a Han Do, pero todo lo que hicieron fue que se ganara más el odio de su esposo, por eso él sabía que si el médico les informaba una vez más a sus hermanos de lo que sucedía en su casa, Woo Sik sería golpeado pero al final él sería una vez más castigado, porque su esposo creería que fue él quien se quejó con ellos, como sucedió la primera vez, por eso era mejor que el doctor no hablara de nada.

—Señ...

—Sé que Taek Soo le paga porque le informe lo que pasa conmigo, pero... —apretó sus labios —sé lo que es mejor para mí.

Amargo (Completa en dreame, Joyread)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora