THE PIANIST | seulrene

Nocturne op. 9 no 2 - chopin

"mi sentimiento fue como un jubilo enamoramiento,
lleno de deseo y anhelo.
Mi corazón es tuyo, aunque ya sea tarde dártelo."

Hay muchas cosas que me gustan en la vida, pero desde hace unos meses (exactamente tres), solo me gusta una cosa. Escuchar a esa linda estudiante de música practicar en el piano del aula.

Ya se me hizo un hábito ir a ese salón luego de mis clases para escuchar a la pelinegra tocar el piano. Aunque ya muchos me han dicho que es raro solo ir a escuchar a una completa extraña que va a otra carrera. Lo sé, pero nunca fue incómodo ir, ella transmite paz y una tranquilidad que nadie que conozco haya transmitido.

El primer día que fui, realmente fue horrible. Habia terminando mi clase de historia del arte, (simplemente no me gusta esa asignatura) y luego la pintura que estaba haciendo se me habia estropeado por culpa de la idiota de mi amiga, Yerim, que derramó café en medio de la cara de la mujer que pinté.

Literalmente, casi pierdo el año por su culpa.

Después de todo ese lío, me quedé en la biblioteca para despejar mi mente y no matar a nadie del malhumor que tenia ese día.

Pero algo llamó mi atención.

Los salones de artes plasticas están al lado de los de música. Por ende siempre escuchamos a los alumnos practicar en sus instrumentos las obras que los profesores les asignan.

Pero esa versión de la obra de Chopin la hizo sonar de otra manera. Fue como que todo sentimiento que podia representar esa melodía lo intensificaba y le daba un toque único.

Usualmente la música clásica no era mi favorita, me hacía acordar a cuando mi padre ponía todo el día distintas obras que ya hasta cansaba, pero escuchar esta versión me hizo sentir algo diferente, algo especial.

No tardé mucho en ir hasta dónde se encontraba la persona responsable de esa bella melodía. La puerta estaba abierta, por lo tanto, pude ver a esa chica pelinegra con ojos gatunos tocar con tanto énfasis cada tecla de ese viejo piano.

Me acuerdo haberme quedado por un tiempo ahí hasta que en un momento paró su practica para verme. Ese fue el momento en el que mis mejillas tomaron un color carmesí y empecé a tirarle excusas estúpidas para que no crea que soy una clase de acosadora o algo así. Ella solo rió y luego me invitó a entrar para que no me quedara ahí parada.

Antes de que siguiera tocando, se presentó ante mí. Me dijo que se llamaba Seulgi y que iba a segundo de la carrera de musica con orientación a piano. Yo le dije mi nombre y que estudiaba artes plasticas en tercero.

No hablamos mucho mas ese día, ella solo tocaba y yo escuchaba con suma atención.

Así es como conocí a Kang Seulgi.

Luego de ese día, he ido allá todos los días luego de clases. Digamos que Kang se convirtió en una amiga más, supongo.

Yerim me molesta porque no la invito a salir, ya que para ella yo siento atracción hacia la estudiante de música. Pero siempre que me dice eso, le recalco que no quiero arruinar lo que estoy teniendo ahora, simplemente no quiero.
Ya pasaron tres meses, y sinceramente invitarla a salir o algo así me aterra más que mi madre enojada.

— ¡Bae Joohyun! ¡Más te vale haber traído mi almuerzo!. — Creo que mis pensamientos invocaron a la rubia.
Me di vuelta a ver a la menor entrar al aula mientras terminaba de guardar las cosas en la mochila.

— Si lo traje. Igual, se supone que lo deberías traer tú. — Mediante ese reclamo, Kim solo hizo una mueca de disgusto algo graciosa y luego negó con la cabeza.