La Caida de Kuroinu [temporada 1] y [temporada 2]

capitulo 4

Karakura- casa Kurosaki

Hoy era una noche ajetreada gracias a sus nuevos ocupantes, la casa no estaba diseñada para tener tantas personas dentro así que buscarles un lugar para descansar estaba siendo un problema, bueno eso había sido así hasta que se percataron el faltante de dos personas, lo cual desafío una discusión, que termino con todas las princesas discutiendo entre sí, Yuzu y Karin como espectadores involuntarios, discutieron por aproximadamente una hora antes que llegaran a un acuerdo, el resultado, Yuzu, karin, Grea, Ruu Ruu, Prim y Alicia dormirían juntas en la habitación de las hermanas, Origa, Chloe, Celestine y Claudia dormirían en la habitación de Ichigo, aprovechando que el patriarca de la casa no estaba, Maia y Kaguya dormirían en la habitación de isshin, Ichigo se vio obligado a dormir en el sillón del primer piso,quien estaba de bastante mal humor por ese desarrollo, realmente no había tenido un descanso decente en un buen tiempo, prácticamente desde que fue al otro mundo

-"irme con ellas..." Ichigo murmuro pensativamente mientras miraba el techo, él realmente había abandonado cualquier posibilidad cuando volvió a su mundo, pero ahora las cosas cambiaron, ellas habían viajado por las dimensiones pera ir a buscarlo, incluso habían decidido llevar a su familia con ellos "futuro..." sus ojos marrones viajaron por las paredes, sin buscar nada en particular, solo mirando distraídamente, con su mente trabajando a toda máquina, sus pensamientos viajaron a las mujeres que descansaban en el segundo piso, inmediatamente pensó en lo que sentí por ellas, todavía podía sentir el olor de Prim contra su cuerpo, la calidez de Origa y Chloe sobre su piel, dejo escapar un suspiro y trato de pensar en otra cosa, pensar en lo que había hecho con ellos no sería bueno para cierta parte de su anatomia masculina

-"¿no puedes dormir?" Ichigo detuvo su tren de pensamientos ante la voz del intruso, él no necesitaba mirar a la persona para saber quién era

-"¿de quién cree que es la culpa?" él le pregunto de manera retórica, recibiendo una pequeña risilla como respuesta, aunque él ambiente cambió rápidamente, cuando ella se sentó a su lado

-"si no te hubieras ido... talvez estaría durmiendo cómodamente" ella comento débilmente, Ichigo se enderezó quedando en una posición sentada a su nivel, dejando que ella se recostara contra su pecho "yo estaba desesperada... cuando te fuiste, sentí como si algo se hubiera roto dentro de mi…" Ichigo miro su cabellera roja debajo de su barbilla, no podía verle el rostro por la posición que se encontró pero estaba seguro que estaba haciendo una expresión desoladora "si no te tengo a mi lado, yo no tengo una para vivir… si quieres quedarte en esté mundo, yo también me quedare, me adaptare, hare lo que sea necesario… pero no me abandonas devuelta" Maia le rogo, Ichigo razón apretó los labios con frustración, él no quería generar esté estado de ánimo en ella, aunque realmente no podía culparla, él era el culpable,tuvo el pensamiento infantil que talvez ellas, buscaran su propia felicidad cuando no esté, pero se olvidaba lo que realmente significaba para algunas de ellas, Maia era un claro ejemplo, talvez hubiera sido para salvarla, pero él la había roto y volvió a armar, odiaba la relación en la que se formaron pero no podía negar, que para ella, él era su paz mental.

-"Maia..." Ichigo pronuncio con la garganta apretada, ella se apretó más fuerte contra él, ella estaba poniendo tanta fuerza en su agarre que un humano normal sentiría dolor por la fuerza excesiva

-"por favor, no me dejes..." Ichigo sintió su estómago apretarse ante el tono en el que se habían dicho esas palabras, el tomo su barbilla y la forzó a mirarlo, sus ojos estaban brillantes por las lágrimas y el llanto silencioso, sus ojos escarlatas lo miraron fijamente, se pudo ver el dolor en lo profundo de su mirada, él se odiaba por hacerla sentir así, se odiaba, actualmente, Ichigo Kurosaki se odiaba a sí mismo, él comprendió esto, se odiaba por amarlas, se odiaba por dejarlas, se odiaba por querer pasar más tiempo con ellas, se odiaba por dudar, al apretó los dientes con enojo, él lo decidió, él no dudaría más, haría lo que su corazón le dijera