La Caida de Kuroinu [temporada 1] y [temporada 2]

capitulo 29

La petición de Maia era demasiado irracional, cualquier persona con un poco de moral la hubiera rechazado e intentaría hablar con ella para poder encontrar otra solución, Ichigo es conocido por su moral y espíritu justiciero, además de su desagrado hacia los pervertidos, todas las estadísticas apuntarían a que él decidiría hablar con ella para buscar otra salida, tal vez el contexto del mundo en el que estaba influyo en él, ya que contra todo pronóstico él decidió aceptar la petición de Maia, incluso el mismo se sorprendió por haber aceptado pero no retrocedió a su palabra e hizo lo que ella le había pedido, esa era la razón por la cual los dos se encontraban solos en una habitación apartado de todas las otras, sus cuerpos bañados en sudor, su respiración era desigual y áspera, el sonido de los gemidos de Maia y el golpeteo constante de cierta partes de su cuerpo chocando entre sí, Ichigo no podía recordar el número exacto de veces que se había corrido dentro de ella pero estaba seguro que fueron más de diez, por otro lado estaba seguro que ella había llegado más que él doble de las veces que él al orgasmo, lo cual era sorprendente para ella, ya que nunca antes se había corrido al hacerlo con otro hombre, incluso así, ellos no se detuvieron, continuaron haciéndolo en diferentes posiciones, actualmente ella estaban en la clásica posición en cuatro

-"mierda... Me corro otra vez" Ichigo apretó los dientes, sujeto fuertemente las caderas de Maia y con una última profunda estocada libero su carga dentro del útero de la mujer pelirroja, quien jadeo fuertemente ante tal sensación, sus ojos se pusieron en blanco por un momento ya que al igual que él ella también había llegado a su límite, el adolescente peli naranja dejo escapar un suspiro cansado antes de sacar su miembro del interior de Maia, quien cayo rendida sobre la cama, su estado era varias veces peor que el del Shinigami, su feminidad estaba chorreando libremente la semilla del peli naranja, ya que su interior estaba completamente lleno, sus ojos rojos habían perdido su brillo risueño y en cambio parecían mostrar un aspecto cansado, somnoliento, opaco... Ella tenía una mirada perdida con los ojos entrecerrados, tenía un rastro de baba escapándose de por las comisuras de sus labios, su respiración era errática, Ichigo también se había entregado a la lujuria en ese momento, su miembro nuevamente estaba erecto, así que como si fuera algo natural levanto las caderas de la pelirroja y hundió su virilidad en ella, lo cual hizo que sus ojos se abrieran ampliamente y un gemido escapara de su boca

-"nooo... Si te corres otra vez... Sin duda perderé la cabeza" Maia le dijo débilmente, incluso si dijera que quería que se detuviera, sus caderas ya se habían empezado a mover al ritmo del Shinigami, sus pechos rebotaban libres cada vez que él choco su pubis contra su trasero "detente... Si sigues... me volveré loca" Maia le dijo, aunque su tono estaba cubierto totalmente por la lujuria y ella estaba aumentando el ritmo de sus movimientos "haaa... Ichi... Ichigo... Haa... Tu pene se siente muy bien... Tu pene es lo mejor... Si continuas así me volveré adicta a el" Maia jadeo felizmente, su mirada estaba totalmente perdida por la lujuria, una sonrisa pervertida plasmaba su rostro mientras empujaba con fuerza sus caderas contra la hombría del Shinigami "haaaa me corro" ella grito al sentir un nuevo orgasmo invadir su cuerpo, su mente estaba en blanco no podía pensar en nada más que el placer desbordante que recorría su cuerpo, su clímax estallo liberando un montón de fluidos, sus ojos subieron hasta su nuca y la fuerza de su cuerpo la abandono, pero aun así, Ichigo no se detuvo y continuo penetrándola vigorosamente "si me corro... una vez más... Yo no podré impedirlo... Me volveré tu esclava... Seré tu juguete humano" incluso después de esas palabras Ichigo siguió embistiéndola duramente

-"has cumplido correctamente... Vuelve en ti, mi valiente" una voz sonó en la mente del peli naranja, haciendo que sus ojos se abrieran ampliamente, la nube de lujuria que cubría su mente se dispersó y pudo volver a pensar con claridad, como un rayo de luz que ilumina entre las nubes, Ichigo recordó algo importante