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Seis semanas después de que nos encontráramos varados en una isla sin nombre, habíamos desarrollado un ritmo para la vida aislada que nos dieron, confiando mucho el uno en el otro para sobrevivir. Dividimos nuestras tareas diarias, e intercambiábamos tareas para romper la monotonía y nos acercamos hasta formar una relación de dependencia mutua. A ambos nos empezó a salir algo barba y nuestra piel estaba más bronceada por el sol. Estaba casi tan oscuro como él, resaltando mi mísero vello corporal.

Dormir juntos ayudó a forjar una relación casi romántica que nunca antes había experimentado. A pesar de la falta de sexo entre nosotros, habíamos desarrollado un bromance profundo y significativo, intercambiando historias de nuestras vidas antes de la isla, siempre alrededor del fuego. Nada estaba fuera de los límites, y nuestros secretos más profundos pronto se revelaron, no solo llevándonos a un entendimiento mutuo, sino a una comprensión más profunda de nosotros mismos.

Una noche, después de varias semanas de vida juntos, mientras estábamos acurrucados en la cama, sentí el empujo de lo que estaba seguro que era su dura verga en mi muslo.

Me congelé, preguntándome si solo lo había imaginado, pero estaba seguro después de que sucedió de nuevo. Me giré hacia él, lo empujé sobre su espalda y me senté a horcajadas sobre sus caderas, presionando su miembro entre mis nalgas cubiertas de tela.

—¿Tu quieres esto? —Le pregunté. Respondió empujándose hacia arriba un par de veces antes de girarme debajo de él, quedé medio fuera de la cama mientras él me rozaba. Envolví mis piernas alrededor de su cintura, disfrutando la sensación de su gran polla vestida frotándose contra mí.

Se acostó sobre mí, con mi erección presionada entre nosotros, estimulando su cuerpo moviéndolo contra el mío. Me di cuenta de que no pasaría mucho tiempo antes de llegar al clímax en mis pantalones.

—¡Oh, Dios, sí! — gemí —No te detengas.

—No sé cuánto tiempo podré contenerme -susurró en mi oído.

Él me follaba en seco hasta que se corrió en sus pantalones, la fricción de su cuerpo contra el mío me llevó al orgasmo poco antes que él. Nos acostamos juntos, unidos en nuestro abrazo hasta que recuperamos el aliento y la división lentamente.

—Lo siento por eso — exhaló First a mi lado.

—No te preocupes — susurré -lo necesitaba tanto como tú.

—Sí, pero tú eres gay, yo no lo soy. Me aproveché de la situación.

—Desde mi punto de vista, mientras estemos solos en esta isla, no existe la homosexualidad o la heterosexualidad. El deseo de tener relaciones sexuales es fuerte, y somos todo lo que tenemos.

—Supongo que estas en lo correcto.

Nos quitamos la ropa cubierta de semen y nos volvimos a dormir juntos, entrecortados y saciados.

—Eso probablemente no debería haber sucedido —mencionó.

—Dependemos uno del otro para todo lo demás, no veo como esto sería diferente.

No me respondió. Simplemente se recostó y me acurrucó en uno de sus brazos. Con mi cabeza en el hueco de su brazo y mis dedos jugando con su pecho, nos quedamos dormidos como siempre lo hacíamos. La última de nuestras fronteras se disolvió.

Dos semanas después, nos habíamos acostumbrado a dormir desnudos, calientes por el fuego y el calor de nuestro cuerpo. A menudo caminábamos por la playa sin ropa, pero siempre nos vestíamos cuando íbamos al interior de la isla. De todas maneras no era mucho lo que teníamos para vestir, pero empezamos a pensar en esa ropa como nuestra armadura, nada más que herramientas para usar cuando las necesitáramos. Nuestra desnudez se convirtió en un lugar común y pareció cimentar nuestra amistad de una manera que creo que ninguno de nosotros esperaba.

Una vez, mientras lo veía moverse de su manera sexy, me sentí nervioso y me puse rojo como una remolacha cuando se dio cuenta, en lugar de darle mucha importancia, me cacheteó juguetonamente.

—Pequeño sinvergüenza, tal vez más tarde, Khao -—manifestó First —tenemos trabajo que hacer ahora.

Aunque no salió como esperaba... porque para cuando nos acostamos ambos estábamos tan agotados por nuestras tareas diarias que nos quedamos dormidos rápidamente.

Al día siguiente, decidimos volver a tomar agua en la cascada. Habíamos recolectado tantas botellas de plástico lavadas que las atamos a las ramas de los árboles con enredaderas, cada una de las cuales llevaba varias botellas al corazón de la isla.

Con nuestras botellas llenas, decidimos darnos un baño en el agua limpia, algo que al menos podíamos hacer a menudo. También nos bañábamos diariamente en la playa, pero bañarnos en el agua limpia, enjuagarnos lo salado de nuestros cuerpos, era un lujo bienvenido. Después de que terminamos de jugar y chapotear, subimos a la orilla y nos tumbamos en el césped para secarnos.

Mientras yacíamos allí, First rodó sobre su costado y se acercó a mí.

—Me alegro de que estés aquí conmigo — me sonrió hermosamente —no sé que habría hecho sin tí—. Se inclinó y me besó. Fue un beso suave y exploratorio al principio, pero pronto se convirtió en uno lleno de pasión. Sintiendo mi pene endurecerse, envolví mis brazos alrededor de su cuello, atrayéndolo hacia mí.

Se apartó y miró mi erección, luego tocó su propia erección. Era la primera vez que realmente lo veía duro y su entrepierna era de muy buena proporción en comparación con el mío, aún así estaba muy orgulloso de mis siete pulgadas

Tomando esto como mi señal, bajé la cabeza en su regazo y comencé a chupar el grueso eje con todo lo que tenía para darle. Su polla era más gruesa en la base que en la cabeza, lo que hacía casi imposible una garganta profunda, pero di todo lo que tenía, eventualmente estirando mi mandíbula hasta el punto de romperse mientras su longitud se deslizaba llena por mi garganta. Salí satisfecho conmigo mismo y lo miré.

Me empujó hacia atrás y tomó mi polla en su boca, chupándola con una precisión inesperada. La cálida y húmeda succión de sus labios y lengua me llevó rápidamente a un calor de una pasión que no había sentido en mucho tiempo. Me aparté de él lo suficiente para cambiar mi posición, tomando su verga de nuevo en mi boca mientras el tomaba la mía (69). Juntos los hicimos mientras nuestro placer aumentaba con cada engullimiento. First pronto estaba tragando profundamente la mía mientras tragaba su longitud y grosor con mayor dificultad.

Se apartó de mí y se colocó entre mis piernas, escupiendo en mi agujero antes de montarme. Me sorprendió que fuera hacerlo y en ese momento, también me alegré de no ser virgen cuando empujó la gran cabeza de su polla dentro de mí agujero. No obstante, hice una mueca cuando la familiar punzada de dolor se disparó en mi trasero. Luego, empujó suavemente en mi interior, y mi recto se estiró dolorosamente alrededor de su creciente circunferencia. En el momento en que estuvo completamente enterrado dentro en mi canal, estaba sintiendo el placer de estar lleno de él.

Empezó a hacerlo lentamente, como si supiera que necesitaba acostumbrarme al tamaño de su polla forzada en mi culo. Su ritmo aumentó, y sentí su grosor masajeando mi próstata, provocando que olas de placer me inundaran. Cuanto más rápido empujaba su pene dentro de mí, más seguro estaba de que me haría venir muy rápido. Estaba delirando de éxtasis, gritando su nombre, rogándole que no se detuviera. Algo se rompió dentro de mí, como una presa, y pronto estaba disparando cuerdas blancas entre nosotros. Empujó fuerte hasta que dejé de correrme y liberó su semilla profundamente en mi interior, colapsando y besando mi cuello donde enterró su rostro.

Después de unos minutos, ambos recuperamos el aliento y nos separamos, acostados juntos en el pasto por un rato. Sin decir palabra, nos volvimos a bañar, limpiando los fluidos de nuestros cuerpos, con las manos sobre el otro, besos compartidos, brazos y piernas enredados en el agua. Ya no éramos solo compañeros, sino amantes.





😆🧡

Ahsvshshhnhshy Uff 🍌💦🍩

Esta isla arde 🔥

Castaway 𝙵𝙺 𝙺𝙵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora