Capítulo: 2

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Joaquín metió sus libros en su casillero y tomo el de matemáticas. Cuando odiaba matemáticas, eso era lo que decía, pero siempre era el mejor de la clase.

__Hey, tommo__saludó Nicolás.

__Hola, Ni__cerró su casillero y se giró hacia Nicolás.

__¿Me podrías ayudar a estudiar para matemáticas? Es que estoy seguro que estoy a punto de reprobar y no quiero. Prometo pagarte.

__Está bien__asintió sonriendo__Lo hago gratis, no necesitas pagarme.

__¿Por qué no hay más personas como tú?__gritó alzando sus brazos.

__¿Igual de horribles?__bajo la mirada.

__¿Dónde está, Emilio?__dijo intentando cambiar de tema, el rizado era el único que sabía cómo hacer sentir mejor a Joaquín.
Joaquín sólo se escogió de hombros.

__Por cierto ¿Te acuerdas de Matt?

No termino escuchando a Nicolás porque unas risas bajas lo hicieron voltear hacia Maria, era claro que se estaban burlando de él, podía escuchar y observar que estaban juzgando su ropa. Reían sin parar y lo miraban con muecas de asco. Se le cristalizaron sus ojos y bajo la mirada para empezar a caminar dejando a Nicolás con las palabras en la boca. Es que cada palabra que escuchaba salir de los labios de Maria una parte de él ser rompía mas. Debia de escuchar a su madre, ella siempre le decía que no les tomara importancia, que solo buscan hacerlo sentir mal y es que aunque lo intente, no puede, siempre ha sido así, siempre le ha importado más lo que piensen otras personas de él. No es algo que pueda cambiarlo de la noche a la mañana.

__¡Mira que horrible te queda ese pantalón. Te hace ver más gordo. ¿Cómo alguien te deja salir en esas fachas?__Maria soltó por lo alto para darle paso a unas carcajadas.

Joaquín tapo sus oídos y caminó rápidamente con la mirada en el suelo. Él solo quería dejar de sentirse así, dejar de escucharlas.

Chocó contra el pecho de alguien. Alzó la vista encontrándose con unos hermosos ojos verdes. Emilio se percató de las lágrimas que corrían por el rostro de Joaquín.

__¿Bebé? ¿Qué tienes?__este negó repetidas veces.

__No...no es nada__se sorbió la nariz.

__Pero.

__¡Qué no es nada!__dijo molesto. No quería escuchar preguntas ni mucho menos responderla y acordarse.

Emilio odiaba verlo llorar, que sus ojitos estén bañados de tristeza, pero cada vez que le preguntaba que le sucedía Joaquín cambiaba de tema. Es claro que no le quería contar.

__No llores, precioso ¿Quieres un batido de la cafetería?

__Solo quiero un abrazo__abrió sus brazos para que el rizado lo estrechará, cosa que Emilio hizo.

Este acarició su pelo y su espalda. Joaquín olía a vainilla.

__Gracias por ser mi mejor amigo, Emilio.

__De nada, Joa.

UN JOAQUÍN INSEGURO  (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora