UN JOAQUÍN INSEGURO (Emiliaco)

Capítulo: 5

En algún punto de nuestras vidas nos hemos parado en frente de un espejo y pensado lo que cambiaríamos de nuestros cuerpos, pensado qué si tuviéramos el poder de cambiar una sola cosa de algo que no, nos gusta de nosotros físicamente no lo pensaríamos dos veces. En las veces que caminamos por la escuela con la mirada en el suelo sintiendo vergüenza de nosotros mismos. Eso le pasaba a Joaquín y a millones de personas en el mundo.

Joaquín se encontraba sentado en el sillón de su sala, con sus ojos hinchados, la nariz roja. Emilio se sentó a lado de él, sintiendo una presión en el pecho de ver a Joaquín así. Corrió el cabello del Castaño que había caído por su frente. Esperó que el oji-azul se calmara para preguntarle porque estaba así.

__¿Qué pasa, Joaquín?__preguntó al ver que Joaquín ya había dejado de llorar.

__Nada__dijo con un hilo de voz.

__Vamos, no sólo vas a llorar por nada, además la mayoría de las veces te encuentro llorando eso no es normal. Dime, gatito__acaricia la mejilla de Joaquín.

__Es.. Sólo que... odio mi apariencia__Emilio bufa.

__Escucha, Joaquín__lo tomó fuerte de los hombros sobresaltando a Joaquín__Odio que pienses de eso de ti, ¿quién te mete toda esa mierda en tu cabeza?__el castaño se muerde su labio inferior recordando todas las veces en que Maria le ha bajado el autoestima.

__Nadie__mira a ver a otro punto para no tener que ver a Emilio a los ojos.

__Está bien, no me digas__se cruza de brazos.

__No te enojes, ya te dije que nadie__hizo un puchero.

__Sólo no me gusta que pienses así de ti. Eres hermoso, Joaquín, eres un tierno bebé__bromeó.

__No soy un bebé.

__Pues actúas como uno__dijo sacándole la lengua.

El Castaño se sorbió la nariz riendo.

__Ves te hice reír__señalo.

__Tonto__sonrió ligeramente.