~~Capítulo 3~~ ¿Donde estoy?

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Mis párpados pesan, la garganta me ruega por algunas gotas de agua, las mejillas arden como si el sol las hubiera iluminado por horas y el cuerpo me duele horrores.

Lentamente abro mis ojos permitiendo que una tenue luz blanca ilumine el alrededor.

Con delicadeza me levanto observando el entorno en el que me encuentro, este no es mí hogar, ¿Donde estoy? ¿Que hago aquí? ¿Cómo llegue?

Estás ya no son las mismas paredes que antes decoraban los alrededores, sino que estan pintadas bajo una tonalidad amarillenta con algunas manchas de humedad. Los grandes ventanales antes posicionados en las esquinas de mí habitación, ahora son revestidos con ladrillos. Mis muebles ya no están, siendo reemplazados por otros precariamente colocados en sitios estratégicos debido a la pequeña dimensión del espacio.

La sensación de estar nuevamente pérdida en mí propia mente es una gran posibilidad, todo puede ser un sueño profundo pero, se siente jodidamente real.

El Corazón me late a una velocidad preocupante advirtiendo a mí cuerpo del susto.

No poder comprender cuál es este nuevo lugar que ante mis ojos se halla, me aterra.

Con manos temblorosas tomó mí garganta en busca de aire. -Tranquila lea, tranquila- susurro para mí misma. Debo tranquilizarme y no dejar que el pánico logré invadirme de esta forma.

Comprender en que rincón de mí mente me encuentro y buscar la forma más efectiva de despertar sería lo más efectivo.

Luego de unos minutos con la mentr en blanco, comienzo a recordar escenas de lo ocurrido:

Estruendosos sonidos.

miradas de confusión.

Hombres con unos gigantescos y desconocidos trajes negros.

Armas apuntándome y de pronto un sueño profundo.

-NO. PUEDE. SER- suelto. No, es imposible, ¿Acaso mis ensoñaciónes son reales?

No, es una locura, esto no puede ser así. Hasta donde mis recuerdos llegan, ayer me encontraba plácidamente acogida en un lugar completamente distinto y rodeado de mis pertenencias.

Hasta ayer estaba completamente sola y esas figuras que logré ver, que se presentaron ante mí, son una notoria prueba de que no todo lo que creí es verdad y mis suposiciones no son correctas.

La confusión reemplaza cualquier sensación de miedo y pérdidaantes habitada en las dimensiones de mí cuerpo.

Atenta, debido al lugar desconocido y el instinto desarrollado en este último tiempo, los murmullos pertenecientes a la parte exterior de la habitación no son ignorados por mis sentidos.

El sonido de una puerta hace que mí cuerpo se gire completamente permitiéndome ver a dos seres humanos. Dos seres vivos que al igual que yo caminan, dos personas que al igual que yo respiran aire, dos individuos a los que observar suspirar.

-Al fin despiertas- exclama la mujer vestida, a simple vista, con una bata de hospital utilizada por médicos y una libreta que apoya en sus brazos mientras otro hombre de figura más robusta la acompaña quedando en la puerta del lugar. Observo con atención como en ella toma apuntes con una bonita lapicera color violeta, al igual que su uniforme.

-¿sabes dónde te encuentras?- exclama ese ser que tiene una figura semejante a la mía.

Detenidamente detallo como su pecho sube y baja, el aire se desprende por su garganta y que es succionado por su nariz.

Su cuerpo danza al compas de su propia respiración provocando pequeños movimientos monocromáticos y casi invisibles.

-no- comento. Según mí subconsciente, me encuentro en un sueño, alucinación o simplemente ya me deje consumir por la locura.

- bienvenida a la O.D.S. o mejor conocida como Organización Divisoria Social. Te encuentras en un refugio creado debido a los acontecimientos ocurridos el 9 de diciembre- comenta con tanta rapidez que me descoloca.

-¿Acaso esto es real o estoy hablando con mí mente?-la pregunta formulada en voz alta sale de mis labios por cuenta propia impidiendo controlar mis pensamientos.

Ya no diferenció la realidad de mis sueños y espectativas.

La sensación de familiaridad que provoca en mí tal individuo es reconfortante, luego de tanto tiempo, tantos lamentos, tantos pensamientos, ya no estoy sola.

- No pequeña, esto es tan real como todo lo que observaste y viviste durante tu estadía en la superficie- me comenta con una gran sonrisa de dientes blancos y perfectamente alineados.

¿Acaso había dicho superficie?
Y de ser así ¿Donde me encontraba?

Asimilar dicha información es complicado, mí cuerpo se transformó en una estatua viviente, como las que adornaban los parques en mí niñez.

La mujer que se encuentra delante mío, es una persona viva que posiblemente haya pasado por los mismo acontecimientos que yo y con la que poder entablar una conversación en la que mis propias respuestas y razonamientos no sean protagonistas.

Permanezco perplega un largo momento y al igual que yo, ella me observa con un brillo en los ojos, un brillo encantador.

-¿Cómo llegue aquí?- Pregunto rompiendo el cilencio. Era obvio que no concurrí a dicho establecimiento por medios propios, por ende, hay más personas en este lugar.

¿Cuántas de ellas habra?
¿Serán muchas o pocas?
¿El lugar es grande?
¿Subterráneo?
¿Sub marino?
¿Estamos volando?

Tantas preguntas aguardan en mí mente y tantas respuesta Deseo recibir que, por un momento, concierto la idea de que no me alcanzarán las horas de un día para lograr entender dichos acontecimientos.

Obtener respuestas a los pensamientos sobre aquella tarde que aún abordan mí mente, es algo que desee tanto todo este tiempo como una compañía pero, también es algo que asusta, estar luego de tanto tiempo sola rodeada de personas con opiniones distintas es un gran desbalance al que tendré que acostumbrarme.

-Niña, tienes muchas preguntas, tengo muchas respuestas pero también tengo demaciodo que interrogar y tu mucho que contar, así que será mejor descanses, te alimentes y recuperes del todo, para poder responder lo que deseemos- aclara la mujer interrumpiendo mis pensamientos.

-Soy Lea, Lea Lencom- comento, supongo que no es consiente de mí nombre, por dicho acto me apodo cómo "niña", así que decido brindarle esa información.

-Carla, doctora Carla Thomson- devuelve el gesto con un asentimiento de cabeza.

La doctora desaparece de mí campo de visión, no sin antes aclarar que la llamé ante cualquier duda o inseguridad llevándose con sigo el cuerpo gigantesco de aquel hombre que esperaba pacientemente en la terminación de esta habitación.

Ya sola, Formuló miles de preguntas e imaginó distintos escenarios que podría encontrarme atravesando estos muros.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2023 ⏰

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