_

20 4 0
                                    

Ya estando en casa, la pálida chaeyeon se encontraba comiendo bien, bastante bien.
Pero aún estaba taciturna y no dormía para nada bien.
Me encontraba bastante preocupada por chae, pero no podía decir nada a la menor por qué reaccionaria mal, demasiado mal y no quería estropear lo poco que había echo avanzar a su novia.

Pero, tranquilos: nunca me había agredido ni algo parecido..... Nisiquiera psicológicamente.
Solamente hacia sus ojos para atrás haciendo sus muecas y respirando pesado.

Algo ¿Simple? Tal vez, pero eran cosas que me dejaban con un claro ácido sabor en la boca y los ojos hinchados.
Últimamente..... El aire era diferente, era extraño para las dos, pareciera que estuviera exagerando las cosas pero realmente lo sentía extraño y sabía que chaeyeon estaba en mi misma situación.

No nos hablamos, era como si fuera una desconocida para chaeyeon, tampoco había contacto físico, todo esto estaba doliendo de forma inexplicable.
Nisiquiera nos tocabamos, extraño sus manos en mi cuerpo pero parece que ahora no me desea.
Era como dormir con un maldito extraño.

Pero, hubo un día donde chaeyeon le dieron ganas de besarme y me tomo por sorpresa.
Me agarró de la cintura y me hacerco hacía su anatomía, mi corazón latía tan rápido. Estaba tan feliz, había extrañado con locura sus labios gruesos y a pesar de tener grietas seguían siendo igual de suaves que antes.

Sostenía una gran sonrisa luego de cada besó, sin duda estaba siendo tan feliz en ese momento, hubiera deseado que ese momento jamás hubiera acabado, que el tiempo se hubiera detenido allí mismo.





Esos......
Esos eran los últimos besos que chaeyeon me daría.
No sabía que esa sería la última vez que podrías sentir sus labios junto a los míos, después de todo, fue mejor que no supiese, ¿Verdad?.
Sería doloroso ser consciente de aquello.

Esto se podría tomar como una despedida.
Una muy dolorosa.






solo yo cumplí la promesa  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora