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Por la mañana, con Minho de mal humor por ser pateado y destapado por Felix por toda la noche, desayunaron los cuatro juntos, aunque el mayor no tenía ganas de estar con nadie, dejó sólo a Jeongin acercarse y el castaño le hizo mimos en un intento de que se relajara un poco.

La abuela Han desayunó con ellos, y no pudo evitar comenzar a hablar del pequeño Jisung hasta avergonzar al castaño.

Habló también de Felix, y de como siempre fue el mejor amigo de Jisung incluso de pequeños, y que era el chico más fiel que su nieto pudo haber conseguido.

Felix no podía sentirse más halagado, sonriendo ampliamente, por otro lado, Jisung se sentía avergonzado, y tenía las mejillas rosadas de vergüenza, a pesar de que su abuela no había dicho nada malo.

—¿Quieres que vaya a buscar los álbumes?— preguntó la mujer, haciendo que Felix se emocionara, y su nieto comenzara a pedir piedad.

Para ese punto, Minho estaba tan divertido con la situación que su mala cara había quedado atrás, y reía con gracia por las súplicas de Jisung, ignoradas por la señora que salió de la sala para buscar las fotos.

Jeongin pinchó el brazo de Minho con su dedo, reclamando atención.

El rubio se volteó hacia él inmediatamente.

Medico-. — Jeongin negó, sabiendo que estaba diciendo mal la palabra. — Medica-mentos. — se corrigió.

Minho tardó un segundo en recordar.
Miró la hora con preocupación, faltaban una media hora para las once, y poco más de una hora y media para que Jeongin tomara los remedios.

—Terminemos el desayuno y llamaré a mamá para que nos lleve. — dijo Minho, refiriéndose a la señora Yang. — ¿Los tienes en casa, no?

Jeongin asintió.

—¿Qué medicamentos?— preguntó Felix, de chismoso, mirando a ambos como si escondieran un  jugoso secreto.

Minho miró a su novio, como pidiendo permiso para decirlo, aunque el castaño negó.

Nada. — dijo Jeongin, restándole importancia.

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