Epílogo

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"Está bien, chicos", dijo el profesor Kim mientras se paraba en el centro de la habitación. "Voy a asignarles su tarea final hoy. Tendrán tres semanas para trabajar en este proyecto, incluida la semana de exámenes finales, así que espero que lo trabajen mucho. Estarán pintando sobre un lienzo F-100, de 162 por 130 centímetros. El tema se los dejo a ustedes".

La clase lanzó un coro de reacciones mixtas: algunos quejidos ante la idea de trabajar en un lienzo tan grande, mientras que otros expresaron su entusiasmo por el tema abierto. Soobin no había reaccionado tan notable como el resto, su ceño fruncido mientras consideraba en silencio todas las posibilidades. Kai se inclinó, empujando a Soobin con el codo para llamar la atención del chico mayor.

"Ufff, un lienzo F-100", se quejó Kai. "Eso es casi igual de alto como Taehyun".

Soobin se rió entre dientes, volteándose para mirar a Kai. "Oye, no subestimes a Taehyun-ah. Es al menos 15 centímetros más alto".

Kai sonrió. "Bueno, ahora no me lo parece. ¿Puedes creer que solíamos tener la misma altura en secundaria?" Hizo una pausa antes de cambiar de tema. "¿Ya sabes lo que vas a pintar para el trabajo final?"

"Hmm, todavía no estoy seguro", dijo Soobin, un poco distraído mientras comenzaba a empacar sus materiales. "Como sea, tengo que irme ahora, Yeonjun-noona y yo vamos a comer ramen juntos".

Yeonjun estaba esperando a Soobin en la entrada, con su bolso colgado del hombro. Ella sonrió cuando vio a Soobin, estirando la cabeza para darle un beso. "Hola, bebé."

"Hola, noona. Tienes pintura en la cara", respondió Soobin, estirando la mano para limpiar la mancha de la mejilla de Yeonjun. Cuando terminó, se inclinó y dejó un rápido beso donde había estado la pintura, haciéndola reír. Soobin todavía no podía creer que solo habían estado saliendo durante poco más de un mes; él y Yeonjun habían caído inmediatamente en una cómoda intimidad como si hubieran estado juntos durante años.

"Vamos, tengo hambre". Tomando la mano de Soobin, Yeonjun entrelazó sus dedos con los de él mientras comenzaban a caminar hacia el auto. Soobin siempre encontró lindo lo pequeña que era su mano en comparación con la de él, sus dedos delgados encajaban perfectamente entre los de él, más grandes. Sintió como si estuviera sosteniendo algo muy precioso en sus manos.

Yeonjun los llevó al restaurante de ramen que habían elegido y se deslizaron en su cabina uno frente al otro, riéndose cuando sus largas piernas chocaron entre sí. Mientras Yeonjun conversaba sobre sus planes de ir a ver una película con Beomgyu ese fin de semana, Soobin se alegro con escuchar y ver cómo se le iluminaban los ojos ante la mención de ir de compras después. Luego llegó su ramen, y Soobin sonrió cuando Yeonjun comenzó a comer, con las mejillas hinchadas mientras sorbía los fideos.

Esperó hasta que casi terminaron con su ramen para finalmente preguntar: "Entonces, ¿sabes lo que vas a hacer para el trabajo final de arte?"

"Es un secreto", dijo Yeonjun, guiñando un ojo de la única manera que sabía, que era parpadear con ambos ojos al mismo tiempo.

"Noona". Soobin hizo un puchero, dirigiendo sus ojos de cachorro más lastimeros hacia ella. "No es justo."

Pero Yeonjun era inmune a los trucos de su novio. "No, eso no funcionará conmigo. No importa lo lindo que seas", dijo, sacudiendo la cabeza. "Sabes que es parte de mi proceso creativo".

PAINT MY HEART ONTO THE CANVAS  ♥  soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora