❝ O9 ❞

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Apretó el cigarrillo apagado entre sus dedos con algo de cansancio, llevaba hora y media esperando a que el omega saliera de sus clases, pero eso no sucedía. La mayoría de las facultades estaban vacías y SeungMin no daba señales de aparecer.

Desde el lunes que lo había olvidado por completo y fue un irrespetuoso, MinHo se prometió esperarlo todas las tardes, revisó su horario y por suerte pudo hacer coincidir todo de manera perfecta. En su mente no dejaba de pasar que pronto sería libre de ese cargo, no era abrumador, pero había escuchado por varias personas y visto por sí mismo que el rubio era un imán de problemas aunque no los buscará.

Eso era peligroso.

Impaciente por la ausencia del omega en cuestión, estaba a punto de sacar su teléfono y mandarle un mensaje, hasta que escucho una estruendosa carcajada y sus ojos se guiaron al rubio que venía riendo junto a otro par de chicos, si el Delta no mal recordaba eran Lee Felix y ChangBin.

La mirada del omega se conectó con la suya y la sonrisa del otro se borró por completo de ese radiante rostro, MinHo presto atención como el menor se despidió rápidamente para ir en su dirección.

—Buenas tardes, MinHo sunbae —ahora usaba honoríficos...

—Tardes, SeungMin... Te estaba esperando —comentó el Delta, le hizo un gesto con la cabeza y comenzaron a caminar por la acera—. Pensé que hoy salías más temprano.

SeungMin esbozó una sonrisa incomoda y negó aceptando.

—Sí, de hecho sí... Pero estuve esperando a Felix hyung que fue a su casa a buscar unas cosas —alzó su mano izquierda donde llevaba una bolsa negra—. ChangBin me invitó a una fiesta, puse de excusa que no podía ir porque no tenía que ponerme, pero al final se salió con la suya.

MinHo asintió prestando atención, no acotando nada ante ello porque SeungMin no le dejó decir algo realmente ante su cambio de tema.

—Voy a preguntar algo —el rubio avisó—. Christopher, la persona de la que te había hablado antes... Me dijo que tú lo lastimaste ¡Y no te estoy juzgando! —aclaró—. Sé que fue un accidente, y también sé que meto mucho mi cabezota en cosas que no debería, pero soy curioso por naturaleza y siempre he creído que los amigos están para apoyarse y como nosotros somos amigos y vivimos juntos- ¡Ay! —SeungMin dio un salto cuando fue sujetado con rudeza por el brazo.

—Estabas a punto de cruzar la calle cuando no debías —reprendió el Delta, haciendo que el omega se percatara de eso—. Y divagas mucho, sólo ve al grano.

El rubio se quedó con los labios entre abiertos y se giro a MinHo, tomando entre sus manitos la mano con la que el mayor lo había sujetado.

—¿Tus padres te odian y te abandonaron? —cuestionó sin más, puesto que MinHo le había pedido que fuera directo.

El azabache se sorprendió un poco, pero mantuvo una expresión neutra.

—Ellos me aborrecen, cuando nací me metieron en un bote de basura para tratar de deshacerse de mí, lamentablemente no les funcionó y terminaron dejándome fuera de una casa de gente pobre. Tuve que robar para sobrevivir y gracias a ello estudio en la gran universidad de Yonsei —era sarcasmo claramente, uno en el que SeungMin casi cae, hasta que él dijo—; Mis padres me quieren, SeungMin.

El Delta comenzó a caminar para cruzar la calle dejando al omega con las mejillas rojizas, MinHo lo comprendía, sí el hubiera preguntado algo así de estúpido, también estaría avergonzado de sí mismo.

Si algo admitía es que le molestaba un poco el hecho de que intentaban meterle cosas malas sobre él al omega, y no es porque quisiera tener una buena imagen con SeungMin, sino que no podía encontrar una buena excusa para hacerlo, ¿Entienden? Ó sea, ¿Qué ganaban los demás con saturar la cabecilla ajena de mentiras? Eso no haría que SeungMin dejara de residir en su departamento las siete semanas próximas.

Sour and Sweet ᵏⁿᵒʷᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora