Capítulo 3: Enfrentamiento.

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Regresaron a Cloud Recesses antes de la hora de la cena.

JingYi pidió no cenar alegando que estaba cansado y que necesitaba acostar a A-Yu. Sin embargo, SiZhui prometió traer algo de comer y JingYi casi lo despide cuando recordó que todavía tenía que hablar con él. Después de todo, le prometió al Maestro Wei que esto se resolvería hoy.

Mientras acostaba a A-Yu en la cama, JingYi se sentó en el borde y le acarició el cabello mientras tarareaba una canción de cuna que SiZhui compuso para A-Yu en su primer cumpleaños. Es una canción dulce, fácil de recordar y llena de un anhelo indescriptible que JingYi no puede identificar. Tal vez sea porque nadie le ha cantado una canción de cuna antes, por lo que no sabe exactamente qué hace que una canción de cuna suene de esa manera.

Ocasionalmente, inventa letras para cantar cuando siente que tiene algo que decirle a su hijo, que no se atrevería a decirle cuando esté despierto; pero la mayoría de las veces la canción de cuna es una canción sin palabras que es tanto para calmar a JingYi, como para ayudar a que A-Yu se duerma.

Aunque la canción de cuna no es un regalo para JingYi, se siente como tal. Lo ha usado más que cualquiera de las otras cosas que SiZhui le ha dado en los últimos tres años, excepto quizás, por el broche de jade que usa para mantener su cabello recogido todos los días. Y si es honesto, la canción de cuna y A-Yu son las únicas dos cosas de SiZhui que JingYi quiere llevarse cuando se vaya. Todo lo demás, es un recordatorio demasiado doloroso de la falta de amor que ha habido en aquel matrimonio.

A-Yu ya se había quedado dormido cuando SiZhui regresó con comida para la cual JingYi se sentía sin apetito.

—¿Cómo está A-Yu? —JingYi pasa una mano por la mejilla del niño.

—Dormido. —dice en voz baja— Lo cansamos hoy.

SiZhui se une a él en la cama, ahuecando la otra mejilla de A-Yu. Son momentos como estos por los que JingYi tiene un amor-odio, porque todo es perfecto excepto por el hecho de que su esposo no lo ama.

—Me alegro de que se divirtiera tanto. Ir a recoger vainas de semillas de loto fue una buena idea.

—Quería darle un buen recuerdo de nosotros juntos. —dice JingYi, y sostiene la mariposa de hierba apretada con fuerza en las pequeñas manos de A-Yu. Y, por supuesto, también quería darse un buen recuerdo— Hemos pasado demasiado tiempo con él por separado.

Mientras JingYi se arma de valor para finalmente decir lo que necesita, se sientan en silencio por un rato más, sus manos sostienen el rostro de A-Yu, sus dedos casi tocándose, pero siempre separados por el ancho de un cabello. Así ha sido todo este matrimonio. Siempre tan cerca pero siempre sin tocarse.

—JingYi-

—SiZhui-

Sus ojos se movieron rápidamente para encontrarse con los del contrario, con la boca abierta a mitad de la oración. Entonces los labios de SiZhui se relajaron en una sonrisa.

—Tú primero, JingYi.

Una parte de JingYi quiere que SiZhui hable primero, porque la expresión de SiZhui parece indicar que lo que quiere decir es suave, gentil y tiene los ingredientes de uno de los pocos momentos que a JingYi le gustaría guardar en su corazón para cuando las noches son inusualmente frías. Pero... el resto de él sabe que si deja que SiZhui diga lo que quiere, su determinación se derrumbará. Así que habla.

—SiZhui. Ya no quiero seguir haciendo esto nunca más...

—¿Hacer qué? —SiZhui pregunta suavemente, aún acariciando la cara de A-Yu.

JingYi señala ampliamente a toda la habitación. A aquella cama donde sus olores se han impregnado a cada lado pero nunca se mezclaron en el medio. A aquella cómoda de regalos grabada con flores de SiZhui que JingYi nunca ha usado. Al biombo que los separa cada mañana cuando se visten para empezar cada día. Al sofocante descontento que persiste en cada mueble elegido solo por su funcionalidad y no porque ninguno de los dos quisiera construir una casa juntos.

Better Late Than Never - ZhuiYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora