𝐓𝐊 | Taehyung fue criado para ser una maquina de combate y jamas mostrar ningún tipo de misericordia con el enemigo, desde que tenia memoria siempre había sido cruel con quien lo mereciera.
Jamás conoció las limitaciones hasta que el destino lo pu...
Afortunadamente para el peli rosa, Hoseok detuvo al pálido antes de que lo asesinara.
– Llevamos horas buscando a ese perro – Se quejo YoonGi – Digamos que Dojun se lo llevo y punto.
– ¡No YoonGi! – Volvió a gritar Jimin – Pobre perrito, debe estar perdido y... tenemos que encontrarlo.
– ¿Dónde puede estar? – El alfa miro por todas partes dejando en segundo plano la pelea entre los dos omegas – Ya casi anochece.
– Llama a Jin, tal vez tengan noticias – Hoseok asintió tomando su teléfono, sin embargo, antes de que llamara a su amigo.
Taehyung llamo.
Miro el teléfono como si de un fantasma se tratara.
– ¿Qué? – Miro a YoonGi y le entrego el teléfono, el omega contesto sin más – ¿Quién habla?
– ¡¿Dónde esta Bam?! – Retiro el aparato de su oído al escuchar el grito del mas joven, sin duda terminaría sordo.
– Es Taehyung – Le dijo Hoseok después, YoonGi le lanzo el teléfono al peli rosa en cuanto tuvo la oportunidad.
Jimin suspiro pesadamente pegando el teléfono a su oreja.
– Hola, ¿Cómo te va? – Contesto calmado.
– ¡¿Dónde mierda esta Bam?!
– ¿Quién?
– ¡Jimin! – Gruño – Llevo mas de cuatro horas ladrando – Jimin comenzó a reír por la imagen mental que su cabeza proyecto – ¿Lo tienen? ¿Lo encontraron?
– Estamos en eso Tae – Miro a los otros dos y subió los hombros – Decidimos separarnos, llegaremos en cinco.
– ¿En cinco qué?
– O en diez – Rasco su nuca – Llamare a SeokJin y veremos si tienen respuestas.
– Jimin – mascullo – ¡Jimin! – El peli rosa alejo el teléfono de su oreja y colgó discretamente.
Era inútil, llevaban mas de cuatro horas buscando al perro de Jungkook y nada, era como si la tierra se lo hubiera tragado.
– Tengo los pies hinchados, ¿Podemos irnos ahora? – Tanto Jimin como Hoseok miraron al omega de pelo negro.
La misión había fallado.
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– ¡Taehyung! – El alfa golpeo su frente con la puerta del baño – ¡Tengo sed!
Se había encerrado ahí cuando se canso de ladrar y andar a cuatro patas. Abrió la puerta lentamente y se apresuro a ir hacia la cocina.
Ahí estaba el rubio, en su silla de ruedas, con los ojos vendados y con uno de los juguetes del perro en su mano.
Taehyung agradecía que fuera tan distraído como para no darse cuenta que algo malo pasaba a su alrededor. Solo le había dicho que le tenia una sorpresa y que no podía abrir los ojos hasta el día siguiente.
