Mi Primer Amigo

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'Que afortunado eres "Steven" encontré justo el regalo perfecto, solo para ti.'

Spinel se encontraba encima del aquel artefacto que llevaba adentro un líquido rosa, un líquido devastador para cualquier vida orgánica. Spinel había recordado que estos inyectores se usaban para acabar con los planetas que ya no les eran útiles a las diamantes para seguir manufacturando gemas.

Ahora que tenía su herramienta de destrucción masiva solo quedaba un problema.

"Como llego a la tierra?" Se pregunto así misma con una leve frustración. Había pasado horas buscando los inyectores y ahora tendría que buscar algún tipo de direcciones que la llevaran a la tierra. Suponía que en aquel hangar en el que se encontraba tenía que haber algún tipo de mapa galáctico que pudiera usar.

Se puso a mirar a sus alrededores y vio una pequeña consola al otro lado de donde se encontraba el inyector. Spinel brinco desde el tope del arma y callo cerca de la consola. Al llegar, estuvo varios minutos tratando de entender cómo funcionaba aquel aparato. Había estado tanto tiempo fuera que hasta el lenguaje que las gemas usaban ahora no era exactamente el mismo de hace seis mil años, pero si Spinel es algo es adaptable.

En fin logro encontrar unas coordenadas y para su suerte la consola estaba conectada al inyector, solo tuvo que mandar las coordenadas y ya estaba lista para irse del lugar.

Spinel volvió a subirse al gran aparato y comenzó su viaje a través del espacio. En cuestión de horas pudo distinguir una esfera, pero tenía que admitir que era diferente a lo que pensaba, era de color predominantemente azul y rosa. Las coordenadas indicaban que esa esfera era la tierra.

Se sentía nerviosa y tenía un mal presentimiento de solo ver el lugar, no sabía si era por lo extraño de la tierra o si era por que iba a enfrentarse al hijo de su diamante y sus amigos.

Segundos después logra atravesar la atmosfera terrestre solo para encontrarse con destrucción a su alrededor.

'Parece que alguien se me adelanto...'

Spinel para el inyector y salta del tope cayendo al suelo con un ruido sordo. El lugar parecía como si hubiese pasado por un desastre natural recientemente, no era para nada lo que ella esperaba de aquel lugar.

"Esto apesta, aquí no encontrare a ese tal Steven..." Se dice así misma.

Cerca de donde se encontraba había una playa, la cual le llamo la atención. Después de unos segundos ya se encontraba en a la orilla, viendo desde donde se encontraba el vasto cuerpo de agua que arropaba gran parte del planeta. Pero noto algo extraño mientras caminaba por allí, algunas zonas en el agua tenían un tinte rosa.

'Tal vez eso era por lo que se veía así desde el esp-' Antes de poder terminar su pensamiento tropezó con un objeto en la arena, provocando que cayera de cara al suelo. Rápidamente se pone de pie y se sacude la arena, girándose hacia atrás se pone lista para patear o insultar lo que sea que se le haya puesto en el camino hasta que se fijó en quien había sido el culpable de su caída.

"Uh..."

Frente a ella se encontraba un pequeño ser de estatura baja, al principio pensó que podría ser al que buscaba y aunque tenía una apariencia similar noto que el color era diferente y la aparente falta de ropa.

El pequeño llevaba algún tipo de balde vacío y una pequeña caña de pescar. Este mismo la miraba con miedo mientras se mantenía completamente.

"Oye. ¿Qué se supone que seas tu? ¡¿Acaso eres uno de los amigos de Steven?!" Le pregunto al pequeño mientras acercaba su rostro con el ceño fruncido al pobre Steven Sandia. El pequeño emite un sonido extraño, casi como si intentara hablar pero termina negando con la cabeza ante las acusaciones de Spinel.

Viviendo El Final JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora