La vida de Han, es difícil describirla. Para un chico de 22 años en 1984, lleno de recriminaciones y discriminación por su orientación; era un chico abiertamente gay y no se avergonzaba de ello. Claro, tampoco era una persona que actuara de alguna forma "cuestionable" para la sociedad y hacer notar su preferencia sexual. Era reservado con eso, pero nunca se avergonzó de ser quien era aún teniendo a la sociedad y a su propia "familia" en contra.
Era un chico atractivo, pero sobre todo carismático, bondadoso, deslumbrante y con una sonrisa tan brillante como el sol. Su mayor atractivo era eso, su carisma y brillo natural. Tenía muchos pretendientes, mayormente mujeres y alguno que otro chico, que obviamente no demostraban su interés por el miedo a la discriminación que sufrían las personas con una orientación diferente a la heterosexual, sabían que esto podría traerles problemas, desde insultos hasta golpes por las personas de mente tan cerrada.
A sus 22 años, Han Jisung vivía en un apartamento alejado de todos sus familiares. No los odiaba, él no era alguien rencoroso en lo absoluto. Perdonó a todo aquel que le hizo daño desde niño. Desde los insultos de sus primos llamándole "marica" hasta las palabras de su padre que siempre sonaban en su cabeza.
Con tan solo 10 años de edad, el padre de Jisung le reclamaba: "eres un estúpido anormal. Llevas mi sangre y apellido por desgracia y solo eres una condena que debo estar pagando al tener un hijo como tú, Jisung".
Un niño que desde los 10 años hasta los 17 sufrió con constantes recriminaciones sobre eso. Hasta los 18, cuando el señor Han que era su "padre" lo corrió de la casa diciendo otras de las palabras más fuertes para Jisung en ese momento: "al fin tienes 18, ya no tengo que hacerme cargo del anormal que tengo por hijo. Solo lárgate de mi casa y no vuelvas si no te has curado de tal anormalidad".
Sin un centavo en el bolsillo, sin nada más que su alma y corazón destrozado por las palabras de su padre, al final era alguien que él quería. En ese momento se sentía como un alien que acababa de aterrizar en la tierra, realmente siempre se sintió así; en noches solitarias; en días oscuros donde su luz propia era lo único que alcazaba a brillar aún: todos le miraban raro, todos le hacían reproches, se burlaban de él y hacían comentarios despectivos.
No hubo nadie que le apoyara más que el director de la universidad de bellas artes a la que asistía. El profesor Bang le dió una habitación de su casa, más que eso, le dió el hogar que nunca tuvo con su "familia" . Durante sus 4 años de universidad, la única persona que le tendió una mano al sol para que brillara con toda su intensidad, fue el profesor Bang. Y estaba dispuesto a seguirle apoyando siempre.
Un año antes de terminar la universidad, y de varios años de esfuerzo y distintos trabajos, Jisung logró comprar su propio apartamento, con dos habitaciones, una para su estudio de arte y música, y su habitación para dormir y relajarse. Apartamento en el que vivió hasta su presente.
...
Mañana del 10 de febrero de 1984...
En el pasado-presente de Han Jisung.Una mañana más, una mañana menos. Un día más para Jisung, un largo día de trabajo en la pintura.
Había entrado a un posgrado en la universidad, y ahora debía recrear una de las obras más importantes: La Mona lisa. Un reto difícil, pero no imposible, y Jisung era un gran artista de nacimiento, además de su profesionalismo, estudio y experiencia. Al menos tenía bastante tiempo para ello, teniendo en cuenta lo que tardó el autor original, claro que habría una buena razón de tiempo. Ese sería un tema aparte de su vida principal.Era un chico que amaba el arte, cada rama de esto. Tanto que casi a diario salía a comprar material para pintar y dibujar en su tienda favorita, además de practicar su canto y los instrumentos que tenía, piano, guitarra y violín. Amaba la música y la pintura.
Y claro, como de costumbre salió a comprar material para pintar el paisaje de un campo que soñó la noche anterior. Dicho campo estaba lleno de flores, sin embargo, no tenían color alguno, pero el sol brillaba más que nunca. Era resplandeciente y brillante sin llegar a ser algo que te dejara ciego o demasiado alumbrado. Era algo único que debía plasmar en un lienzo.
Iba rumbo a su tienda favorita con el fin de comprar la tonalidad de grises y tonos amarillentos y anaranjados para dicho cuadro. Pero, algo se atravesó en su camino, para ser exactos, el tarotista "charlatán" del pueblo.
Kim Seungmin había nacido con un don, sabía perfectamente lo que hacía, pero nadie le creía ya que en la época eso era mal visto, poco realista y muy fantástico para el mundo. Aunque sin duda la magia de alguna u otra forma existe y va a más allá de los hechizos creídos y escritos en piedra y que el tiempo no cambia aún siendo un factor importante.
Más allá que solo leer las cartas, el podía ver TODO a través de ellas. Pasado, presente, futuro, o tal vez... Un tiempo en donde el condenado estaría atrapado hasta que alguien lo liberara. Y los hechizos o "brujerías" también eran parte de su mundo.
El rubio se encontraba un cuadra antes de la tienda de material de arte cuando encontró al tarotista. Al chico que cambiaría su vida por completo, pero de alguna u otra forma agradecería.
El tarotista salió de la nada de en la vuelta de la esquina, saludando cordialmente y ofreciendo su servicio.
-Hola, lindo chico rubio, ¿te gustaría una pequeña lectura de cartas?- mencionó con voz llamativa para que fuese tentador.
-Buen día, señor. Disculpe, no tengo tiempo y debo irme a comprar un material. Con su permiso, que tenga un genial día- mencionó educado y dedicando una sonrisa al final.
El tarotista lo tomó suavemente del brazo y suplicaba de nuevo que le diera solo unos minutos de su tiempo.
-Ohh, esto no tardará más de 10 min, se lo prometo. Será divertido, créame.
-Es tentador, pero, de verdad no puedo, será en otra ocasión.
-Por favor- seguía insistente- ¿no le interesa saber algo sobre su futuro o que resuelva alguna duda sobre su vida?
-Hay muchas, pero será mejor que fuese otro día- Jisung se estaba cansado un poco de la insistencia de ese hombre. Se sentía algo mal por rechazar la oferta, era una persona a la que le costaba decir que no, pero sabía perfectamente que esta vez necesitaba decir que no. Tal vez diez minutos no sería mucha perdida de tiempo, pero igualmente, el tiempo es ingenioso y cuando menos te lo esperas ya ocurrieron muchas cosas en tu día. Se quedó pensativo mientras el hombre seguía insistente, y sin más remedio terminó aceptando esa oferta, después de todo diez minutos no afectarían mucho. O eso creía él...
-De acuerdo, señor, ¿a dónde vamos?
-Venga conmigo, lo llevaré a un mejor lugar para hacer el trabajo.
"Eso sonó raro, ¿tendré sexo esta tarde solo por aceptar?" pensó de forma irónica el rubio. Solo le quedaba confiar en Kim Seungmin, un tarotista con fama de charlatán en el pueblo.
Trás el callejón de una calle solitaria en Seul, se encontraba el lugar de trabajo del tarotista. Una especie de apartamento lleno de recipientes con alguna especie de sustancia dentro. Dibujos y simbologías extrañas y desconocidas para Jisung estaban grabadas en las paredes. Y hasta el fondo, aquella mesita con dos sillas.
-Bienvenido, Han Jisung, puede sentarse en la silla- señalando esta misma al frente de la mesa.
-¿Cómo sabe mi nombre?- cuestionó nervioso.
-Yo lo sé todo, Han. Y conozco a muchas personas de la ciudad, aunque ellas no a mí- decía mientras revolvía la baraja de cartas... Para despistar.
''Debería salir de aquí, así como deberías saber decir no, tonto", se reclamó a si mismo mientras seguía despierto del todo. Pero empezó a sentir algo raro en su cuerpo y un olor extraño le invadía. Trató de levantarse para irse, pero sus piernas no respondían. Además que el tarotista le hablaba a lo lejos diciéndole que se quedara quieto, "que solo era parte de la magia".
Y sin más, cayó en una clase de siesta, dormido y perdido en la nada, completamente inconsciente de si mismo y del mundo...
Esa es la apariencia de Han ese día, aquellos "diez minutos" se convertirían en años, tal vez... La línea temporal en la que vivía Jisung se había tornado completamente diferente...
Gracias por seguir acompañando a Han y Minho en esta aventura en el tiempo y el circo. 💗
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CIRCUS (The Golden Hour) || Minsung
ФэнтезиAquel presentador de circo estaba enamorado de la luna solamente. Todo cambió en una de las funciones del circo en dónde encontró una luz igual que la de su amada luna. Aquella función, esa aparición repentina del ángel que Minho observó, fue el in...