Desde que el refugio de montaña había quedado atrás, también lo hizo el monótono escenario blanquecino al que se habían acostumbrado. Aunque se encontraron con un escenario algo caduco, causado por la inminente llegada de las estaciones frías y de poca abundancia, la diversidad en flora era mayor.
Durante casi todo el viaje el día anterior apenas habían entablado conversación, y los pocos momentos donde la habían hecho fueron para determinar si el camino tomado era el correcto. Y el segundo día de su viaje parecía apuntar a una situación similar.
—Arnis. ¿Puedo hacerte una pregunta?
Elevó los hombros muy ligeramente ante la petición sin quitar la vista del camino.
— ¿Por qué Bythenor?
La atención de Arnis se desvío por completo hacia ella, respondiendo con gesto de confusión.
— ¿Y porqué preguntas eso ahora?
—Perdona, no quería molestarte con mi pregunta. —Rompió el contacto visual después de disculparse.
—No, no es molestia. Solo me ha tomado por sorpresa. —Se apresuró a tomar las riendas de la conversación de nuevo—. Veamos... —Caviló en silencio en busca de la mejor respuesta que darle—. Supongo que es bastante inusual que alguien decida hacer su vida en el reino con el que su hogar tiene conflictos tan longevos. Es lo que te ha llamado siempre la atención, ¿Verdad?
—Más bien no entiendo muy bien porqué mantener una enemistad por tanto tiempo.
—Las innumerables consecuencias de la guerra, si me permites. —Calmó su sed con las pocas reservas que portaba—. En parte, abandoné mi tierra por ese rencor. Es una bilis que puede penetrar en tu cuerpo si no te cuidas. —Estiró el mapa con un movimiento rápido para comprobar la ruta—. Así que, entre mis opciones, elegí irme a la tierra menos propensa a entrar en guerra.
— ¿Crees que vayan a entrar en guerra realmente?
Durante un tiempo solo se escuchó la respiración de sus monturas y el susurro del viento colándose entre las ramas semidesnudas.
—Esperemos que no. Por eso evitaremos llamar la atención.
El día fue dando pie a la noche, acabando su ruta con los últimos rayos del sol en el horizonte. Evitaron los lugares frecuentados, incluyendo la ruta más utilizada por los transportistas; la senda del merodeador, con el fin de ahorrarse sospechas, lo que causó que tardaran un tipo extra en alcanzar su destino. Las tierras de Bythenor llegaban a su fin, y pronto chocarían con la frontera de Nainivaria.
La ciudad de Ebris les dio la bienvenida, con su baja en altura pero consistente mampostería amurallada, y con la bandera del reino al que procedían a entrar; un águila rampante blanca, cuyas garras sostenían una espada, todo plasmado sobre un intenso fondo azul oceánico.
Arnis frenó su montura paulatinamente, observando a una distancia prudente la silueta de la ciudad que se erguía frente a ellos desde la penumbra. Su rostro quedó oculto bajo la capucha, que colocó a medida que su caprani retomaba el camino, mientras bajaba la cabeza. Echó una mirada rápida a Kaina, a la cual seguía desde atrás a una corta distancia.
—Espera. Dejemos aquí nuestras monturas. —Frenó a su caprani de golpe, recibiendo un bufido como respuesta por su parte—. Llaman demasiado la atención.
—¿Crees que irán muy lejos? —Descendió para poder tomar su equipaje y cargarlo a pie, antes de despedirse de su caprani que respondió con un balido confuso.
—Estarán aquí cuando volvamos. No tienen a dónde ir.
A pesar de la certeza de aquella afirmación, Kaina no pudo decidirse entre la obviedad y la posibilidad. Pero ante todo aquello, se anteponía su seguridad, por lo que prescindir de los caprani era una obligación. A paso ligero, fueron acortando la distancia entre ellos y la entrada de la ciudad.
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Crónicas del viejo mundo: Exitium (#PGP2024) (Descontinuado, Disp. En Ekonovel)
FantasyOBRA DESCONTINUADA DISPONIBLE EN EKONOVEL (Instagram correspondiente) _ Los Blödmagi se encuentran exiliados tras la guerra; el legado de la magia se encuentra disperso por el continente, temerosos de ser dados caza. Sin los Drakai para velar por e...