Capítulo 8

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-Entonces...

-Entonces, ¿Qué?-pregunte dudoso.

-nada, nada-se levantó y sacudió su ropa-no te molestaré más, nos vemos en la cena.

-Como digas.

-me olvidé de decirte que en unos días vendrán unos estilistas, van a comprobar tus tallas para el traje escolar, además de que harán más ropa a tu medida, para los banquetes y fiestas.

-okay, gracias por avisarme.

-No hay de que-comentó para retirarse.

Suspiré y volví mi vista al paisaje, esto era más complicado de lo que pensé, desde ahora tenía que prepararme, en tres meses, sería él inició de la guerra y como estudiante de la academia debía participar, aunque eso ya lo había planeado.

Además, debía empezar a conseguir alguien que sea mis ojos y oídos, en el bajo mundo, no podía permitirme que alguien importante muriera.

Me levanté, sacudí mi ropa y regresé al campo de entrenamiento.

×××

Y tal como lo había planeado, me encontraba en frente de una pequeña cervecería, acomodé bien mi capucha y me adentré.

Mientras me iba acercando a la barra, notaba las diferentes miradas.

-denme un jugo de frutas-susurré lo suficiente fuerte, para qué me escuchará, me agarró vergüenza al pedir algo que no habría en un bar, pero es claro que, ya que no habría, solo los que querían algo lo pedían.

-¿recomendado?-comentó el señor mientras sonreía.

-no solo alguien inteligente.

-ya lo veo-susurro para darme una bebida junto con un papel escondido debajo de esta.

-nos vemos-susurré y el señor solo se limitó a asentir.

Me aparté lo suficiente, y fingí tomar esa bebida, hasta que las miradas se apartaron, observé el papel en mi palma que solo contenía una dirección, dejé la bebida y salí del lugar.

-Que asco-comente cuando ya me encontraba lejos, la cantidad de feromonas habían sido molestas.

Volví a mirar la dirección, para seguir caminando hacia aquel lugar.

Me volví a encontrar enfrente de un negoció, la única diferencia era que este parecía una simple panadería, cuando ya estaba adentró le mostré el papel al vendedor y este sonrió.

-Si joven, venga por aquí, mi hijo lo estaba esperando-comentó sin levantar sospechas.

Asentí y le seguí el juego-gracias, no sabía si su hijo me había enviado aquí.

-quédate aquí, ya vendrá alguien-comentó después de pasar un pasillo y llegar a una habitación.

La verdad era un buen lugar para que me rapten, pero como dicen yerba mala nunca muere y yo soy un loco que se mete dónde no debe.

-A veces se me pega el carisma de Aoi, me está afectando tantos años juntos-susurré.

El protagonista está obsesionado conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora