Emma

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Ese día literalmente estaba cansada y lo peor era que el día se pasó volando y eso que falte a clases. Estaba acostada viendo el celular. La razón por la que falte era ilógica, yo siempre faltaba por cosas ilógicas. Pero era porque yo siempre había tenido una amiga desde que éramos pequeñas. Con la que hable el día que mi abuelita fue a verme en el colegio; María Isabel. Ella y yo siempre estabamos juntas, dejé de ser su amiga porque ella y yo éramos diferentes. Me acordé que cuando teniamos 5 años le prometí no dejar de ser su amiga. ¿Lo cumplí? no. Pero yo sabía que era mejor. Habíamos crecido, nuestros gustos cambiaron, ya no era lo mismo. Voltee la cabeza y vi el parque con sus árboles, columpios, pistas de patinaje... y el mismo chico al que le veía siempre con un amigo. Y como cada vez se acercaban más, me hice la dormida. ¿Me vieron? si, porque en ese mismo momento se me ocurrio estornudar. Pero alfinal me quede dormida viendo el techo. Despúes que me desperté, me puse a almorzar, sí, a las 4 de la tarde.

.-Voy a cambiarme de Jean y ir a hacer skateboarding.- le dije a mi abuelita.

 Ella asintió con una sonrisa. Terminé de comer y cogí mi chompa y salí. Corrí para llegar más rápido.

Y ahi estaba el con su amigo. Los dos me miraron. Su amigo y yo éramos amigos cuando éramos pequeños, incluso le invitaba a mi casa. Solo salí corriendo. Llegue a mi casa me pusé un jean roto, cogí mi patineta y salí de la casa. Cuando salí estaban los dos. Me miraron yo les mire. Y luego puse mi patineta en el suelo y me fui patinando.


El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora