𝑮𝒐𝒋𝒐𝒖'𝒔 𝑩𝒓𝒊𝒅𝒆. [ꜱᴀᴛᴏʀᴜ ɢᴏᴊᴏᴜ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ] [ᴊᴜᴊᴜᴛꜱᴜ ᴋᴀɪꜱᴇɴ]

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CAPÍTULO 3

« EN MEMORIA A TI »

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¿Sabes? Hoy me he levantado y por unos minutos observé tu rostro a centímetros del mío. Tu perfecta sonrisa y tus hipnóticos ojos presentes ante mi como si todo lo que hubiese pasado hasta el momento que esta carta llega a tu poder no fuese más que una cruel pesadilla. Incluso extendí mi mano y juro haber sentido tu suave piel contra mis lastimados nudillos.

Lastimosamente no fue más que una mala pasada de mi cerebro débil ante la ausencia de lo que me gustaría estar viviendo. Nuestro sueño, ¿Te confieso otro escurridizo pensamiento que me atormenta la razón? Se trata de aquel mundo del cual siempre solíamos hablar. Sí, esa fantasía de niños que nos acompañó siempre es lo que mantiene mi esperanza intacta, ¿Lo recuerda, no?

Tú queriendo ir a las mejores playas del mundo solo para presumir ese escultural cuerpo que tanto disfrutabas mostrarme. O cuando yo decidiera que era hora de ir a los lugares más fríos y hermosos que el ojo humano pudiese ver más no apreciar. Solo puedo dormir por las noches imaginando que acampamos al aire libre y que el frío del desolado cubículo donde me encuentro no es más que brisa de verano. Las paredes que parecen cada vez más cercanas a mí son solo las telas tensadas de una gigantesca tienda de acampar.

Me gustaría decirte que sería fácil burlar a mis captores pero te estaría mintiendo tanto como me mentiría a mi misma. Son expertos, pero me gustaría creer que son presa fácil para ti, sé que serías capaz de destruirlos; sin embargo, presentarte aquí sería exactamente lo que ellos quieren y no voy a llevarte a tu perdición. Espero que el tipo que asegura entregarte lo que vierto en estos papeles te esté llegando para que sepas que me encuentro bien.

Te extraño.
Siempre tuya,

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El sonido de la tormentosa lluvia era el ambiental perfecto para detallar la penumbra de Satoru. Hace mucho que las puertas de la residencia del clan Gojou se cerraron a todo público, fuese el hechicero que fuese o el humano que fuese, nadie podía cruzar la puerta principal del perímetro a excepción que fuese permitido única y exclusivamente por el albino. El cielo estaba desesperado, en agonía, y el aire, perdido, sin apices de vida. Lo que antes era un patio hermoso rico en vegetación y fauna murió, ya no había rastro de lo que una vez fue. Gojou, aquel hombre que hace meses pudiste ver saltando y riendo como un niño ahora no era más que la sombra de la víspera de felicidad que en algún tiempo resultó ser. Sus piernas flaquean y termina por desplomarse. Una vez guarda la carta en su uniforme oscuro, y su voz se detiene al llegar al pie de carta con el nombre de su amada siente que muere otra vez. Lo que más le dolía era el hecho de que su calendario se había tomado la tarea de darle una puñalada directo a su corazón cuando le recordó que hoy cumplía años su mayor amor. Era justamente en este tenebroso día que un testamento le llegaba para decirle en su cara que había perdido su mayor tesoro.