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Efectivamente, en la lista de parejas relucía un "Kim Taehyung y El mejor partido" en una bonita caligrafía cursiva. El peli-castaño estaba muy confundido.

Se abrazó a sí mismo, sintiendo la oleada de frío proveniente del afuera, y volteó a ver la puerta de entrada. Park Jimin, el muñequito queen de la escuela, entró junto a Jeon Jungkook, quién era considerado como el puto Playboy sexy que hacía a todos babear.

Kim miró que Jungkook llevaba el cabello al natural, suelto y dejando que se ondulara un poco en las puntas. Una camisa blanca metida en su pantalón negro, tiradores y un moño en el cuello. En el brazo derecho tenía el saco doblado por si más tarde llegaba a hacerle frío. Y Park... Bueno, digamos que Taehyung no lo miró detalladamente.

¿Jungkook hacía a todos babear? Si, exacto, y a Taehyung también.

El menor de los únicos tres presentes en esa parte de la escuela, sacudió la cabeza para intentar poner su atención en otra cosa que no fueran los dos recién llegados. Sacó su celular y entró al chat con esa persona desconocida, habían quedado de encontrarse en el portón grande, afuera, pero estaba haciendo bastante frío como para estar allí esperando; iba a avisarle que se había metido adentro ya, por la puerta principal de la escuela pero no de la fiesta -puesto que para ingresar al salón, había que dirigirse por el otro lado-.

Escribió el mensaje y WhatsApp le dió la señal de que estaba entregado, pero el celular en la mano de alguien que se estaba acercándose a él, sonó. Y sin levantar la vista, envío un stiker en el mismo chat, y la notificación de mensaje recibido, cada vez estaba más cerca suyo.

Tragó grueso, y lo miró cuando paró a su lado. Jimin había seguido hacia delante por el otro pasillo, así que estaban completamente solos.

—Hola, Taehyung—no sonreía, pero el tono de su voz era calmo. Más bien, podría decirse que cálido—, ¿esperaste mucho?

—Oye, si es una de tus bromas pesadas...

—No, no. En verdad no, y quiero que me creas. Desde hace bastante tiempo yo he querido... Decirte qué me pasaba contigo, pero jamás tuve el valor.

—Jungkook—suspiró, dándo media vuelta para caminar hasta la pared y regresar sobre sus propios pasos para encararle—, déjame decirte que te estás pasando de la raya. ¿Crees que porque nunca he tenido una cita para el estúpido baile de los enamorados, puedes venir y usarme como a un cualquiera?  Seguro tus amigotes se están burlando de mí en estos momentos, sabiendo lo patético que me veo a tu lado

—Taehyung, no es como crees.

Salió del colegio cerrando con un portazo. Se iría a casa, ¿cómo siquiera había aceptado...? ¡Hasta se había puesto perfume y arreglado el cabello! Su madre lo había halagado, se veía bonito. Pero ahora se sentía un completo idiota, ingenuo y manipulable.

De todos los alumnos de la escuela, de todos los estudiantes de último año, ¿por qué justamente Jeon Jungkook había decidido jugar así con él?. Por que, estaba más que claro que todo había sido un show para burlarse, ellos siempre hacían esas cosas.

El frío de la noche lo abrazó a penas puso un pie fuera del edificio, se maldijo por no haber traído un abrigo. Sus ojos picaban, los lagrimales le ardían con ansias de llorar, pero estaba más ocupado en correr y salir por completo del predio escolar.

Tan sumergido en el camino bajo sus pies, que no se percató de quién le seguía los pasos intentando detenerlo.

Una brisa fuerte que le sacudió los cabellos y un auto a bastante velocidad que le encandiló con la luz alta cuando estuvo por cruzar sin prestar mucha atención a más que el suelo, le hicieron volver sobre sus pasos con miedo y chocar de espaldas con un persecutor que hasta ahora se daba cuenta que tenía.

—¿Qué...?—no entendió por qué su cuerpo no quería alejarse tanto como en su mente lo estaba repitiendo. Las manos de Jeon acariciaron sus brazos de arriba a abajo antes de ser abrazado como un koala.

De verdad, Kim necesitaba alejarlo, pero no quería.

—Taehyung, vas a morir del frío—murmuró bajo, volteandolo con las dos manos de un solo tirón. Los ojos marrones del menor vieron como se quitaba el saco (que se había colocado antes de abandonar la institución), y se lo colocaba a sí mismo por sobre los hombros—. ¿Mejor?

Kim solo asintió con la cabeza, no pudiendo decir nada aún. Sabía que la voz iba a temblarle y no estaba preparado para atravesar esa vergüenza.

» —Escucha, yo sé que es raro—temeroso por la reacción del otro, puso sus manos en los hombros del peli-castaño, y con movimientos suaves de arriba a abajo comenzó a darle más calor al chico que temblaba—. Pero por favor, confía en mí. Te prometo que esto no es ningún juego, en verdad lo digo. Y-yo N-No sé mucho so-sobre citas—confesó bajito, como si alguien fuese a oír a dos adolescentes casi sobre la calle, mientras estaban sirviendo el banquete dentro del salón—, nunca me enamoré y nunca busqué nada más que acostones de una noche, pero hay algo en ti...—hizo una pausa para tocarle la mejilla, sintiendo el calor apoderarse de la zona bajo su tacto—. Eres especial, y me voy a volver loco, Tae, si no me crees.

—Está... Bien.

¿Estaba bien? Cierto o no, Taehyung puso en dichos lo que su corazón le dictó. Creer en Jungkook y sus palabras, aparentemente cargadas de sentimientos que estaba intentando descubrir.

Jeon tiró del abrigo por la parte de la cintura del menor, acercándolo a su propio cuerpo. Temblaba, pero Taehyung no estaba seguro de que fuera el frío quién lo provocara. Y apoyó la cabeza sobre el pecho de Jungkook, dejándose envolver por el calor de sus brazos en un abrazo; escuchó el latido acelerado de su corazón y una vez más eligió creer.

—¿Aún te gustaría entrar?—preguntó oliendo el shampoo en sus cabellos castaños.

—Solo si vas a bailar sin pisarme.

Jungkook lo apartó por los hombros para mirarle con gracia.

—¿Y tú cómo sabes que suelo pisar a mis compañeros de baile?

Las mejillas de Kim, bajo la luz de la luna, tomaron ese color rojizo que lo hacía lucir mil veces más tierno.

—So-solo lo sé—puso los ojos en blanco, y se apartó completamente del mayor— ¡Vamos ya, o moriré de hipotermia!

—So-solo lo sé—puso los ojos en blanco, y se apartó completamente del mayor— ¡Vamos ya, o moriré de hipotermia!

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©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

V-alentine's day (KOOKTAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora