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El sonido de la lluvia chocar contra el asfalto se escuchaba cada vez más estrepitoso, el olor a humedad, empezaba a hacerse insoportable, Gun, un doncel de unos veintidós años, caminaba algo -o muy- molesto por las calles de Bangkok, hace unas horas había salido de su universidad y la lluvia lo había cogido llegando al subterráneo.

Pero aquello no le molestaba al Castaño de ojos miel, sus cabellos mojados, caían cubriendo su ceño fruncido.

Recordó como hace unas horas atrás había escuchado a unos donceles con un grupo de chicas, hablar de su nuevo profesor de economía.

Todos hablaban de lo guapo que era, tan alto, casi de un metro noventa, sus ojos de un negro tan profundo e enigmáticos, al igual que sus cabellos de un negro pero con una tonalidad azulina, su piel tan varonil y nívea, con aquella, tan tenue, capa de barba que lo hacía ver exquisito a los ojos de todos.

Por su mala suerte, él no veía esa materia ya que no seguía economía, él iba a la carrera de letras, pero aun así aquellos rumores llegaron hasta sus finos oídos. Su mejor amigo New, había corrido para contarle de la -nueva sensación- que llegaba a su universidad.

Pero en todo el día no lo había podido ir a ver con sus propios ojos.

Se sonrojó al recordar, nuevamente, como su mejor amigo, vió aquella marca en su cuello, una marca que de por sí ya tenía días en que no desaparecía.

Su mejor amigo dió el grito al cielo, al ver la marca rojiza y algo morada que yacía en la piel lechosa de gun.

-¡¿Pero quién te ha hecho eso?! ¿¡Acaso tienes novio y no me los has contado?!

Algunos alumnos que se encontraban en la cafetería en ese momento, voltearon a ver al par de donceles, gun tuvo que sacar a rastras a new del lugar para que no haga ningún escándalo.

-Sí, pues...veras...lo conocí hace unos años, antes de entrar a la universidad.

-¿Cuando estábamos en la preparatoria? ¿Por qué no me contaste?

-Pues, él...era unos años mayor que yo cuando lo conocí, tenía dieciséis años.

-¿Y él?

-veintiuno.

-¿¡Veintiuno?!

-Sí, pues, mi madre le contrató para que me diera clases particulares. ¡No pienses mal newwiie! En ese tiempo no pasó nada, porque él no quiso en realidad... Pero le hice prometerme que si ingresaba a la universidad que yo quería, ¡él tendría que aceptar tener una cita conmigo!

-Y estoy seguro que te esforzaste mucho.

-¡Claro! -Los dos donceles siguieron caminando, hasta que llegaron a un gran arbol, nadie pasaba por ahi, asi que se sentaron debajo de este.

-¿Y después?

-Pues, antes de dar el exámen, él me dijo que eso no era necesario, y yo, prácticamente lo boté de mi habitación, mi madre se preocupyo porque no dejaba que nadie entrara a mi habitación. El dia del examen, él me espero fuera de la puerta de la escuela y le enseñé mi calificación.

Él no se extrañó, me dijo que sabía que iba a lograrlo, pero que aún así no podía salir conmigo, ya que aún era menor de edad y por más que yo le gustara no podría hacerme nada.

-¿Entonces esperaron?

-Pues, empezamos a salir, pero él medía todo contacto conmigo, no puedo negar que en ese tiempo me dolió todo eso, pero, una noche, mis padres se fueron de viaje y le pidieron que me cuidara.

-¿Tus padres mantenian contacto con él?

-Sí, bueno, le calló muy bien a mis padres.

-¿Y qué paso esa noche?

Eres mío papii •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora