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Habían pasado ya unos días desde que había empezado a dar clases en la misma universidad de su castaño y no había ni un minuto en que no se lamentara por no coincidir con el horario del menor.

Esa mañana se había levantado un poco tarde y solo, agarró la almohada que usaba el menor y la colocó sobre su rostro, percibiendo el dulce aroma a miel que usaba el doncel, removió sus cabellos y pasó sus manos sobre sus cansados ojos.

Llegó a la cocina y sonrió al ver lo que parecía ser unas frutas picadas, pan tostado y un jugo, preparado por el menor, terminó por comerlo, para luego terminar de arreglarse.

El mal clima no ayudaba a que sus cabellos húmedos se secaran, pero eso a él no le importaba, se colocó una camisa blanca junto con un pantalón negro y sus zapatillas deportivas de color negras, se vió en el espejo que yacía en la habitación, se colocó su casaca de cuero y removió sus cabellos para luego salir.

Cuando llegó a la universidad escuchó como algunos de sus alumnos le saludaban, mientras que él tan solo les mostraba una fingida sonrisa, pero la mayoría se conformaban con eso, siguió tranquilo hasta el salón de clase, cuando escucho a un par de alumnos, aproximadamente de unos veinte años hablar sobre los donceles.

Arrugó levemente su ceño, ya que a él nunca le gustó comparar a unos con otros, para él los donceles eran seres especiales, tan solo por el hecho de poder albergar una vida en su interior y por estar enamorado de uno, claro está.

-¿Y qué opinas sobre ese doncel castaño de ojos miel?

-¿Hablas de Atthaphan Phunsawat? Dicen que es el mejor estudiante de la facultad de literatura.

-Aparte de eso, es demasiado hermoso.

-Cierto, pero que yo sepa no se le conoce algún novio. Dicen que está soltero.

-No estaría mal ir a verlo.

-Y si tenemos suerte, ver quien se gana una cita con él.

No muy lejos de ellos, Jumpol estaba apretando con fuerza su mandíbula junto con sus manos hechas puños, intentaba relajarse y respirar tranquilo, para no ir a matar a ninguno de esos dos jóvenes.

Tuvo suerte de haber llegado a su clase y de haberse encontrado a esos dos jóvenes en su clase, sonriendo macabramente en su interior, llamando la atención de los estudiantes con el sonido de sus libros sobre su escritorio.

-Examen sorpresa. -Se sintió sumamente feliz al ver la cara de espanto de esos dos mocosos -y claro, de todos los demás estudiantes- había escrito las preguntas más difíciles y rebuscadas del tema de marketing. Por alguna extraña razón, hacerles la vida imposible a sus alumnos le alegraba el día.

Cuando gun salía de su clase de historia junto con new, se dirigieron a la cafetería, tomando el mismo puesto de siempre, cuando no se encontraba tan lleno, las nubes grises no daban tregua, dando a entender que pronto llovería.

-¡El profesor Adulkittiporn es un demonio!

-Siento que a éste ritmo secará a mi cerebro. -Los dos donceles tomaron el puesto que se encontraba en una esquina, escuchando como dos jóvenes varones hablaban de SU PAPII.

-Eso quiere decir que no son tan buenos. -new miro a su amigo que tan solo lo había susurrado.

-... ¿El profesor Adulkittiporn... no es...? -Y el castaño asintió lentamente mientras llevaba la taza de té a sus labios.

El castaño vió por la gran mampara como un grupo de donceles y mujeres perseguían a su moreno, con la intención de que les revise sus trabajos.

-¡Vallamos! tal vez y podamos persuadirle porque nos perdone esta nota.

Eres mío papii •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora