Capítulo IV (Sara)

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No quise levantar el rostro, pero tenía que responder que efectivamente era yo a quien buscaba.

—Hola —levanté la mirada, vi su rostro; Profunda pupila de obsidiana, labio inferior carnoso coral, piel almendra cálido, cabello que besa sus clavículas, forma ondulada en las puntas, negro azabache.

—Ahora somos familia, lamento lo de tu padre —se sentó junto a mí.

—No te preocupes, le agradaba la idea que lo recordáramos por los momentos felices y no por los últimos; Me enteré de que cantas y que sacaste un disco, ¿verdad? —«Ay no, le pregunte por su disco de inmediato».

—Sí, es un Demo, pero me alegra saber que lo conozcas, y dime ¿ya lo escuchaste? —contesto con una dulce sonrisa.

—Créeme las he tenido presente en mi vida mucho este último mes —.

Seguimos platicando, un poco sobre la escuela, un poco de como grabo el demo, descubrí que Sara es una persona talentosa, inteligente y cálida, fue un momento muy agradable, aunque no pude admitir que me había enamorado de su voz.

Días después, mis amigos tuvieron la oportunidad de escucharla y me dio satisfacción que la elogiaran, ¿todo salía bien?

La volví a ver fue dos semanas después, en el centro del pueblo; Estaba rumbo a mí casa con la compañía de mis amigos, poco a poco ellos se fueron retirando a esperar sus respectivos camiones.

Quedé solo por lo que decidí ir a una banca y escuchar las canciones, su voz me tenía en un trance de felicidad, cuando vi pasar a Sara, era la primera vez que escuchaba sus canciones y a su vez la observaba, la canción tomaba su curso y mis ojos veían con finos movimientos como danzaba la autora, ya no pude aguantar más, «No puedo seguir callado».

Me acerqué, le dije "si podíamos hablar", se veía extrañada pero amablemente me dijo, "si", nos apartamos al lugar donde la vi por primera vez, cerca de la carretera, la indiscreción había dominado mi cuerpo, me volví fiel sirviente de su voluntad.

—Hola primo que querías decirme —me lo dijo con, esa sonrisa.

—Bueno, mira, prima, Sara, es complicado, tal vez no lo entiendas o te parezca muy extraño —mis ojos se clavaron en los suyos.

—Dime, no existe la manera para que no te quiera volver a hablar —me apretó el cachete de forma tierna.

—Me gustas —le dije mientras mis manos buscaban las suyas, esas palabras salieron con tanta naturalidad, como el brillo en los ojos al ver a nuestra persona favorita.

—¿Daniel?, ¿estás bien?, ¿me estas bromeando?, verdad —contesto, nerviosa dando un paso hacia atrás.

—Toma las cartas que te escribí —dije rápidamente, le extendí la mano con toda la masa de hojas de cuaderno arrancadas.

—No me escuchaste, ¿estas bromeando?, Daniel te voy a entregar tus cartas y vamos a olvidar que esto pasó —contesto.

—Yo no puedo olvidarte, hace dos meses encontré tu disco, desde ese momento no puedes alejarte de mi mente, tú, tu voz, Sara, tu voz — la abrasé, ella no opuso resistencia.

—Tranquilo Daniel, solo te gusta mi voz, no es tan grave —dijo mientras me correspondía con una palmada en la espalda.

Yo quería escucharla, quería besarla, abrazados pegue mi mejilla contra la suya, sentí su cálida respiración en mi oreja, coloque mi cara en frente, clave mis pupilas con las de ella, le di un beso.

Ella no se molestó en pararlo, «¿Era el nacimiento de un romance?», no me importa cómo le tendríamos que decir esto a la familia, mientras seamos felices, el amor siempre triunfa. Sus labios seguían moviéndose en sincronía con los míos. Abrupto y repentino ella se alejó de mí.

—Esto no está bien, eres mi primo, acabo de conocer a tú, a nuestra familia, que van a pensar de mi —dijo con mucha preocupación.

—No van a pasar nada, todo estará bien —intente volverla a besar.

—No es verdad, imagínate si se enteran lo que paso hoy, no quiero que piensen que..., no pasara nada entre nosotros, de acuerdo, eres mi primo, y basta —dijo con lágrimas en los ojos.

De sus labios broto "olvídame por favor", inmediatamente se fue corriendo por la carretera, secándose las lágrimas con la mano en la cara, ¿era su único lugar de escape? , tres segundos después, se escuchó un grito, el sonido del freno, del cristal roto, el sonido seco de la carne y los huesos, gritos de personas, las sirenas de ambulancia, la sala de espera, el llanto de su mamá y a los doctores dándonos las noticia que Sara había muerto.

Prox. Capítulo V Final ("Siempre canta con y para el corazón") Disponible.

Me enamoré de la persona incorrecta (Eloquente su voz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora