Sensaciones

0 0 0
                                    


Es gracioso como el mudarte, un nuevo empleo, crear nuevas rutinas, crear nuevas amistades y organizar tu tiempo para que todo encaje te ciegue a algunas cosas.

Cómo por ejemplo, encontrar una ventana abierta y estar completamente segura de que habías cerrado todo antes de salir; o que la tapa de la cesta de la ropa sucia este colocada correctamente cuando tú costumbre es colocarla de revés.

Es gracioso, creer que estás tan despistada que obvias tus rutinas comunes.


•°•°•°•°•


Ya habían pasado seis meses desde que me mudé.

Seis meses desde que mi perfecto pero muy agobiante trabajo comenzará, y no me quejaba.

Todo iba de acuerdo al plan.

Pero...

¿Por qué siempre tenemos que tener un pero?

¿No podemos conformarnos con tener lo que siempre hemos querido?

Siempre tiene que haber un pero.

Y mi "pero" era desconcertante, lo tenía todo, era modesta pero era mi casa, era agobiante y el sueldo era común pero era mi trabajo, no eran muchos pero ya tenía amigos, asistía a reuniones y socializaba como cualquier ser humano medianamente normal.

Y aún así, aquí estaba tirada en el sofá en mi día libre sintiendo que algo faltaba.

¿Pero que?

Nunca había sentido la necesidad de tener una chispa que encienda mi fuego.

Ahora parecía un volcán inactivo cuyo centro de lava se estaba enfriando lenta y metódicamente.

Quizá fue por ese aletargado sentimiento, la forma en como me senté a escuchar mi casa mientras miraba el televisor  en mute, la forma en como me hablaba, en cómo mi cerebro marcho más lento que lo normal en un día agitado, que pude notarlo.

Fue como que algo no encajaba o no terminaba de encajar, faltaba algo o había algo demás.

Cómo cuando buscas tus lentes por todos lados solo para conseguirlos media hora después sobre tu cabeza.

Algo no estaba bien.

Me levanté y comencé a caminar sin rumbo por la casa,  solo observando.

Soy de ese tipo de personas que cuando no saben que buscan o lo olvidan, simplemente camina hasta que lo encuentra y se acuerda de golpe, siempre me ha funcionado. Espero que está vez también.

Todo estaba en orden, la ropa, mi objetos personales, los muebles, hasta la comida, nada estaba fuera de lugar.

Casi me doy por vencida y atribuía mi paranoia al cansancio.

Casi.

Pero hubo algo, algo tan diminuto e insignificante que pude haberlo pasado por alto, e incluso estoy segura de que lo había hecho, de que tenía ya tiempo así y que solo lo notaba hasta ahora.

Es gracioso como ocupar todo tu tiempo y que no te quede el suficiente para notar pequeños detalles te pueda cambiar la vida.

JhanetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora