CAPÍTULO IV

240 13 5
                                    

― No puedo contarte, Angela ― dijo Hugo con una expresión sombría, su mirada evitando la mía.

Mi corazón se aceleró ante su respuesta, sintiendo una oleada de frustración y desesperación. Quería comprender lo que había ocurrido, quería ayudarlo, pero parecía que Hugo estaba decidido a mantenerlo en secreto.

― ¿Por qué no puedes decirme? ― pregunté, mi voz temblorosa con la emoción contenida.

Hugo parecía debatirse internamente por un momento antes de responder, sus palabras cargadas de una mezcla de tristeza y determinación.

― Porque no quiero que te involucres en esto, Angela. Es peligroso, y no quiero que corras ningún riesgo por mi culpa. ― su tono era firme, pero podía percibir la angustia en su voz.

No pude evitar sentir un nudo en el estómago ante sus palabras, la preocupación por su seguridad chocando violentamente con mi necesidad de saber la verdad.

― ¿Qué es tan peligroso? ― pregunté, mi voz apenas un susurro mientras luchaba por comprender la gravedad de la situación.

Hugo vaciló por un momento, como si estuviera decidiendo si debía revelarme la verdad.

― Es algo ilegal, Angela ― admitió finalmente, su voz cargada de pesar y resignación.

Una sensación de temor se apoderó de mí ante sus palabras, la realidad de la situación golpeándome con fuerza. No solo Hugo estaba en peligro, sino que ahora me encontraba en medio de algo que estaba más allá de mi control y comprensión.

― ¿Acaso traficas o algo por el estilo? ― le espeté, la preocupación y el miedo teñían mis palabras mientras lo miraba con ojos llenos de inquietud.

Hugo pareció sorprendido por mi pregunta, sus ojos se abrieron ligeramente ante mi tono y mi mirada inquisitiva.

― ¡¿Qué?! No. ― respondió con vehemencia, su voz resonando con firmeza en la habitación mientras negaba con la cabeza. ― No hago eso.

― ¡Entonces qué carajos es! ― mi voz resonó llena de urgencia mientras lo miraba, esperando desesperadamente una respuesta.

Hugo parecía cada vez más inquieto, sus manos se agitaban ligeramente mientras buscaba las palabras adecuadas.

― ¡Carreras ilegales en moto! ― exclamó finalmente, su tono cargado de frustración y tensión.

Mis ojos se abrieron con sorpresa ante su confesión, y por un momento me quedé sin aliento. Carreras ilegales en moto. No era lo que esperaba escuchar, y la gravedad de la revelación me golpeó con fuerza.

― ¿Carreras ilegales? ― repetí, buscando alguna señal de que estaba bromeando. Pero la mirada de Hugo era seria y sin vacilación.

― Sí. ― respondió él con un asentimiento de cabeza, su expresión sombría reflejando el peso de sus palabras.

Una mezcla de preocupación y consternación se apoderó de mí mientras procesaba la revelación. Las carreras ilegales en moto eran peligrosas y llenas de consecuencias potencialmente devastadoras. No podía evitar sentir una oleada de miedo por Hugo, así como por nuestra situación compartida.

― ¿Por qué lo haces? ― pregunté, mi voz apenas un susurro mientras luchaba por comprender su motivación detrás de tales actividades arriesgadas.

Hugo suspiró, su mirada bajando por un momento antes de encontrarse con la mía.

― Es complicado. ― admitió él, su tono lleno de pesar. ― Pero es lo único que sé hacer.

― Y ¿por qué acabaste así? ― pregunté, mi voz temblando ligeramente por la preocupación mientras mis ojos recorrían las heridas en su rostro y su cuerpo golpeado.

My Shadow (Spanish Versión) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora