El tesoro de Chen

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Sun Hongmei arrastró a Bei Bei por la puerta con enojo y caminó directamente al salón de clases de Bei Qingqing.

Bei Qingqing vio la cara enojada de su madre, así como a Bei Bei, que se escondía detrás de su madre, y lo entendió al instante.

Shen Yi vio que esta persona no era amistosa e inmediatamente se paró frente a Bei Qingqing. Bei Qingqing le dio unas palmaditas en el hombro para indicar que estaba bien. Entonces, Shen Yi se hizo a un lado.

"¡Qingqing, nunca pensé que serías una persona tan despiadada!" Las primeras palabras de Sun Hongmei sorprendieron a todos. Todos miraron a Bei Qingqing al mismo tiempo.

"Tu hermana menor es una excelente estudiante en la escuela. Ella es bien educada y razonable. Ella ha hecho que tu padre y yo estemos muy orgullosos. ¡Ella ha traído honor a nuestra familia Bei!" Sun Hongmei se agitó cada vez más mientras hablaba. "¡Ahora, hay un castigo grabado en su currículum perfecto por tu culpa! ¿Sabes cuánto de su esfuerzo has arruinado?"

Bei Qingqing miró a la mujer frente a ella con calma. Después de experimentar tantas escenas similares, ya no sentía nada.

"Así es, Qingqing. Escucha a tu padre. Olvidémonos de este asunto. Tu hermana menor aún es joven y no tiene malas intenciones". Bei Yunsong también habló por Bei Bei.

Por el contrario, Bei Bei se escondió detrás de ellos y no había ni un solo rastro de culpa en sus ojos.

Bei Qingqing se rió con frialdad y dijo con indiferencia: "Claramente soy tu hija biológica, pero ver que he sido intimidada y que estás hablando por este extraño, es realmente divertido. ¿No tienes miedo de que los demás digan que ambos son padres inútiles?"

El rostro de Sun Hongmei se puso pálido. ¡Esta chica no le dio ninguna cara frente a tanta gente! ¡Cómo podría una hija así compararse con Bei Bei!

"Mamá sabe que estás celoso de tu hermana, pero no puedes usar este tipo de método para destruirla, ¿verdad?" Sun Hongmei apretó los dientes. Si tuviera que elegir entre dos hijas, renunciaría a Bei Qingqing.

Al escuchar palabras tan ridículas que salían de la boca de su madre, Bei Qingqing sintió que todo su cuerpo temblaba de ira y una ola de calor se precipitó directamente a su cerebro. Se esforzó por calmarse y preguntó a cambio: "¿La destruí? ¿Podría ser que tomé la iniciativa de rogarle a Bei Bei que me intimidara en el campus? Mamá, si no viste ese video, ¡no me importa mostrarlo en el salón de clases! Además, ¿realmente crees que le pedí a Bei Bei que difundiera rumores en la escuela? De hecho, dijo que le robé la vida. Entonces, ¿cómo va a devolverme la vida que me ha dado todos estos años?"

Los ojos de Bei Qingqing estaban rojos. Se puso de pie y siguió adelante: "Lo que sucedió hoy fue que Bei Bei me encerró en el baño. ¡Ella filmó ese video y lo subió a Internet en un intento de verme hacer el ridículo y destruir mi reputación! ¿Ahora estás tergiversando la verdad y diciendo que la destruí, y quieres que lo deje pasar? ¿Todavía tienes algo de conciencia?"

Sun Hongmei y Bei Yunsong se sorprendieron por las palabras de Bei Qingqing. Siempre habían estado preocupados por Bei Bei, por lo que, naturalmente, hicieron la vista gorda ante lo que le había sucedido a Bei Qingqing. Sin embargo, ahora que estaban siendo interrogados por ella, se sentían un poco culpables.

Aun así, ¡no podían tolerar que Bei Qingqing les hablara con esa actitud!

"¡Somos tus padres biológicos! ¿Cómo puedes acusarnos así?" Bei Qingqing escuchó el tono decepcionado de su padre y su última esperanza para ellos fue destruida. Padres como este estaban más allá de la redención.

"¡Sí, cómo un niña como tú puede hablarnos así! ¿Qué clase de actitud es esta?" Sun Hongmei también dejó de lado el único rastro de culpa en su corazón.

Bei Qingqing los miró a los dos, se burló y salió del aula sin mirar atrás.