Sueño Lúcido / Xiao

Cap. II .- Alatus Nemeseos

Con la cabeza echa un lío había seguido al pie de la letra las instrucciones de Zhongli.

Así que prepare maletas y ya listo moví mis cosas a la puerta principal donde un auto ya me esperaba para partir al territorio de Venti, donde ya hacían las casas de los hermanos.

Ahora mismo estábamos en el territorio de Zhongli por obvias razones, Liyue era la zona al centro del bendito mapa cerca de Mondstadt, no estaba lejos el territorio pero sería un viaje aburrido.

— Te dejo a Xiao en tus manos —se despidió Zhongli con una sonrisa.

No veía a Tartaglia por ningún lado entonces, me hago una idea de donde quedo y porqué.

— Tenga por seguro que está en buenas manos —realice una pequeña reverencia en su dirección.

Él simplemente asintió, después de que metí las maletas y me subí al coche en los asientos traseros.

El carro arrancó dejándome ver cómo el paisaje comenzaba a movilizarse.

— Será un viaje cansado —hablo en voz baja la conductora.

Mi vista fue al frente encontrándome con cabellos morados perfectamente recogidos en unas colas de caballo a los lados.

— Keching, a pasado tiempo —salude— supongo que debería dormir un tiempo.

Su mirada encontró la mía por el retrovisor.

— Has estado muy ocupado, es bueno que el Señor Zhongli te de una tarea fácil para que descanses —sonrio soltando un suspiro de alivio.

¿Ocupado?, ¿Descanso?.

¿En qué parte del juego se supone que se esta desarrollando esto?

— Si, tendré que aprovechar este descanso —murmure con tantos pensamientos en la cabeza.

¿Acaso esto es antes de la contratación del Omega?, ¿O acaso hubo un cambio de planes?

No entiendo nada.

Supongo que tendré que prestar demasiada atención y mantener todo en mi hueca cabeza de nuez.

Cerré los ojos recargando mi cabeza en el vidrio del auto, fue un pestañeo rápido o quizá me quedé dormido. Al despertar ya estábamos cruzando un portón elegante blanco con tonos verdes oscuros y unas varillas negras muy intimidantes.

El auto se estacionó y Keching solo me dió una mirada rápida.

— Ya llegamos Mayor —anunció sin bajarse del auto.

Asentí, abrí la puerta y me baje despidiendo a Keching. Baje mis maletas alejándome un poco, el auto arrancó y regreso por donde vino.

Solté un suspiro sintiendo mi cabeza doler por el estrés.

¿Qué se supone que haga?

Es un juego al que me volví vicio por tres casi cuatro meses, pero nada de lo que esta pasando viene a mi cabeza.

¿Mi yo verdadero seguirá vivo?, ¿cambié alma con este tipo?, ¡una respuesta es lo que quiero mierda!

— Esto me va a matar —susurre pellizcando mi sien.

Me encamine con ambas maletas a la puerta principal, subí las escaleras para después quedar frente a la inmensa puerta elegante de madera oscura.

Toqué dos veces escuchando el resonar en el interior de la casa. No paso mucho cuando un Mayordomo abrió la puerta, cuando su vista cayó en mí sus ojos se abrieron sorprendidos realizando una reverencia con rapidez.