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Capítulo II. Llamas del pasado.
Recordaba...
Recordaba los ruidos que de la cocina resonando por toda la sala. Las salsas mescladas dando un olor exquisito por toda la cocina junto a los condimentos, verduras y las carnes.
Todo dejaba aquel exquisito olor. Su vida era de lo más normal para ese entonces, felicidad y tranquilidad uno que otro problema, pero nada más allá de eso.
A veces extraña aquella vida aun si la mayoría del tiempo recibía burlas de su amigo de la infancia. Todo restaba bien, podía hacerlo pasar fácilmente.
Lo quemas le importaba era llegar a casa y sentir aquel olor de la comida de su madre, su querida madre, una mujer amable no más poder. La mejor mujer que hubiera conocido en toda su vida, la mujer que le dio la vida aun sabiendo que la tendría que cuidar sola. Era alguien demasiado pura al punto de que no entendía ciertas indirectas.
Le hubiera gustado estar para siempre con ella hasta su día de su muerte, esperaba que ella muriera en paz sin ningún dolor.
Pero por que la vida tuvo que hacerle eso a una mujer pura.
Porque ella tuvo que sufrir aquel horrible final...
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Pasos levemente rápidos resonaban por las escaleras de la casa. Una chica se asoma por la barandilla de las escaleras, para luego bajar. vestida con ropas sueltas y cortas para el calor que daba aquel día.
La joven solo caminaba con sus pies descalzos por la sala. Una vez ya en su parada simplemente sintió aquel exquisito olor de la comida de su madre.
"mmm... que bien huele, que estas preparando mama." Curioseo la joven animada mientras veía a su madre en la cocina.
"eso no se pregunta querida. Además, es sorpresa." Dijo la mujer con un tono calmado y burlesco. La joven simplemente soltó un suspiro al ver como su madre no le daba la respuesta. "oye, no hagas esa cara, tampoco seas exagerada Izumi. Anda ve a la mesa a sentarte." Dijo con una sonrisa al ver la cara que estaba haciendo su hija en forma de berrinche.
