Hay alguna novedad

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Se encontraban debajo de una especie de puente, Xiaomi, Cebralín, Diablo y Culebra.

-Buenas tardes.- Dijo Xiaomi.

-¿Ocurre algo?- Preguntaron los demás.

- En absoluto. Pero hay alguna novedad.- Comenzó a explicar Xiaomi.

Les explicó que le recomendaron una chica para que se incorporara en la mafia, que era de confianza, lo pensó bien y aceptó. Justificó su elección diciendo que si querían agrandar su imperio, necesitarían más gente, que fueran eficaces y leales.

-¿Se puede saber quién te la ha recomendado?- Preguntó Diablo.

-Nadando.- Aseguró.

Los chicos no comentaron nada.

Mientras tanto ellos mantenían esa conversación, Tiburón, es decir, Meri, se encontraba con Nadando yendo en coche hacia donde estaban los demás.

- ¿Qué te pasa? No me digas que estás nerviosa.- Dijo él, al notarla apagada aunque también inquieta.

- Pues un poco la verdad.- Admitió ella.

- Sí que han cambiado las cosas que la gran Merinda se está poniendo nerviosa por entrar a una organización.- Se rio, diciéndolo a la vez con un tono melancólico.

Pero al momento Nadando se dio cuenta de que a Meri no le hacía gracia, de qué verdad estaba rara, que le afectaba de algún modo.

- Morena, no te preocupes, tú misma te has ganado un puesto asegurado. - Se giró para mirarla.

Ella se perdió en su mirada. Esos ojos eran lo más precioso que había visto. Cada vez era más consciente de que en realidad le quería.

- Tonto, deja de mirarme que te vas a estrellar.- Dijo, con su lado responsable, pero ella deseaba que la siguiera mirando.

Tiburón y Nadando llegaron al lugar.

Tiburón se presentó, los demás también. La primera impresión de ella fue buena para los chicos, quizás demasiado buena. Culebra se quedó embobado mirándola, para él fue como un ángel. Qué tonto era. De hecho, las miraditas eran bastante obvias y Nadando se dio cuenta, no le hizo mucha gracia, aunque Meri no se inmutó, no lo notó.

Xiaomi ya la conocía, así que fue directo al grano. Le dijo de robar un badulaque, ella sola. Le pareció algo muy fácil, pero era mejor para ella. Meri aceptó, pero justo cuando se iba a ir, Xiaomi le dijo que Culebra le acompañaría. No fue decisión de él, sino más bien de Culebra, le había convencido. Parecía ser que la había llamado bastante la atención. A Tiburón le pareció muy buena idea, así iba conociendo a los chavales. Él iba todo de negro y con un pañuelo blanco que le tapaba la cara, su pelo estaba casi cubierto con la capucha, pero le sobresalía cabello rubio. A Meri también le sobresalía, pero en forma de trenza, cosa que la hacía muy atractiva. Digamos que Armando se puso un poco celoso, pero más que celos eran inseguridad, él tenía muchos complejos y miedo por culpa de ese "abandono".

- Y a ti qué te pasa?- Preguntó Xiaomi, verdaderamente preocupado al verle con la mirada perdida.

Todos se fueron, solo quedaban ellos dos.

- Joder Yun, no sé cómo decirte que...- Empezó a decir Nadando.

Estaba mal. Para el volver a verla era un golpe de realidad muy duro. Le hizo darse cuenta de la jodida verdad.

- Dime.- Dijo, Kalahari intentando hacer que lo contará.

Yun Kalahari era el nombre real de Xiaomi. Él y Armando eran amigos y compañeros desde hacía muchísimo tiempo. Se conocían mejor que nadie.

- Tío, no puedo más. Te prometo que lo intento, intento hacer como si nada, pero no puedo.-

Xiaomi, con solo esas palabras, pudo saber a qué se refería.

- Como coño se te ocurre meterla en la mafia, me lo puedes explicar?-

- Joder, es que yo la aprecio un montón, y quiera o no, en el fondo comprendo que se fuera, yo en esas circunstancias a saber si hubiera hecho lo mismo.- Explicó Nadando

Xiaomi se quedó pensando en una respuesta, pero antes de poder decirla, él le interrumpió.

- Como haces para llevarlo tan bien?-

- ¿Su muerte? Grúas... Yo no lo llevo bien. Pero lo intento. Jake no querría verme mal.-

Grúas era el apellido de Armando.

Jake y Yun tuvieron un lío hace mucho tiempo, pero decidieron dejarlo como amigos. Por mucho que al final eran solo amigos, a Kalahari le afectó mucho su muerte, pero no lo mostraba. A veces se replanteaba que, quizás, había estado enamorado.

- Y a ti tampoco querría verte así.- Continuó Xiaomi, disimulando un poco para que no se notará el afecto especial que le tenía a Jake. - Y mucho menos por su hermana loca.-

- Loco me tiene a mí, literalmente.- Bromeó riéndose, para que su amigo notara que le ayudaba mucho.

Realmente, esa amistad era muy buena. Pero tenía algunos secretos.

Yun soltó una risa. Se sentía muy cómodo y a gusto con él, era el momento en el día en el cual los dos podían quitarse esa tapadera de duros y hablar como en los viejos tiempos.

- Oye, ¿y a ti quién te tiene loco?- Preguntó intrigado.

- A mi hace mucho tiempo que nadie me tiene así. - Soltó, con un tono melancólico.

- ¿Sí? Joder, si desde que te conozco no has sentido nada por nadie, y precisamente no es que te conozca de hace poco.- Se río.

- Hay algunas cosas que no se cuentan...- Confesó.

- ¿Así que vas de misterioso? Mmm, me gusta.- Le guiño el ojo, de broma.

Mientras esos dos se confesaban y hablaban, Tiburón se encontraba en el coche con Culebra.

- Ya te ha dado la charlita de que aquí todos somos leales?- Pregunto Culebra.

- Si claro, no está mal, por mucho que sea un tostón, es necesaria.- Respondió ella riendo.

- Sin lealtad no se llega a ningún sitio, ¿verdad?-

- Exacto.- Afirmó Meri.

Tenían mucha razón. Si no tenían fidelidad, la cosa se desmoronaría muy rápido.

- Y que te trae por aquí?- Preguntó él.

- Eso no te incumbe, creo que tú y yo mejor que hablemos solo de trabajo.-

- Te tiento?- Dijo, al parecer de broma. Lo mostró así riéndose, pero a la vez con aires de superioridad. Cosa que no le gustó mucho a Tiburón.

- ¿Qué dices? Para nada.- Respondió ella. - Podríamos ir a la zona de gimnasio, ahí hay mucho despistado.- Dijo, cambiando de tema, al que de verdad importaba.

Así lo hicieron. Le pareció una buena propuesta a Culebra. Él tenía mil preguntas que no iban a tener respuesta, entonces decidió simplemente hacer lo que debía.

Ya estaban acercándose con el coche, Merinda tenía fijada la mirada en un chaval que llevaba unas pintas de payaso. Estaban a unos 100 metros de la multitud.

- Vaya fantasmas.- Dijo riéndose él.

- Lo de siempre. Yo me pido al puto loco.-

- El payaso?-

- Sí. Va acércate, ¿te hago un croquis? Como si no supieras lo que tienes que hacer.- Meri no estaba para tonterías, se lo dijo en ese tono porque el chaval parecía tontito y le ponía de los nervios.

- Venga, te me calmas eh bonita.- Pareció molestarle.

Ellos dos sabían a la perfección como funcionaba, de una manera u otra, en su pasado eso era su día a día.

Se acercaron rápidamente. Bajaron del coche. Culebra cogió al primer tío que vio y lo metió en el coche.

- ¡Sube al puto coche! Tú, el payasito también! - Gritó Tiburón. Cuando se estaban metiendo, Culebra ya estaba preparado, así que arranco rápido.

- Vamos al central, ¿No?.- Preguntó él.

- Si mejor.-

Se dirigieron para allá, estaban a unos 3 km.

- Pogo secuestrado!- Gritó el payaso. -Pogo no se junta con gente pobre!-

- No grites joder.- Le advirtió culebra.

El payaso no paraba de hablar, gritar, y quejarse, sobre todo porque estaba rodeado de gente, que según él los definía como "gente con pocos recursos", básicamente, pobres.

- Payasín, cállate la puta boca que ya casi llegamos.- Se cabreó Meri.

- Vale, mujer necesitada de recursos.- Contestó él.


HORAS DESPUÉS.

sonido de teléfono*

- ¿Sí?.- Contestó Meri.

- Como ha ido?? Como no me llamabas, pensaba que habíais sido tan inútiles que os habían pillado.- Replica Yun.

- Perdona Xiaomi, la persecución ha sido algo larga, estaban aburridos parece. A la hora de coger rehenes ha conducido Culebra y durante la persecución yo, ha salido todo bien.-

Xiaomi no comentó nada sobre eso.

- Me puedes pasar a Culebra?-

- Ah, sí, claro.-

Tiburón le pasó a Culebra mientras él se alejaba de ella. Básicamente, le preguntó como fue la cosa. Culebra solo tenía cosas buenas a decir, que realmente se notaba que es eficaz, a la hora de conducir, disparar, dirigir y que podría mandarle a hacer algo tocho para asegurarse.

- Culebra, no te flipes, es una chica de mucha confianza, no una cualquiera, si hay que hacer alguna prueba más o no eso lo decido yo.- Dijo

- Vale, no te me cabrees rey, lo decía por qué me he enamorado, y que si quieres que la acompañe a alguna cosa... No me quejo.- Dijo haciendo el tonto, como siempre.

La actitud de culebra puede parecer mala, porque es un graciosillo, pero en realidad era muy leal, y bueno en lo suyo, con actitud de cabrón cuando era necesario.

- Mira que eres gilipollas, ahora es vuestra compañera, nada más.-

- Va...- Intentó decir algo, pero Xiaomi ya había colgado.

Culebra se acercó a Tiburón y le dio el móvil.

-Bueno, habría que irse ya... -- Dijo ella.

- Sí, pero yo me quedo aquí.-

- Vale, tú sabrás. Cuando me vaya deberías de quitarte la máscara, como te pillen...-

- Tranquila, ya sé lo que tengo que hacer.-

- Adiós.-

-Chao.-






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