Minho abrazaba a Jisung mientras sobaba suavemente la espalda del menor. El sonido de la alarma los despertó, pero solo querían seguir abrazados, querian sentirse uno al otro. El sonido de pasos fuera de la celda ponían nervioso al rubio y alzó la cabeza para mirar a Minho tan tranquilo y pacífico.Jisung se sentía tan extraño, había hecho algo que jamás creería que pasaría en su vida, desde que llego a la vida de Seungmin, él era el que menos quería estar cerca de cualquier persona, solo Moon y Seungmin podían traspasar aquel caparazón, cualquier persona que intentaba seducir al menor era claramente golpeado, y las mujeres, bueno Jisung sabia darles en su ego de "no eres tan especial” y con eso no se volvían acercar, Moon les ayudó a ir a la preparatoria, pero cuando escucharon sobre su misión decidieron ayudarlo.
Y vaya que se arrepentía, no era el arrepentimiento de querer estar fuera, en esos momentos lo que menos quería era irse de esa cárcel, se arrepentía porque ahora estaba increíblemente encariñado de Minho, él hombre lo único que había hecho era protegerlo, pero eso fue suficiente para el menor.
Un niño que sufrió de pequeño, que recibió casi nada de amor, y que a la más mínima muestra de afecto, el menor caía como un adolescente. Aunque seguía siéndolo.
—Si salieras de este lugar, ¿Qué te gustaría
hacer? —Preguntó Jisung al ver su cara tan concentrada viendo la nada. Minho sonrió ante la pregunte.
—Yo no tengo a nada a que salir bonito. —dijo Minho, Jisung lo miró con rostro curiosos y el mayor le sonrió. —mi pasado es algo que no necesitas saber mi amor, o te dará un caos en esa cabecita tuya.
—Puedo soportarlo. Cuéntame, por favor. — Jisung le hizo cara de cachorro y Minho bufo y acercó sus labios para besarlo fuertemente.
—Está bien, cuando entre aquí tenía dieciocho, un año más que tú. Yo lastimé a mi padrastro, él intento hacerme daño, y a mi madre también. Así que intente cobrar todas esas cosas, el problema fue que no me salió del todo bien, mi madre claramente declaró en mi contra, no esperaba nada de ella, pero aún así dolió. Cuando llegue aquí se suponía que Bangchan debía acabar conmigo, pero no lo hizo al contrario, nos volvimos amigos, golpeé a los más fuertes de ese tiempo, y henos aquí. —Dijo Minho con una sonrisa. Jisung frunció el ceño con la parte de Minho.
—¿Cómo que Bang Chan debía matarte? —Minho se abofeteo mentalmente, recordando que eso no debía salir de su boca.
—Cosas de prisiones Jisung, que me gustaría que te quedarás lo más alejado de ello. Por eso mismo quiero que te quedes conmigo todo el día, hoy llegan los nuevos y no sé como vayan a ser, sé que puedes defenderte, pero no quiero correr riesgos. Por favor solo hazme caso una vez. —Jisung miró el rostro preocupado de Minho y solo asintió. El mayor sonrió de lado. —A tu pregunta, cuando era joven bailaba, era uno de los mejores bailarines, no era por presumir pero me esforzaba mucho.
—¿Enserio? ¿Te gustaría regresar a bailar? — Preguntó con mucho entusiasmo el menor. Minho rio bajito.
—Volver a bailar fue de los primeros sueños que tuve, cuando entre aquí, lo único que quería hacer al salir era dar clases, ir a concursos y hacer que mi academia ganara. —Jisung miró la manera en que los ojos de Minho brillaban. —Pero ahora, en estos momentos salir no es la mejor manera, he acabado con tanta gente, que al salir seguramente muchos me buscarían para terminar conmigo, ya sea una venganza o una promesa.
—Solo quiero imaginar, que tú y yo salimos de aquí. — Decía con cierto tono lloroso, no quería hacerlo, pero Jisung sabía que el saldría, pero Minho se quedaría aquí, y entonces el pelinegro encontraría alguien más y él dejaría de ser su protegido.
—Te tendré aquí por veinte años mi amor, dudo mucho que salgamos de aquí. —Dijo el pelinegro mientras se giraba de manera en que quedaba encima del menor. Besó su nariz, sus mejillas, su frente, besó todo su rostro y sonrió al ver aquellas grandes mejillas. —Jamás dejaría ir a el chico de lindas mejillas que me ha cautivado, mejor que cualquier otro.
Jisung besó a Minho y sintió que en algún momento sus mejillas caerían, Minho amaba algo que tanto tiempo le costo aceptar, algo que el odiaba, y si el pelinegro odiaba hasta lo que Jisung creía como imperfecciones no sabias que más esperar.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Antes que la alarma sonara, Bang Chan empezo a moverse con mucha fuerza, Seungmin sintió la manera posesiva en que el mayor lo abrazaba, los susurros que daba y entonces abrió los ojos mirando unas pequeñas lágrimas que bajaban por las mejillas del mayor. Seungmin abrio los ojos.
—Bang Chan. Bang Chan... —Seungmin lo movía mientras veía la presión que el mayor daba hacia su cadera, sintiendo cierto tipo de dolor. — Cariño me estas lastimando.
Bang Chan despertó de inmediato, y miró la cara de dolor de Seungmin y lo soltó, el menor solo sobo despacio y miró a Bang Chan.
—Lo siento, yo, yo no quería lastimarte, perdón, perdón... —Decía el castaño rojizo mientras se pasaba una mano por la cara.
—Está bien, solo fue una pesadilla. —Dijo el menor tomando las mejillas de Bang Chan y secando despacio con sus pulgares. —¿Quieres hablar al respecto?
—Yo, yo no sé...—Dijo Bang Chan mientras miraba al menor y la manera en que lo jalaba para volverse acostar. Pero suspiró, Seungmin debía conocer quien era realmente Bang Chan, no era el peleonero alfa que peleaba con medio mundo, aquel que se metía siempre en problemas.
—Sé que hablar del pasado es difícil, pero cuéntame que sucede, quiero entenderte. —Seungmin miro a Bang Chan con rostro ceñudo. —Si no me cuentas tus mierdas, no puedo ayudarte.
Bang Chan suspiró, ¿hablar de su pasado? Algo que ni el mismo recordaba, y si lo hacía era vagamente en sueños, cosas dispersas.
—Seungmin si te dijera que ni yo mismo sé que mierda he hecho, solo recuerdo que era un buen estudiante, uno de los mejores, tomaba clases de danza y teatro en mi escuela, había hecho examen a la mejor universidad de estudios teatrales. Y de repente llegue a casa y estaba hecha una mierda, todo estaba quemado, las llamas habían consumido mi casa y con ello a mi familia. Llegué en el momento incorrecto, pero, aunque quisiera decir que no fue mi culpa, que yo no tenía nada que ver, me sentía culpable. — Bang Chan suspiro. —Yo, unas semanas antes de que eso pasara, un hombre me buscó, diciendo que era mi padre, cosa que ignore, ese hombre solo embarazo a mi madre y nos abandonó, tenía un padrastro increíble, hermanos que me amaban y mi vida era plena, y después todo se fue a la mierda.
—Pero ¿Crees que fue ese hombre? ¿Por qué no le dijiste eso a la corte? —Bang Chan, miró a Seungmin.
—No lo entiendes cariño, todo es complicado, el hombre que te digo era alguien con mucho poder, alguien que me desaparecería de un momento a otro. Pero todo se fue a la mierda. — Seungmin asintió y se quedó pensando en eso unos
minutos.—¿Aún tienes contacta con él? —Bang Chan —No lo entiendes cariño, todo es complicado, sonrió de lado y tomó la mejilla de Seungmin.
—Aunque no lo quiera debo verlo, aunque quisiera alejarlo, mi vida gira entorno a él, pero eso no importa, tú llegaste aquí. —Seungmin sonrió y besó suavemente los labios de Bang Chan.
—No te gustaría salir, conocer cosas que tal vez no pudiste ver cuando eras joven. —Bang Chan sonrió y abrazó más fuerte al menor.
—No tengo a que salir, cuando llegué aquí lo único que quería era salir, ahora no quiero cambiar nada. Me alegra tenerte, si tú sales me volvería loco por no tenerte, jamás te irás de mi lado, de eso me encargo yo. —Con eso último Bang Chan besó desesperadamente a Seungmin, él cual sintió preocupación en su estómago para relajarse despacio.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
ESTÁS LEYENDO
JAILHOUSE (ALCATRAZ) || Chanmin adaptación.
Fanfic-Entonces dime a ver si entendí bonito. -Dijo un pelinegro hacia el rubio que estaba hecho bolita en la esquina de la celda. -A ti no te gustan los hombres. -El chico negó rápidamente, el pelinegro se acerco quedando a su altura, le sonrio de lado...