VIII. Te compre flores

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Algunos años ya habían pasado, la vida de ambos enamorados había cambiado mientras estuvieron separados, Chava se mudo a la ciudad para cambiar de ambiente y también para agilizar su trabajo, por otro lado Chema se divorcio, mantuvo una custodia compartida por los niños, aunque cuando se quedaba solo se quedaba hasta tarde en la cantina, a veces bebía demasiado y otras veces solo se quedaba con la esperanza de ver entrar a Chava, aunque eso nunca pasaba

Llegó el día donde empezaba la fiesta del pueblo, las calles se llenaron de puestos, decoraciones de papel picado, luces decorativas y juegos mecánicos, Chema había planeado llevar a sus hijos a la feria, lo cual su ex esposa había aceptado, la noche llego, se arregló y fue a recoger a sus hijos, tocó la puerta esperando a que salieran sus hijos

—¡Papi! — la infante se lanzó a sus brazos, de inmediato fue cargada mientras observaba cómo su hermano también salía corriendo, mientras su madre caminaba detrás de él

—Recuerden que dejen estar aquí antes de las 7 porque mañana tienen escuela — comentó la mujer mientras acariciaba la cabeza de su hijo —Que se diviertan — .

Chema solo había asentido para después irse junto a sus hijos a la feria, los estuvo cuidando y acompañando a los juegos, mientras ellos subían a diversos juegos mecánicos el se quedaba platicando con algunos conocidos que se encontraba, hasta que notó a su hija un poco mareada por lo que se quedó a su lado mientras su otro hijo seguía divirtiéndose

—¿Cómo te sientes?—.

—Aún quiero vomitar —.

—Cuando baje tu hermano de los coches vamos por algo de beber para que se te pasen las náuseas —

Cumplió lo dicho después de que su hijo bajará del juego, fueron a comprar ponche y se sentaron en un sitio un poco más tranquilo dónde no hubiera tanto ruido por los juegos y la gente

—Mira papá, allá está mi padrino Salvador—.

—Hijo, tu padrino tiene años que no pone ni un pie en el pueblo, seguro lo estás confundiendo —.

—¡Hablo enserio! Mira —

Chema levantó su mirada observando a la persona a la que señalaba su hija, se quedó helado al ver que en efecto era él, que su hijo no lo estaba confundido con otra persona, se sentía vivo otra vez pero su cerebro nuevamente proceso todo lo que podía suceder si volvían a interactuar por lo que se levantó y decidió irse junto a sus dos hijos

—Ya es tarde, deben estar en casa a tiempo y tú hermana ya se siente mal —.

—Pero no hemos saludado a mi padrino —.

—No, hijo vámonos —.

—Pero papá, no he visto a mi padrino en años —.

—Hijo no seas terco, si no llegamos a tiempo tu mamá ya no les va a dar permiso de salir conmigo ¿Quieres eso? —.

—No— suspiro un tanto pesado, sujeto la mano de su padre y se marchó junto a su hermana hasta la casa de su madre, cuando llegaron a casa se fueron a dormir inmediatamente pues había estado en muchos de los juegos

—Entonces Chava regreso—.

—Si, pero supongo que solo es por la fiesta, después volverá a irse—.

—¿Hablaste con él?—.

—No, es mejor dejarlo en paz —.

—Chema, sabes perfectamente que yo no me molestaría si ustedes dos comienzan a salir—.

—No es por eso, simplemente no quiero empeorar las cosas— revisó la hora, además de ser temprano debía regresar a su casa pues también debía trabajar al día siguiente—Lo siento, debo irme—

Solo se fue de esa casa y comenzó a conducir hasta su departamento, paso frente la casa de Chava, las luces estaban encendidas y su auto estaba ahí, se estacionó por algunos minutos pensando en si bajar o irse, negó con la cabeza, encendió su auto y continuo su camino hasta su hogar, se estacionó, bajo del auto para después entrar al edificio, subió las escaleras para llegar a su departamento y en la puerta de este encontró un ramo de flores junto a una nota

"Te compre flores, para sanar los rencores y volver abrir nuestro corazón" —Att: Chava.

Entro a su departamento mientras sostenía aquel ramo, dejo la nota sobre la mesa del comedor y colocó las flores en un jarrón para que no se marchitaran al siguiente día, camino hasta su recámara donde se acomodó en su cama pensando sobre el regalo que había recibido, no entendí porque Chava había hecho eso si el fue quien exigió distancia, ¿Acaso estaba arrepentido? Quería hablar con el pero también tenía miedo que solo fuera una trampa para poder gritarle, finalmente se quedó dormido, ya buscaría respuestas al día siguiente.

¿Me ama o no me ama? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora