- Ven bebé, pon tu lindo trasero acá en este colchón - Indicando el cambiador - Eso es, ahora mamá va a secarte muy muy bien - Tomó la toalla y secó todo el cuerpo de Javier, por sorpresa se dio cuenta que no tenía vello púbico y probablemente estaba preparado para otra cosa. Rió en sus adentros.
- Cat, ¿debo vestirme? - Preguntó tímido
- Bebé, recuerda que debes relajarte... Eres un bebé de 2 años, mamá se encargará de todo - Tomó aceite corporal y lo aplicó en todo el cuerpo del chico - Iré por unas cosas pequeño, dale un segundo a mamá, no tardo - Tomó las barandas y las subió, dejando al chico atrapado en el cambiador - Es momentáneo, no quiero que mi pequeño se caiga
Fue en busca de un onesie, una jardinera, un pañal abdl y un chupete - ¡Ya está!, ¿viste que no me demoré nada? - Bajó las barandas y le dio cuerda al móvil que estaba por sobre la cabeza de Javier, tenía muchos peluches colgando, un león, una pelota, un elefante, una foca, además tocaba música muy de bebé.
Javier en sus adentros estaba completamente avergonzado, sentía que no podía emitir ni una palabra. Era una sensación tan extraña y tan humillante que se sentía paralizado en la escena.
Cat por otro lado levantó sus piernas y deslizó por su trasero el pañal que antes había sacado.
- ¡Espera, espera!, ¿qué haces?... yo no necesito esto - Se alteró tanto que se sentó en la mesa
- ¿Cómo que no lo necesitas?, no puedo confiar en que un bebé se aguante el pipí, quizás jugando hasta se te olvide ir al baño - Le refutó
- Pe-pero es que no... yo no... no soy un bebé pequeño, yo si puedo ir al baño - Trató de tomar protagonismo en la situación
- No no, mamá dice que usarás pañal - Empujó levemente su torso y lo dejó caer hacia atrás, tomó el gran chupete y lo introdujo en la boca del joven - Así está mejor, mira qué lindo bebé tengo acá - Sonrió
A Javier no le quedó otra opción más que resignarse a usar un pañal, se sintió tan humillado mientras la chica le espolvoreaba talco y afirmaba firmemente el pañal en su cintura, no pudo evitar sollozar de la pura vergüenza. Catalina lo vio tan acongojado que lo volvió a sentar y lo acurrucó en su pecho.
- Pero mi amor, ¿qué pasó? - Fue lo suficiente como para que Javier comenzara a sollozar más aún, hundiéndose en el pecho y dejando que la chica acariciara con ternura su cabello alborotado - Tranquilo, mamá está aquí para hacerte sentir mejor - Lo tomó por su torso y comenzó a hacer pequeñas cosquillas, lo cual hizo que Javier soltara una pequeña risita.
Catalina observaba con mucha satisfacción lo que estaba logrando, el chico fuerte, alto y adulto se esfumó con la fachada que tenía ahora, era totalmente adorable ver su pañal abultado y su chupete en la boca. Sin duda estaba extasiada y convencida de que seguiría subiendo de nivel.
Tomó el onesie de autitos, lo pasó por su cuerpo y abrochó en la entrepierna, colocó calcetines celestes muy peluditos, además de poner encima una jardinera con un osito estampado en el pecho. Secó su cabello y sujetó el chupón con una correa amarrada a su jardinera.
- ¡Qué lindo se ve el pequeño Javier! - Acarició con ternura su cabello. Cat se había dado cuenta Javier había entrado a un little space, ya que sólo se sonrojaba y reía con lo que la chica decía - Ven, acompáñame al sofá - Tomó un biberón del refrigerador y puso a calentar en el microondas.
- Acuestate acá - Dirigió al chico al sofá mecedor, acomodó entre sus piernas su torso, afirmó su cabeza con sus brazos y tomó una gran manta para taparlo - ¿Acaso este pequeño bebé tiene hambre? - Destapó con cuidado el biberón y puso el chupete en la boca. Javier abrió la boca con timidez y comenzó a succionar la leche de vainilla que le había proporcionado.
- Te ves precioso mi pequeño bebé, mamá tenía razón, eres tal cuál lo imaginé - Tocó su nariz con su dedo, mientras veía sus ojos cafés con un pequeño brillito de alegría.
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Mommy's wishes
Short StoryJavier es un chico de 30 años, deportista y estudiante de Ingeniería comercial en Santiago. Catalina una estudiante de diseño, 26 años, muy dulce y amable. Ambos cruzan caminos en un gimnasio, nadie sabe cómo, pero esa chica dulce no es lo que pare...