No hay sangre como la tuya | BELLAMIONE

Capítulo-8

Dos días después, Hermione se sentó en su lugar habitual en la biblioteca. Eran alrededor de las 3 p. m., lo que significaba que tenía alrededor de 2 horas antes de que el vampiro se levantara. Sostenía un libro, pero en realidad no le estaba prestando atención. Bellatrix tuvo que desaparecer en medio de su conversación el día anterior y a Hermione no le gustó nada. Bellatrix abrió la boca como para responderle y luego sus ojos se dirigieron a su antebrazo y dijo: "Lo siento, cariño, tengo que irme". Antes de que Hermione pudiera hacer algo más que parpadear.

Ahora Hermione trató de contemplar de qué se trataba. No era la primera vez. Había sucedido algunas veces en el pasado, pero ella no le prestó mucha atención. Ahora, sin embargo…

Sabía que esas eran invocaciones del Señor Oscuro. Simplemente no sabía a qué tipo de misiones enviaba a Bellatrix. No podía ser nada grande ya que el vampiro regresó durante la noche, pero Hermione aún se preguntaba. Sabía que la bruja mayor había regresado porque ella misma no podía dormir muy bien, así que escuchó cuando Bellatrix inclinó la cabeza en su habitación para ver cómo estaba. Pensándolo bien, el vampiro siempre hacía eso cuando se iba. Si era para ver si Hermione todavía estaba allí o para ver si estaba bien, la chica no lo sabía.

Sin embargo, tendría que convencer a Bellatrix de que dejara de servirle. ¿Cómo se suponía que iban a funcionar si ambos luchaban por un lado diferente? Seguramente sería muy inconveniente en la batalla final y sería imposible después de la batalla porque sin importar de qué lado ganara, no podrían estar juntos. Bellatrix sería juzgada y probablemente enfrentaría a Azkaban y si Nariz ganaba, entonces una nacida de muggles como ella sería perseguida y asesinada.

Hermione hizo una nota mental para hablar de esto con la bruja mayor porque no estaba segura de que Bellatrix se diera cuenta.

Una lechuza interrumpió su tren de pensamientos. La vio afuera al principio, pero cuando no hizo ningún movimiento para recuperar la carta, la lechuza desapareció y voló hacia la biblioteca.

"Lo siento, no puedo abrir las ventanas, ¿sabes?", se disculpó con el pájaro y sonrió cuando reconoció la letra de Ginny. El sobre no tenía mucho escrito ya que ninguno sabía la dirección. Simplemente decía Hermione Granger .

Ella lo abrió y su sonrisa cayó. Solo había una oración en toda la carta. Solo uno.

¡No te preocupes, Hermione, ya llegamos!

Volvió a leer y lloró un poco. No no no. ¡Por favor no! Ya ni siquiera quería ser rescatado. Ella no estaba sufriendo. Ella fue cuidada. Disfrutó conocer a Bellatrix. Y sabía que esto solo traería problemas y nada más.

Se dirigió a una de las torres que dominaba todo el patio y la entrada solo para encontrar a Bellatrix de pie frente a la ventana.

"Dame una buena razón por la que no debería simplemente matarlos", dijo incluso antes de que Hermione subiera el último escalón.

"Bella", exhaló la chica y finalmente llegó a la ventana ella misma y presionó su cuerpo contra el costado del vampiro para poder mirar por la ventana. Miró en dirección a la mirada de Bella y vio a cuatro miembros de la Orden tratando de entrar. Kingsley, Lupin y los Weasley. "¿Pueden pasar?" preguntó, preocupada. Hasta ahora, Bellatrix solo observó, pero la chica estaba segura de que si irrumpían en su propiedad, los maldeciría de inmediato.

"No", respondió ella. “Sin embargo, todavía puedo matarlos desde aquí,” dijo y levantó su varita. "Y debería por despertarme".

“Por favor no lo hagas. Bella, por favor,” Hermione se atragantó.

"¿Porque?"

“Porque te lo ruego”, respondió ella y una sola lágrima rodó por su mejilla. “Déjame hablar con ellos. Por favor."