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Bianca


Mis palabras resonaban en la cabeza de los presentes, lo sabia por sus miradas fijas en mi, mostraban seriedad.

-Bien-Uno de los mas viejos se levanto rompiendo con el silencio de la habitacion y se acerco a mi- Si la pequeña quiere, necesitara ayuda- 

Lo mire con los ojos abiertos de par en par, no me tomaron por loca.

-A partir de ahora esta chica-

-Bianca- Dije

-Si, nuestra pequeña Bianca, sera nuestra estudiante, si a ella no le importan los riesgos de esta profesion a nosotros nos importara menos lo que digan por guiarla a su sueño- Se veia tan seguro de lo que decia, sus palabras ya parecian practicadas.

Desde ese dia todo cambio para mi.


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Aprendio rapido que cada dia debia esforzarse mas y mas, lo supo desde que le comenzaron a decir que corriera alrededor de la pequeña cabaña 2 veces o mas, todo dependia de lo que comia.

Sabian que tener a una niña en una cabaña con 7 hombres pareceria sospechoso, lo podrian malinterpretar todo y costarle la vida a todos, le consiguieron un trabajo en una pequeña panaderia que estaba cerca del palacio, si bien recorria largas distancias para entrenar cada dia, no le importaba, Azabache era quien la llevaba a la panaderia y la cabaña, se aseguraban de que nada pasara.

En las noches se concentraba mas en lo que hacia, el cansancio no era algo que ella se permitiese.

Mientras los soldados la veian cargar fardos de heno se preocupaban por ella y su bienestar, uno de ellos, Amadeo, se acerco a ella.

La mujer lo escucho por culpa de el sonido de su armadura.

Dejo el fardo de heno en el suelo, el cual apenas logro levantar. Se quito el sudor de la frente con su antebrazo y se sento sobre el heno viendo al hombre que se acercaba a ella.

-Bianca- Hablo con seriedad, ella levanto la mirada- Ve a dormir- Le ordeno con el mismo tono de voz.

-Pero...La luna aun no esta en su punto mas alto- 

-Es una orden directa-

El cuerpo de la mujer se tenso ante su orden.

Ella misma se propuso a obedecer a los hombres para asi ir acostumbrando se a como seria estar en el castillo.

Obedecio sin rechistar, se levanto y al segundo cayo al suelo, sus piernas le temblaban.

-¿Ahora entiendes el porque debes ir a descansar?-

La niña rio levemente y se paso las manos por su cabello antes de levantarse lentamente estando apoyada por el soldado.

Entendio que el esfuerzo era bueno, pero que pensara tambien en la resistencia de su cuerpo.



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Bianca

Debio pasar mucho tiempo desde que mi vida se transformo en una aventura para ser una guardiana del palacio.

Contra las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora