ᗴ᙭丅ᖇᗩ: ᗪᗩᗪᗪƳ'ᔕ ᒪᗝᐯᗴ

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Aclaración: Barcode es Samorn y Jeff será satanás.

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Barcode había perseguido sus sueños hasta ahora; vivía feliz, y estaba seguro de que sería feliz muchísimo tiempo más.

Su madre siempre le animaba a salir adelante; que persiguiera sus metas y alcanzara lo que tanto deseaba. Claro, siempre y cuando no se desviara de los caminos de Dios.

Barcode era joven, sí, pero anhelalaba un montón poder casarse y formar su familia.

Se imaginaba criando a sus pequeños, viviendo con su pareja y siendo feliz.

Aunque su madre siempre insistía en que se consiguiera alguna novia para poder llevarla a su casa y presentarla como su futura esposa.

Ahora, ¿Cómo le decía a su madre que, en realidad, había estado observando a un muchacho muy atractivo?

Había algo en él que le hacía llevar sus ojos hasta él sin dudar; no sabía si eran sus ojos que a veces juraba se ponían rojos, si era su atractivo físico lo que le llamaba la atención, su aura tan curiosa o si era el suave tacto de su palma contra la suya.

No había podido evitarlo; él simplemente estaba caminando un día de regreso a casa, y se había tropezado con un señor que no tardó en insultarlo por no fijarse por donde caminaba.

Había agachado la cabeza y se había dejado hacer en manos del hombre; recibiendo insultos y miradas indiscretas de las demás personas que pasaban por allí.

Entonces él había aparecido. Como un príncipe en su noble corcel, como un salvador dispuesto a entregar su corazón, como un demonio listo para corromperle.

Recuerda su voz, y cómo le había defendido para después decirle:

"—Hey, ¿Estás bien, chico bonito?—"

Sus defensas habían caído, y él también.

Había sido tan raro. Porque desde entonces aquel muchacho se aparecía en sus sueños, incitándole a pecar; a tomar el fruto prohibido y deleitarse con sus jugos.

Por al menos dos semanas, Barcode se sintió enfermo. Cuando iba a la iglesia, pedía para que aquel chico dejara de acelerarle el corazón. Pedía que la memoria de su suavidad se la llevara le viento, y con ella, sus pensamientos enfermos.

Claro que Dios no le quiso escuchar, y le dejó a su suerte.

Y ahí estaba Barcode, oliendo la masculina fragancia que emitía la chaqueta sobre sus hombros. Intentando ignorar el hormigueo que había en sus piel por querer tocar la del chico frente a él.

¿Estaría bien si toma su mano y las entrelaza?

Quería hacerlo, como nunca antes había deseado algo. Pero no podía, no debía.

Born for evil || JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora