Era tarde, no, en realidad estaba a punto de anochecer y el fresco aire de Seúl helaba mis huesos a través del traje que debía usar forzosamente debido al trabajo.
Definitivamente no estaba preparado para encontrarlo aquel día.
El muchacho se encontraba sentado en medio de un callejón sucio y oscuro, abrazando una mochila y comiendo algo de dudosa procedencia. Me quedé estático en mi lugar mientras lo veía, sin saber si debía hacer algo o no.
No fue hasta que notó mi presencia y se asustó, mirándome con sus grandes ojos tristes y alertas que debido a la oscuridad se veían más intimidantes, me recordaban a los de un gato callejero.-Tranquilo, no te voy a hacer daño -hablé de inmediato, por alguna extraña razón, no queriendo que se vaya.- ¿Por qué estás comiendo eso?
-¿Te parece que puedo comer otra cosa? -su voz era inesperadamente más grave de lo que me había imaginado, a pesar de su tono sarcástico.
-Um, puedo comprarte otra cosa, solo... tira eso, si lo sigues comiendo te enfermarás.
-¿Y a ti qué te importa? -aunque sonaba grosero, había genuina curiosidad en su pregunta.
-Bueno, no puedo simplemente pasar e ignorarte.
-Todas las demás personas que han pasado hacen eso.
-Bueno, yo no soy "las demás personas" -él me miró, aún bastante vacilante.- Te prometo que no te haré nada malo, mira, puedo llevarte a algún lugar de comida cerca de aquí sí eso te hace sentir más seguro -no dijo nada, solo continuó analizandome.- Podría ser, no sé, ¿Una hamburguesa?, ¿Un hotdog?, ¿Ramen?, ¿Pasta?
Noté como su expresión cambió un poco en cuanto dije pasta, por lo cual inevitablemente una pequeña sonrisa se instaló en mi cara. Había dado en el punto.
-No tengo dinero para pagarte.
-No te voy a pedir dinero, te lo estoy invitando -aseguré.
-¿Por qué?
-Porque... Mira, si quieres pasta tal vez deberíamos apresurarnos, esa tienda no es 24 horas.
Me miró un par de segundos más para después levantarse del piso, ponerse su mochila y acercarse más a mí. No supe cómo reaccionar cuando la luz de las farolas iluminaron más su cara.
Era bastante bonito. Y creo que eso incluso se quedaba corto.-Te sigo -habló, sacándome de mi pequeño trance.
-Ah, sí.
Pronto ambos comenzamos a caminar, él solo me seguía a una distancia considerable pues era obvio que aún no confiaba demasiado en mí, aunque era razonable. Mientras caminábamos me llamó la atención que él solo miraba hacia sus desgastados zapatos, apretando el agarre de las tiras de su mochila entre sus manos.
Sabía que lo hacía por si acaso necesitaba huir. No me imagino qué cosas había pasado hasta ahora en la calle para actuar así de alerta, de solo pensarlo mi corazón dolió. Era bastante joven para esto.-Aquí es -anuncié frente al local, el aroma a comida abundaba en toda la calle.
-Se ve... Caro.
-No te preocupes por el precio, puedes comer todo lo que tú quieras... Y necesites -aseguré, mirándolo a los ojos para que quede claro. Aunque bueno, no me sostuvo la mirada, pero tomé eso como un sí.- Entremos.
Yo di el primer paso dentro del restaurante, siendo seguido por él a mis espaldas hasta llegar al recepcionista.
-Buenas noches señor, ¿Gusta una mesa? -preguntó sonriendome amablemente mientras me miraba fijamente, no notando a mí acompañante.
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Yours.- NOMIN
FanfictionEl peor error de Jaemin fue meterse con alguien en un matrimonio roto pero aún casado de todas formas. •Historia corta♡